lunes, 3 de junio de 2024

NOTRE-DAME DE PARÍS

La exposición aumentada.


“Notre-Dame de París. La exposición aumentada”, en CentroCentro Madrid, descubre la historia de esta obra maestra del gótico francés desde su origen en el siglo XII, pasando por sus 850 años de historia, hasta su restauración tras el incendio de 2019. Está producida por Histovery, en colaboración con el Ente Público Encargado de la Conservación y Restauración de la iglesia, y con el patrocinio de L´Oréal. La exposición es muy sencilla, basada en unas fotografías iluminadas y algunas maquetas, pero los visitantes van equipados con una tableta HistoPad con la que se pueden escanear las 21 “puertas del tiempo” para embarcarse en un viaje interactivo a través del tiempo y la historia (boda del rey Enrique IV, la coronación de Napoleón Bonaparte y la construcción en el siglo XIX de la emblemática aguja de Notre-Dame, obra de Viollet-le-Duc) con la manipulación interactiva de contenidos -gran cantidad de información textual y gráfica, fotografías y reconstrucciones inmersivas en 360 º, videos, etc.-, todo ello accesible de forma sencilla. Las narraciones se presentan en múltiples idiomas y hay aspectos lúdicos como la búsqueda virtual de un tesoro o la posibilidad de autofotos.





La exposición comienza con una imagen, aislada en la oscuridad, de Santa María, a quien está dedicada la catedral. Inmediatamente se pasa a la noticia por la que se puso tristemente de actualidad, el incendio del año 2019.




 


Sigue con una panorámica desde la primera piedra de la catedral hasta la obra de restauración, informando del proceso de construcción inicial -planta, cimientos, muros- y continuando con el trabajo en madera para las cimbras y demás elementos de sustentación. 


Esta popular e icónica catedral se sitúa en la isla de la Cité, rodeada por el río Sena, y está construida en estilo gótico, que introdujo innovaciones con la bóveda de crucería, los arbotantes, los rosetones, etc., siendo el naturalismo y la abundancia de decoración escultórica lo que lo diferencia de la arquitectura románica. Esto se produjo en el contexto de la transición del románico al gótico que reprodujo las nuevas aspiraciones de la sociedad, la propaganda clerical del poder real frente a la preponderancia de la nobleza feudal y el clero cluniacense, la importancia de la ciudad en el campo social y económico, de la burguesía y el clero urbano. La catedral gótica iba a ser el símbolo de la prosperidad urbana, el núcleo intelectual y cultural de la ciudad medieval.

  

Se eligió una ubicación con largo historial dedicado al culto religioso, puesto que allí se habían desarrollado ceremonias celtas, se situaba el templo romano al dios Júpiter, la basílica de San Esteban (primera iglesia cristiana de París, proyecto de Childeberto I hacia el 528) y la iglesia románica de San Esteban hasta 1164. La búsqueda de mayor prestigio conllevó el apoyo de todas las clases sociales durante el reinado de Luis VII. Comenzaron de las obras en 1163, reflejando influjos de la abadía de Saint Denis, y se prolongaron hasta mediados del siglo XIV. En 1182 ya estaba el coro, a final del siglo se concluyó la nave, las obras de la fachada con dos torres arrancaron al inicio del siglo XIII y duraron hasta mediados, cuando se edificaron los brazos del transepto (orientación norte-sur). Simultáneamente se estaban construyendo otras catedrales en un estilo gótico más avanzado: Chartres, Reims y Amiens. La catedral seguía en construcción cuando, en 1314, Jacques de Molay fue quemado vivo en la hoguera al lado, terminándose hacia mediados de ese siglo XIV.

En los siglos siguientes hubo diversas modificaciones. A finales del siglo XVII, reinado de Luis XIV, hubo alteraciones y sustituciones por elementos barrocos. Hasta principios del siglo XVIII se realizaron 76 cuadros de gran formato, “los mayos”, que se dispersaron con la Revolución de 1789. En 1786 se desmontó la aguja central original, en malas condiciones por las inclemencias del tiempo. Durante la Revolución se desacralizó, sufrió destrucción de imaginería religiosa, dispersión de bienes y robos y pasó a propiedad del Estado, terminando convertida en almacén. Napoleón la devolvió a la Iglesia en 1802 y dos años después se coronó a sí mismo emperador ante el papa Pío VII, ceremonia reflejada en el cuadro de Jacques-Louis David, en el que se aprecia el decorado con cortinajes para tapar el interior deteriorado y vacío.

