Canfranc.
Vamos ascendiendo desde Jaca (Huesca), río Aragón arriba, y ya nos hemos desviado al valle de la Garcipollera (Santa María de Iguácel) y al de Borau (San Adrián de Sásave). Ahora seguimos subiendo hacia Canfranc, internándonos en el antiguo Reino de Aragón, actual comarca de la Jacetania, territorio poblado desde antiguo. El geógrafo griego Estrabón indica la existencia de los “iakketanoí” (jacetanos), pueblo con personalidad resultado de la influencia de diversos pueblos y culturas. De los primeros asentamientos prehistóricos quedan restos como los dólmenes de Oza, Guarrinza, Villanúa (Letranz), Canal Roya (la Rinconada), valle de Izas. En época prerromana se detectó el paso por Somport de castagineses, vascones y celtas. Tito Livio cuenta que el cónsul romano Catón el Viejo conquistó Iacca en el 194 a.C. y llegó a Somport. Los iacetanos serían aliados de Quinto Sertorio y posteriormente de Julio César en la guerra contra Pompeyo. En el siglo I d.C. se construyó la calzada Caesaraugusta-Beneharnum (utilizada posteriormente por el Imperio Carolingio para entrar en el valle de Echo y fundar el monasterio de San Pedro de Siresa en el siglo IX). Existían los pueblos sebúricos (Echo y Ansó), labasales (Majones), sassauenses (Borau), iacetanos (Somport-Aruex y Garcipollera). A principios del siglo V se produjo el paso de las invasiones bárbaras. El señorío visigodo de Aruex (despoblado próximo a Villanúa) debió sobrevivir a la invasión musulmana. Victoria contra los musulmanes en Jaca, 758. Batalla de Roncesvalles, 778. Carlomagno estableció la Marca Hispánica en el 802. Condado de Aragón, conde Aureolo. Fortificación de Somport. El rey de Aquitania, Ludovico Pío, envíó al caudillo franco Heriberto a la toma de Huesca, donde fracasó y se vio obligado a retirarse. Surgieron pequeñas aldeas en la zona alta adosadas a la vieja calzada.Posteriormente, el Condado de Aragón sería el germen del Reino, con el monasterio de San Juan de la Peña como gran centro de poder político, cultural y religioso. En 1035 murió el rey pamplonés Sancho Garcés III, habiendo entregado el Condado de Aragón a su hijo Ramiro I que inauguró la Casa Real aragonesa. En la primera mitad del s. XI, en el Camino de Santiago (vía Tolosana), nació Canfranc, pueblo fronterizo dedicado al comercio con Bearne, ganadería y poca agricultura, con mención documental en los años 1040-1050 (Ramiro I).
En 1077, su hijo Sancho Ramírez hizo de Jaca la capital. Su trascendencia deriva de ser cruce de caminos, al norte hacia Somport (monasterio de Santa Cristina, Canfranc para cobro de impuestos) y transversalmente el Camino de Santiago. Fue consagrada en 1080, y recibió concesiones reales, ferias y mercados, fuero. Las rentas 1060-1080 financiaron parte de las obras de la catedral de Jaca. En 1095 existía alberguería privada en Canfranc y dos años después quizá fuera trasladada a Santa Cristina de Somport. Población de francos y gascones (Campum-Francum). Itinerario más importante en el Codex Calixtinus (monje Aymeric). A principios del siglo XII era el principal puesto fronterizo con distintos servicios. De ese siglo es la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (la torre octogonal data del siglo XVI).
