Paul Durand-Ruel
Los Salones, o muestras de arte oficial, se celebraron en Francia desde el siglo XVIII con carácter bianual y con el apoyo de la monarquía. Su relevancia hizo que pasaran a celebrarse cada año, Salón de París. Tras la Revolución francesa dejó de ser patrimonio exclusivo de la monarquía y la aristocracia y se fue democratizando bajo el gusto académico burgués que daba continuidad a la tradición. Debido al rechazo del Salón a la primera exposición impresionista de 1874 fueron surgiendo salones ajenos al oficial, que terminó disolviéndose, y proliferaron los marchantes de arte y sus galerías. Es el caso del protagonista de la exposición, Paul Durand-Ruel, y otros que apoyaron a artistas prestigiosos como Monet, Pisarro, Cézanne, Seurat, Signat, Picasso, etc. A partir de la década de 1880 hubo una reacción contraria al impresionismo, el “postimpresionismo”, que no definía a un grupo como tal, sino que reunía a artistas muy heterogéneos: Seurat y Signac (experimentaciones), Van Gogh (brillante colorido), Cézanne (pintor de museos), Gauguin (búsqueda de la pureza), grupo nabi (arte nuevo), etc. También se incluyen las investigaciones de Moret, Maufra, Loiseau, d´Espagnat y André, presentes junto al galerista.La exposición, con más de sesenta piezas, comprende una introducción a la figura de Paul Durand-Ruel y una sección para cada artista protagonista. Del galerista se significan sus innovadores métodos de trabajo (compra de la producción de los artistas, mensualización de sus ingresos, apoyo en las subastas, exposiciones) y su amistad con los artistas, de los que se repasa su trayectoria y sus temas predilectos: Loiseau (efectos atmosféricos), Maufra (marinas, acantilados), Moret (sencillez de la vida bretona), André (pintura decorativa) y D´Espagnat (intimismo, intensidad de color).
PAUL DURAND-RUEL.
En 1865 se hizo cargo de la galería fundada por su padre y se dedicó a la protección del arte moderno, frente al academicismo. En sus inicios apoyó a pintores como Eugène Delacroix, Gustave Courbet, “Escuela de Barbizon” (Camille Corot, Charles-François Daubigny, Jean François Millet). Más tarde, fue su empresa más afamada, promocionó a los impresionistas como Claude Monet, Auguste Renoir y Camille Pisarro. A finales del siglo XIX, cuando los anteriores eran ya reconocidos, se dedicó a la difusión de una nueva generación: Henry Moret, Maxime Maufra, Gustave Loiseau, Georges d´Espagnat y Albert André.
Estos artistas trabajaron en un contexto efervescente en el que convivían distintas tendencias, desde las experiencias personales de Vincent van Gogh y Paul Cézanne, hasta la experimentación neoimpresionista de Georges Seurat y Paul Signac, pasando por las investigaciones sintetistas de Paul Gauguin y Émile Bernard o las aportaciones de los nabis. Algunos fueron afines al impresionismo como los paisajistas y marinistas Moret, Maufra y Loiseau; otros, D´Espagnat y André, trataron escenas de género, retratos y pintura decorativa.
Paul Durand-Ruel conoció a Pierre-Auguste Renoir hacia 1871, a través de Claude Monet y Camille Pissarro. Se iniciaría entonces entre marchante y artista una relación que iría mucho más allá de lo puramente laboral. Entre 1876 y 1882 Durand-Ruel encargó a Renoir los retratos de sus hijos, pero a él mismo no lo retrataría hasta 1910, cuando su éxito como galerista ya se había consolidado. Esta obra refleja la amistad entre ambos tras casi cuarenta años de inquebrantable lealtad. Se trata del único retrato del marchante hecho por un artista.
GUSTAVE LOISEAU
En 1890 conoció a Henry Moret y Maxime Maufra en la Bretaña francesa y todos se relacionaron con Paul Gauguin (estilo sintetista de pincelada amplia y grandes planos de color puro que eliminan la sensación de profundidad). Loiseau siguió prefiriendo el dinamismo de la pincelada impresionista como se ve en alguna de sus obras como “Las rocas verdes” (fuerza del color, tonos menos mezclados, simplificación del modelado). Siguió a los impresionistas en sus paisajes (río Sena y afluentes, costas de Bretaña o del Canal de la Mancha), pero no trabajó en los momentos centrales del día sino en horas tempranas o a la caída de la tarde, dando protagonismo a los efectos atmosféricos. Las bulliciosas escenas de la vida urbana son otra muestra de su cercanía al impresionismo.
GUSTAVE LOISEAU, Las rocas verdes, 1893, óleo sobre lienzo.
GUSTAVE LOISEAU Étretat, L’Aiguille y la Porte d’Aval 1902 Óleo sobre lienzo, Colección particular
GUSTAVE LOISEAU Plaza de la Haute-Vieille-Tour, en Ruan c. 1929 Óleo sobre lienzo, Colección particular
GUSTAVE LOISEAU El Eure helado c. 1914 Óleo sobre lienzo, Musée Lambinet, Versalles / INV. 91.9.23
MAXIME MAUFRA
Deslumbrado por la obra de William Turner durante un viaje a Londres en 1883, centró su obra en el paisaje costero de Bretaña y Normandía. Allí instalado conoció a Paul Gauguin cuyas teorías sintetistas ejercieron alguna influencia al tratar de capturar el paisaje en toda su plenitud, con sólida pincelada. Fue amigo inseparable de Loiseau y Moret. Herencia del impresionismo son su interés por los efectos de la luz y la elección de los temas. En sus obras, sin figuras humanas, la mirada se detiene en las rocas y el mar, con poco espacio para el cielo. También le interesó mostrar la sencillez de las costumbres y la pureza de la vida bretona.