Prosiguió en modestas condiciones hasta la época romántica, en la que Victor Hugo publicó su novela “Nuestra Señora de París” en 1831, lo que reavivó el interés por el edificio y propició la restauración, iniciada en 1844 por Eugène Viollet-le-Duc, defensor del neogótico, que duraría un cuarto de siglo. El proyecto fue audaz, reparó lo dañado (rosetón sur, cambio de piedra en los arbotantes, reconstrucción de capillas y altares, colocación de las estatuas de la Galería de los Reyes), incorporó elementos nuevos como una nueva aguja de 96 m., o las Quimeras, y demolió los edificios circundantes para hacer una plaza, destruyendo la trama urbana medieval. En 1963 se limpió la fachada de hollín, recuperando el color original. En 1965 se descubrieron ruinas romanas (catacumbas), de la catedral merovingia del siglo VI y de habitaciones medievales. Una nueva limpieza se realizó entre 1991 y 2000, pero se necesitaban otras intervenciones. Finalmente, el incendio del 15 de abril de 2019 (caída de la aguja central y dos tercios de la techumbre, daños en vidrieras, etc.) llevó a una restauración integral.

La catedral a finales del siglo XIX. Grabado de Alfred Alexandre Delauney


Todo el proceso restaurador da pie a la comparación entre los constructores de ayer y de hoy, revisándose los oficios, tanto antiguos como modernos, y los grandes trabajos en armazones, andamios, etc.

 

Otro de los apartados se dedica a revivir los tiempos más gloriosos de la catedral de Notre Dame de París, a los acontecimientos más importantes que vivió. En 1429 se celebró la coronación de Enrique VI de Inglaterra durante la guerra de los Cien Años. En la década de 1790, durante la Revolución Francesa, sufrió daños y abandono. El 2 de diciembre de 1804 se celebró otra coronación, la de Napoleón Bonaparte como emperador, y de su mujer Josefina de Beauharnais, ante el papa Pío VII. El 30 de enero de 1853 se celebró una boda, la de Napoleón III con Eugenia de Montijo. En otro periodo de turbulencias sociales, la Comuna de París de 1871, casi fue incendiada. Y el devastador incendio del 15 de abril de 2019 fue el origen de la restauración actual.







La exposición termina por donde empezó, por el incendio que ha propiciado la reconstrucción de sus 850 años de historia por prestigiosos expertos.




 

Después de la compleja restauración podemos volver a contemplar esta joya del arte, con su dualidad de influencias estilísticas -románico normando con su compacta unidad e innovaciones góticas que le dan ligereza-, y con su fachada occidental, la principal y más monumental, la más conocida con sus tres niveles horizontales y tres zonas verticales divididas por los contrafuertes algo prominentes, que unen los dos pisos bajos y refuerzan los picos de las torres. El patrón geométrico en la organización incluye las torres de 69 m de altura (norte, sur -campana Emmanuel-), Galería de las quimeras, rosetón occidental, Galería de los Reyes (28 estatuas, reyes de Judea e Israel, destruidas en su mayor parte durante la Revolución, réplicas) y puertas (norte-de la Virgen, central-del Juicio Final, sur-Santa Ana).

La estirge es la quimera más famosa de Notre Dame. Es un ser volador de la mitología clásica que succiona la sangre para poder sobrevivir. El vampiro contempla con desidia la ciudad mientras saca la lengua burlonamente. Es un contenedor y una proyección de todos los males y vicios de la sociedad. Su mezcla de caracteres masculinos y femeninos lo convertían en una aberración, en un símbolo de los invertidos viciosos que pululaban por París. Curiosamente esos "invertidos asociales" terminarían reivindicándola como símbolo de una identidad sexual, fuera de los cánones de la época, que no podía ser ignorada y que tenía exponentes notorios, como el del escritor Oscar Wilde. 




La catedral ha sido representada en la pintura (La coronación de Napoleón de Jacques-Louis David, La libertad guiando al pueblo de Delacroix y otras de Matisse, Rousseau, Chagall), en la literatura (Nuestra Señora de París de Victor Hugo; la historia de Quasimodo, enamorado de la gitana Esmeralda, que toca las campanas sirve para reivindicar la restauración del edificio, apoyando el diseño de Eugène Viollet-le-Duc) y en el cine (historia del jorobado y Esmeralda), incluyendo “Arde Notre-Dame”, de Jean Jacques Annaud, 2022, que narra el incendio y la restauración posterior.


 




Delante de una representación del jorobado podemos escanear la posibilidad de hacernos unas difíciles autofotos que nos llegarán a nuestro correo.


 





Un video se va reproduciendo continuamente con imágenes posteriores a la II Guerra Mundial en las que aparecen acontecimientos desarrollados en la catedral.




 




El último punto de escaneo nos hace una encuesta sobre esta exposición y sobre otras posibles en el futuro siguiendo el mismo o parecido esquema.









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