La expansión hacia el sur del Reino de Aragón desplazó el centro del poder político ya en el siglo XII. La población se concentró en núcleos estratégicos o comerciales y desaparecieron aldeas, como Seta -cerca del castillo de Candanchú-, que constaba como despoblado en el siglo XIV. Los despoblados se convirtieron en pardinas. Hechos importantes fueron la Paz de Canfranc, 1288, entre Alfonso III de Aragón y Eduardo I de Inglaterra, fracasada, y el ataque a Canfranc de compañías libres inglesas y gasconas, 1366, en la dinámica de la guerra de los Cien Años y de la guerra de los dos Pedros. En este siglo XIV se construyó la Torre de Aznar Palacín, junto al río. En el siglo XVI el miedo a las ideas reformistas llevó a Felipe II a construir numerosas fortalezas, entre las que sobresale la Ciudadela de Jaca.En el siglo XVII hubo el paso de moriscos expulsados, acogidos en Francia en 1610, y un gran incendio en 1617, del que quedó la iglesia de la Santísima Trinidad, dos casas, el castillo y el molino de harina. Ya en el siglo XVIII, la guarnición borbónica se rindió a los austracistas en 1706, aunque retomaron la población al año siguiente. En 1793, guerra de la Convención, hubo un ataque francés contra el fuerte de Coll de Ladrones. En 1808 se defendió el territorio ante los ataques franceses. A mediados del siglo XIX Pascual Madoz refiere que Canfranc contaba con 84 casas distribuidas en dos hileras, formando una calle y una pequeña plaza. En 1853 se publicó el Manifiesto de los Aragoneses a la Nación Española en el que se reivindicaba que el tren saliera más allá de los Pirineos, mientras Francia no parecía estar interesada. El ferrocarril revitalizó la población, construyéndose en 1907 la nueva en Los Arañones, en torno a la futura estación. La vía férrea se estaba construyendo desde 1882 y en 1908 se abrió el túnel, inaugurándose finalmente en 1908, por el rey Alfonso XIII y el presidente de la República Francesa Gaston Doumergue. En 1944 Canfranc pueblo sufrió un gran incendio que obligó a trasladar el ayuntamiento a Canfranc estación.
Todo el valle dependía de la capital Jaca, ciudad que mantuvo su importancia durante los siglos XVIII y XIX. En los núcleos rurales se consolidó la casa como célula familiar sobre la que se asentaba la organización social. La ganadería, la agricultura y el contrabando hasta principios del siglo XX fueron los principales medios de vida. En el siglo XX se desarrollaron las grandes obras: estación de ferrocarril de Canfranc, embalse de Yesa. Se transformó la economía tradicional y se produjo un importante proceso de despoblación. Una nueva revitalización llegó por la importancia del turismo debido a los recursos naturales, las grutas de Villanúa y las estaciones de esquí de Astún y Candanchú.
El relieve de la zona está condicionado por el valle del río Aragón y los valles laterales de Ip, Izas y Canal Roya. Altos picos vigilan el paso: Peña Collarada, 2883 m, en el límite con Villanúa; Anayet, 2555 m en el límite con Sallent de Gállego; Aneu, 2364 en la frontera. El desnivel es elevado: Canfranc-1040 m de altitud, Canfranc Estación-1190, puerto de Somport-1631 m.
Canfranc siempre ha estado ligado a la comunicación a través de Somport, corredor natural para las comunicaciones transfronterizas, por lo que siempre ha estado fortificado y alberga ejemplos de arquitectura militar conocidos al menos desde época medieval. En el siglo IX este territorio del Alto Aragón constituía una tierra ocupada por pastores, fugitivos hispanos y musulmanes, guerreros francos, clérigos y montañeses. A principios del siglo XII el conde bearnés Gascón IV el Cruzado, decidió fundar con permiso de Sancho Ramírez, el hospital de Santa Cristina del Somport con el fin de proporcionar asistencia a peregrinos y viajeros. Poco más tarde se construyó un castillo que tuvo gran importancia estratégica en la formación de las aldeas y vigilancia del valle de Canfranc y es citado en documentos de finales del siglo XII como «un peatge del castell de Condalxu (Candanchú)». Se situaba a 1630 metros de altitud, próximo a la población de Aísa. Debió quedar deshabitado en el siglo XV. Subsisten unas ruinas, vestigios de una torre de planta cuadrada. Otras fortificaciones son la torre de Aznar Palacín, siglo XIV, el castillo de Canfranc, siglos XII-XV, la torre de la Espelunca (siglo XVI, Felipe II, ingeniero Tiburcio Spanocchi -ciudadela de Jaca-), el fuerte de Coll de Ladrones, siglos XVIII-XIX, el fuerte de la Sagüeta y la torreta de fusileros, siglo XIX, y la línea P (Pirineos, búnkeres, prevención de una posible invasión aliada tras la II Guerra Mundial), siglo XX.Las infraestructuras de carácter defensivo y de control militar y aduanero han estado siempre al servicio de caminos, vías férreas y carreteras. Tras la conclusión de la carretera de Zaragoza a Francia por el Somport, en 1876, se aceleraron los planes para defender la nueva vía de comunicación mediante modernas fortificaciones, en previsión de hipotéticas invasiones desde Francia. En 1877 el capitán de Ingenieros José San Gil redactó un proyecto de dos torres de fusilería situadas a retaguardia del nuevo fuerte proyectado en Coll de Ladrones. La que se ubicó en Los Arañones desapareció en 1910 con motivo de la construcción de la boca sur del túnel ferroviario. La segunda defendía el paso estrecho de la carretera entre Los Arañones y Canfranc.
