viernes, 10 de mayo de 2024

Camino de Santiago 2024

CASTROJERIZ

Castrojeriz, catalogado como uno de Los Pueblos Más Bonitos de España en el año 2023, se sitúa junto al río Odra, cerca de su unión con el Pisuerga. Su origen está en un castillo en ruinas en lo alto del cerro dominante, que antes fue fortaleza celtíbera, romana y visigoda. Se considera que se trata del Castrum Sigerici mencionado en la Crónica Albeldense del siglo X. A finales del siglo IX, Nuño Núñez defendió la fortaleza contra los musulmanes y en el año 974 el conde de Castilla García Fernández le otorgó un Fuero, considerado el primero en toda Castilla; en él, cualquier campesino que poseyese un caballo era equiparado a un infanzón (caballeros villanos). 







El caserío se desarrolla a lo largo del Camino de Santiago, al pie del cerro del castillo, siendo esta calle-camino la más larga de la ruta jacobea. En ella hay notables edificios, tanto religiosos como civiles. Como etapa importante del Camino tuvo varios hospitales, como en la actualidad tiene varios albergues. En el Censo de Floridablanca, 1787, aparece como jurisdicción de señorío, con la marquesa de Camarasa como titular. La villa es Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico y cuenta con numerosos centros de interés.



El castillo, visitable, también es Bien de Interés Cultural. Su historia reseña hechos como el asesinato en 1359 de la reina Leonor de Castilla, hija del rey Fernando IV de Castilla y esposa del rey Alfonso IV de Aragón, por orden de su sobrino, Pedro I.


 

El edificio más importante, visible desde lejos, es la antigua colegiata de Santa María del Manzano, comenzado a construir en 1214 por voluntad de la reina Berenguela de Castilla, hija de Alfonso VIII de Castilla y madre de Fernando III el Santo, que está declarado Bien de Interés Cultural. En el siglo X, el conde Garcí Fernández otorgó privilegio a los canónigos (quinientos sueldos), autorizándoles a levantar casas con torre y fortalezas. El privilegio fue confirmado en 1299, durante la minoría de Fernando IV de Castilla. Estuvo vinculada al monasterio de san Millán de la Cogolla por el rey García Sánchez III de Navarra, después fue abadía exenta y, durante el reinado de Alfonso VII el Emperador, fue vinculada a la catedral de Burgos. En 1173, reinando Alfonso VIII, abandonó la regla de san Benito. 




En los siglos siguientes sufrió diversas reformas. A finales del siglo XV y principios del siglo XVI se transformaron las bóvedas y se ejecutó el rosetón de la portada principal; en el siglo XVIII se transformó la cabecera, la torre y las cubiertas, y se construyó la capilla de la Virgen del Manzano, las sacristías, la cripta, un nuevo ábside y el coro, interviniendo el arquitecto vizcaíno Juan de Sagarvinaga. En el siglo XVIII el cabildo estaba compuesto por el abad, doce canónigos, tres dignidades y ocho racioneros.


 



La portada principal, situada a los pies, es gótica, en arco abocinado con arquivoltas y baquetones con basa y capiteles de motivos vegetales. A los lados hay dos esculturas del siglo XIII (la Virgen María y el arcángel San Gabriel) sustentadas en ménsulas y cubiertas con doseles. El rosetón muestra a Dios en actitud de bendecir rodeado por los apóstoles, con los símbolos de los cuatro evangelistas en el borde, junto a cabezas de ángeles. La portada de la fachada sur es renacentista. La base de la torre es románica, aunque reformada en el siglo XVIII, añadiéndose el cuerpo de campanas. El ábside primitivo desapareció en el siglo XVIII, sustituido por la actual cabecera.


 

La iglesia está edificada en sillería de piedra, tiene tres naves de cinco tramos, más alta la central (17 m) y de anchura en relación dos a uno con respecto a las laterales, rematas éstas en cabecera plana, bóvedas góticas y arcos formeros tardorrománicos. Los retablos son del siglo XVI y, la mayoría, del siglo XVIII, como el mayor, ejecutado en 1760 gracias al mecenazgo de los condes de Ribadavia, que contiene una Anunciación de Anton Rafael Mengs y otras pinturas de Mariano Salvador Maella y Francisco Bayeu. También del siglo XVIII son la sillería coral, el facistol y el órgano. El coro está en la nave mayor, cerrado por reja renacentista.



La capilla de Nuestra Señora del Manzano fue construida en el siglo XVIII por Juan de Sagarvinaga, discípulo y seguidor de Ventura Rodríguez. El retablo central, barroco, contiene la imagen de la Virgen realizada en piedra policromada, representada de pie y vestida con túnica azul salpicada de estrellas. La Virgen sujeta al Niño Jesús, vestido con túnica roja, con el brazo izquierdo y aparece coronada, con un camafeo en el pecho que tiene grabada la letra “T”. A esta Virgen le dedicó Alfonso X algunas Cantigas: la 242 (El cantero de Castrojeriz: un maestro en la colocación de sillares es salvado por la Virgen al fallarle el equilibrio y quedar colgado), la 249 (Maestre que trabajaba en la Iglesia), la 252 (Salvados de la arena en Castrojeriz) y la 266 (La viga de madera de Castrojeriz, caída durante la misa de una viga sin que nadie resultara herido). 




La Colegiata alberga un museo de objetos religiosos: tallas, cuadros, libros, cálices, etc. También contiene varias imágenes de Santiago y un San Diego de Alcalá (el guarda nos ha advertido al saber que venimos de Alcalá, porque tiene parientes).







 

La iglesia de san Juan, Bien de Interés Cultural, está en la calle-camino. Tiene restos románicos en la base de la iglesia, pero la actual, gótica, es de comienzos del siglo XVI. Es un templo columnario de tres naves, cuyas bóvedas tienen nervios que se abren como si fueran palmeras. Tiene tres ábsides y pilares redondos. A los pies está la torre, del siglo XIV, y un claustro románico con cubierta mudéjar pintada con adornos y escudos de los Gómez Sandoval, señores de Castrojeriz en el siglo XV, quizá del siglo XIII (torre y claustro). En los capiteles de las columnas del claustro hay algunas cruces patadas templarias. En el siglo XVI se reconstruyó la iglesia, conservando la torre y techando de nuevo el claustro, por Rodrigo Gil de Hontañón. En las naves hay capillas funerarias de don Juan González Gallo (nave sur, siglo XVI) y de los Castro-Mújica (nave norte, enterramiento gótico del siglo XVI). El retablo mayor, del siglo XVIII, se hizo para el convento de San Antón, y se trasladó aquí al extinguirse la Orden de San Antonio. El rosetón contiene una estrella de cinco puntas, pentágono invertido de simbología mística. 










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