MAXIME MAUFRA, El alba en Champagne-sur-Oise, 1901, óleo sobre lienzo.
MAXIME MAUFRA Efecto de nieve junto al mar en Bretaña 1892 Óleo sobre lienzo, Association des Amis du Petit Palais, Ginebra / INV. 15204
MAXIME MAUFRA Rocas en Belle-Île-en-Mer c. 1905 Óleo sobre lienzo, Colección particular
MAXIME MAUFRA Los tres acantilados de Saint-Jean-du-Doigt 1894 Óleo sobre lienzo, Musée des Beaux-Arts, Quimper / INV. 98.2.1
MAXIME MAUFRA Fantasía nocturna. Exposición Universal de París de 1900 1900 Óleo sobre lienzo, Musée des Beaux-Arts, Reims. Legado Henry Vasnier, 11/1907 INV. 907.19.178
HENRY MORET
Henry Moret se interesó pronto por la pintura de paisajes. A partir de 1888, tras entrar en contacto con Paul Gauguin, introdujo temas bretones plasmados mediante colores planos y contornos definidos, en consonancia con las teorías del sintetismo. Su obra osciló estilísticamente entre el sintetismo y el impresionismo. Por consejo de Durand-Ruel redujo el tamaño de sus lienzos y suavizó su paleta de color para dar mejor salida comercial a sus trabajos, que evolucionaron hacia la sensibilidad impresionista. Centró la mayor parte de su obra en las costas y las islas de Bretaña. En sus composiciones, de pincelada fragmentada y gran riqueza de color, se muestra atento a las transformaciones lumínicas a lo largo del día o a las distintas tonalidades propiciadas por el cambio de las estaciones.
HENRY MORET, La recolección del heno, 1891, óleo sobre lienzo.
HENRY MORET Prado en Bretaña 1890 Óleo sobre lienzo, Association des Amis du Petit Palais, Ginebra INV. 1288
HENRY MORET Esperando el regreso de los pescadores 1894 Óleo sobre lienzo, Association des Amis du Petit Palais, Ginebra INV. 395
HENRY MORET La isla de Groix c. 1898 Óleo sobre lienzo, Colección particular
HENRY MORET El anochecer en Doëlan 1902 Óleo sobre lienzo, Musée des Beaux-Arts, Reims. Legado Henry Vasnier, 11/1907 INV. 907.19.198
ALBERT ANDRÉ
Hombre polifacético, Albert André fue pintor, decorador, dibujante, ilustrador y conservador de museo, además de primer biógrafo de Auguste Renoir. Alejado de la estética impresionista prefirió, como su amigo D’Espagnat, las escenas de género y la pintura decorativa. En un primer momento su obra se aproxima a la de pintores nabis, que basaban su concepción del arte en el sintetismo heredero de Paul Gauguin y en la plasmación de una realidad que iba a veces más allá de lo visible a través de la exaltación del color. Más adelante su obra revela una inquietud más intimista, que se tradujo en escenas familiares o de interior. Con el paso de los años la pincelada de André se vuelve más pausada, orientada al clasicismo. A partir de 1917 se centró en la plasmación de paisajes mediterráneos y escenas de la vida cotidiana en las que predominan los verdes y rosa pastel.
ALBERT ANDRÉ, Mujeres cosiendo, 1898, óleo sobre lienzo.
ALBERT ANDRÉ Mujer con pavos reales 1895 Óleo sobre lienzo, Musée des Beaux-Arts, Reims. Legado Henry Vasnier, 11/1907 INV. 907.19.198
ALBERT ANDRÉ Interior con piano y violín c. 1925-1930 Óleo sobre lienzo, Colección particular.
ALBERT ANDRÉ En el muelle del Puerto Viejo de Marsella 1917 Óleo sobre lienzo, Colección particular
GEORGES D´ESPAGNAT.
Al igual que André, se interesó por las escenas de género e interiores más que por el paisaje. Pintor autodidacta, sus obras son el fruto de un arte libre, heredero del impresionismo. Sus pinturas adquirieron con el paso del tiempo un carácter cada vez más decorativo, en la línea de los nabis, empleando colores vivos e intensos, adelantándose a los pintores fauvistas. Su paleta se atemperó al viajar al sur, al Mediterráneo, donde la luz es diferente.
GEORGES D´ESPAGNAT, Niña en la ventana, el rosal trepador, 1901, óleo sobre lienzo.
GEORGES D’ESPAGNAT La estación de las afueras c. 1896-1897 Óleo sobre lienzo, Musée d’Orsay, París. Donación de Bernard d’Espagnat, hijo del artista, 1979 / INV. RF 1979 21
GEORGES D’ESPAGNAT Cala en Le Lavandou c. 1899 Óleo sobre lienzo, Colección particular
GEORGES D’ESPAGNAT Tarde de otoño c. 1899 Óleo sobre lienzo, Colección particular
GEORGES D’ESPAGNAT Simone c. 1907 Óleo sobre lienzo, Colección Carmen Thyssen
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