El proyecto de San Gil fue aprobado por Real Orden de 19 de marzo de 1878 y al año siguiente ya se trabajaba en su construcción. La nueva torre de Fusileros tendría capacidad para una pequeña guarnición de 25 hombres y se dotó de cuarto para oficial, enfermería, calabozo y leñera. Presenta una curiosa planta elipsoidal (rectangular de esquinas fuertemente redondeadas), foso perimetral (que se salvaba mediante puente levadizo) y alza cuatro plantas en torno a un patio central cubierto. El exterior, de aire medievalizante, muestra la base maciza y tres galerías aspilleradas, la más alta volada sobre línea de ménsulas, formando una suerte de macizo cadalso. Sobre estos arcos y bajo el tejado, a modo de alero, se dispone también una cornisa moldurada. Todo ello aparejado en cuidadosa sillería, buscando el contraste entre la blanca caliza del país y la arenisca foránea. El primer cuerpo del edificio comprende las dos primeras plantas. Sus muros se disponen en ligero ataludamiento. El tejado es de pizarra y sigue la planta general del edificio.Muy cerca está ya el pueblo de Canfranc y un poco río abajo el antiguo “Pon Nou”. En una desgastada lápida colocada en el pretil norte del puente se lee con cierta dificultad “RAMON ME FECIC” (“Ramón me hizo”) y la fecha de 1599. Así se perpetuó la memoria de Ramón de Argelas, maestro cantero bearnés, vecino de Isesta (Valle de Ossau), que culminó con éxito el difícil encargo, aceptado el 7 de julio de 1599, de reconstruir el puente destruido por una avenida del río Aragón.
Por entonces se denominaba “Pon Nou” (puente nuevo) en el particular dialecto canfranqués de raíz occitana que se extinguió a principios del siglo XIX. Posteriormente recibiría otros nombres: “Puente de Canfranc” (único puente de piedra del término al servicio del Camino Real de Francia”, “Puente de Abajo” o “Puente del Cementerio” (desde 1928). Nunca se denominó “Puente de los peregrinos”, que es apodo moderno. Y tampoco es de estilo románico, aunque se aprecian restos de su base medieval sobre la que se reconstruyó a finales del siglo XVI.
Desde el puente se ve el trazado del ferrocarril, a mucha más altura.
El pueblo de Canfranc surgió en el siglo XI en lugar de paso natural. El Camino de Santiago pasa por la calle principal. Su transformación le vino por la construcción de la Estación Internacional, que originó un nuevo núcleo de población. Tras el terrible incendio en 1944, se trasladó el ayuntamiento.
Pese a tener origen medieval, el aspecto actual del Castillo de Canfranc, cerca del puente de Arriba, se debe a una reforma del siglo XVI efectuada por Tiburcio Spannocchi, que también construyó la Torre Vieja o de la Espelunca, junto a sus gemelas de Ansó, Hecho, Santa Helena de Biescas y los Baños de Benasque. Fue desmantelada en 1823 por el ejército de los Cien Mil Hijos de San Luis.
