martes, 17 de diciembre de 2024

 Glaciarismo en los Pirineos.


En la población de Senegüé, perteneciente al municipio de Sabiñánigo (Huesca) está situado el Centro de Interpretación de los Glaciares. La localidad se asienta sobre una morrena terminal, una de las formas de relieve glaciar mejor conservadas del Pirineo español, la única en el valle del río Gállego, una importante huella del glaciarismo cuaternario. El Centro se ubica en la torre defensiva de los Baguer, del siglo XVI, restaurada por la Asociación de Vecinos. En una sala introductoria se exponen mapas y fotos aéreas para conocer el lugar, en otras se ve un vídeo explicativo, conceptos generales sobre glaciares y los glaciares pirenaicos españoles, principalmente del río Gállego. Además, hay paneles en otros puntos: la colina de la morrena, la Corona de Senegüé, el collado de Lárrede y la Torraza de Lárrede.


La variedad de rocas que aparecen en las acumulaciones de origen glaciar del valle del Gállego, como la morrena de Senegüé, son una muestra de la diversidad de materiales geológicos que componen la cuenca. Fueron erosionadas por el hielo en las grandes etapas frías cuaternarias y transportadas durante decenas de kilómetros hasta la Ribera de Biescas. Las grandes bolas y bloques que aparecen en las morrenas glaciares nos indican la gigantesca labor realizada por el hielo para movilizar estas grandes rocas a lo largo de enormes distancias. Ejemplos:

1.Macizo granodiorítico de Balaitús. El hielo transportó rocas de este macizo hasta Biescas, 35-40 km de distancia.

2.Areniscas y conglomerados del Permofrías, que destacan por sus colores rojizos.

3.Conjunto paleozoico del alto Gállego. El macizo granítico de Balaitús y las pizarras y calizas devónicas.

4.Mármoles paleozoicos de la Quixada, en el macizo de Infiernos.

5.Macizo granítico de Panticosa, del que hay materiales en la morrena de Senegüé, a más de 30 km de su origen.

6.Calizas y dolomías del Cretácico superior y Eoceno de Peña Telera.

7.Till glaciar (pilas de sedimentos) de Santa Elena. Destacan los grandes bloques de calizas devónicas, las areniscas del Permofrías (color granate) y las calizas mesozoicas (color claro).

8.Grandes bloques redondeados y pulidos por el transporte glaciar. Morrena terminal de Aurín. 

9.En las acumulaciones glaciares es frecuente encontrar bloques de granito con nerviaciones. Estas rocas han sufrido procesos de alteración físico-química de los minerales que las componen. La presencia de vetas de mayor resistencia provoca alteración diferencial, que deja en resalte nervios más duros. 


En la otra orilla del río Gállego son bien visibles las huellas de la erosión glaciar cuaternaria en esta zona.  El pequeño pueblo de Oliván se asienta sobre lo que fue una morrena lateral. En ella se encuentran numerosos bloques de granito, de todos los tamaños, desplazados desde el Pirineo axial hasta este punto por la fuerza del hielo.





Valle del río Gállego desde Lárrede.





También en el valle del río Aragón puede apreciarse este fenómeno sobre la variación del clima, que no ha sido estable a lo largo de la historia geológica. A partir del Terciario la Tierra comenzó a enfriarse y el proceso culminó durante el Cuaternario, con varias etapas glaciares. El enfriamiento del clima tuvo como consecuencia, en el Pirineo, la formación de grandes masas de hielo -de varios cientos de metros de espesor- que se acumulaban en las cumbres e iban desplazándose lentamente por los valles.

El depósito de los materiales arrastrados por el glaciar dio lugar a una morfología muy particular, los cordones morrénicos, que se producen con la retirada del frente glaciar dejándolos escalonados en las paredes laterales o a lo largo del mismo. 


En el caso de Aratorés, situado sobre una morrena lateral, se observan de forma espectacular en el fondo del valle del Aragón los cordones morrénicos fronteros que definen un arco con la convexidad apuntando en el sentido del movimiento del hielo. Los materiales que componen estos cordones son bloques angulosos de tamaño y naturaleza muy diversa rodeados de arenas y arcillas.

Valle del río Aragón desde Aratorés.



La Ruta Geológica Transpirenaica ofrece una explicación del patrimonio geológico de los valles de Aspe y del Alto Aragón, recorriendo los 400 millones de años de la historia de la formación de los Pirineos a través de veinticinco puntos de interés geológico con paneles explicativos sobre el paisaje y las rocas. El Pirineo se elevó durante la orogenia alpina y ha sido esculpido y moldeado por la erosión del tiempo dando lugar a inmensas formaciones rocosas en las que está escrita la historia del mundo.


La Ruta abarca desde los Mallos de Riglos hasta el Valle del Aspe en Francia, unos 200 km, atravesando el Pirineo de norte a sur en una ruta geológica internacional. A lo largo de la ruta encontramos numerosas áreas de gran valor geológico: valles colgados esculpidos por el frío hielo de los glaciares, cañones kársticos o grandes mallos resultado de milenarios procesos de sedimentación fluvial. 



Nos interesa especialmente el alto Aragón, desde su nacimiento hasta Jaca, o a la inversa que es como realmente hacemos el viaje. Así, el primer punto es Jaca, situada en tierras del periodo Cuaternario -curso del río Aragón-, donde se comienza la ruta hacia el Primario. 






El siguiente punto es el fuerte del Rapitán, con buena vista sobre Jaca y el valle -el agua como escultora del paisaje-, en terreno del Paleoceno.









Nueva parada en el puente de Torrijos, también en terreno del Paleoceno. Es zona de turbiditas, serie alternante de areniscas y arcillas de color gris, formadas en un fondo marino que sufría continuos movimientos sísmicos. 






En Castiello de Jaca descendemos al terreno del cuaternario. Aquí es muy visible, al igual que en el curso del río Gállego, el “flysch”, un ladrillo natural tan usado en la construcción, tanto en losa (tejados y suelos) como en mampuesto (muros).







 Aratorés, subido a una morrena natural, ve el valle cuaternario desde una posición en el Paleoceno (Terciario).








En Villanúa ya hemos abandonado el Cuaternario, regresando al Paleoceno. La Collarada es uno de los picos de las Sierras interiores, constituidas esencialmente por calizas, que se erosionan fácilmente formando una morfología singular, el “karst”, el karst más alto de Europa. 






La espléndida Torre de fusileros ya se sitúa en el Cretácico (Secundario). Aquí se aprecia la formación de los Pirineos, con la tierra como constructora de montañas.








Pasado Canfranc y Canfranc-Estación, en Rioseta nos hemos adentrado en el periodo Devónico (Primario). Es la manifestación de la personalidad del Pirineo aragonés, las Sierras interiores.







Candanchú está situado en el Pérmico (Primario). Es el corazón del Pirineo, la zona Axial, una cordillera más antigua que el Pirineo, la Cadena Hercínica.






Astún







Candanchú










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