En el siglo XIV, reinando Pedro IV de Aragón, se construyó la torre de Aznar Palacín.
Otra fortificación es el fuerte de Coll de Ladrones (Cot de Latrós, 1751-1758), posible fortaleza anterior de 1592. Está situado en un alto, río arriba cerca de la Estación. En el ataque francés de 1793 ya estaba en muy mal estado. Se abandonó hacia 1845-50. Rehecha en 1887, inaugurado en 1903 por Alfonso XIII. Abandono en 1961. Finalmente, la Línea P (Pirineos), 1944-1959, constituida por búnkeres en las cabeceras de los valles en previsión de invasión por aliados y maquis. En el Valle de Canfranc, Sector 24, hay ejemplares diversos.
En el nuevo pueblo de Canfranc Estación, Los Arañones, destaca la iglesia de Ntra Sra del Pilar, construida por Miguel Fisac en 1965, en un movimiento moderno según las tendencias tras el Concilio Vaticano II: desornamentación, racionalidad, funcionalidad. Alberga un Cristo en madera policromada, del siglo XVI, procedente de Tiermas.
Un personaje importante fue Albert Le Lay, jefe de la aduana francesa en la Estación Internacional entre 1940 y 1957. El Gobierno de de Gaulle en Londres le pidió que permaneciera en su puesto y, haciéndose pasar por funcionario leal al Gobierno del Mariscal Petain, se transformó en el enlace entre la Resistencia francesa y los aliados. Organizó una red que consiguió pasar personas, material, dinero y documentos entre ambos lados de la frontera, y salvó a muchos huidos del nazismo. Descubierto por la Gestapo en 1943 tuvo que huir hasta el final de la guerra, cuando retornó a Canfranc.
El servicio se interrumpió en los años 1945-49 por desavenencias. Después funcionó hasta 1970, cuando se cerró el tráfico tras el descarrilamiento de un tren en el puente de l´Estanguet, Accous, Francia, y entró en total decadencia.
La Estación está situada a 1194 m de altitud. Sus considerables dimensiones se deben a que tiene los servicios desdoblados, letreros en dos idiomas, ya que era la frontera de facto. Consta de una playa de vía de ancho internacional, 1435 mm, electrificada a un lado; y otra de ancho ibérico, 1668 mm, al otro lado, lo que exigía el transbordo de mercancías. En el túnel, la vía de 1435 mm estaba electrificada hasta Pau.
Se trata de un edificio de planta alargada y estructura simétrica, articulado en cinco cuerpos, con el central y los laterales adelantados y más elevados. Alcanza los 241 m de longitud y posee 75 puertas en cada uno de sus lados. Exteriormente sigue modelos de la arquitectura palacial francesa del siglo XIX. Presenta un tratamiento clasicista de los paramentos, con una variada combinación de materiales -cristal, cemento, hierro, piedra- y cubiertas de pizarra. El interior es luminoso, equilibrado y elegante, con una distribución funcional de los espacios a partir de un vestíbulo central cubierto con una gran cúpula de fundición.Su estado de abandono trató de solucionarse con diversos proyectos de rehabilitación. El primero se planteó en los años 2005-2009. La Diputación General de Aragón la compró y desarrolló otro proyecto en 2015-2018. Una nueva estación se abrió en el 2021 para dar servicio de media distancia a Zaragoza. Hacia Francia sale un autobús de la Región de Nueva Aquitania. Finalmente, en 2023 se abrió un hotel en el edificio de la Estación. Las obras de acondicionamiento respetaron las fachadas originales y en el interior la decoración se inspiró en la propia de los años veinte del siglo XX, cuando se construyó el conjunto ferroviario. En la parte posterior del edificio se acondicionó un extenso parque público en el que se muestran diversos elementos de la actividad ferroviaria.
En lo alto del valle, en Somport, revivimos recuerdos del Camino de Santiago Aragonés, empezado al lado de la vieja aduana, en el albergue Aysa.
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