lunes, 20 de mayo de 2024

A orillas del Henares.

3.HISTORIA (XIV, Siglo XX, IV).

El general Vicente Rojo, jefe del Estado Mayor Central del Ejército Republicano, hizo la síntesis de la batalla de Guadalajara: “… La victoria anterior del Jarama contribuyó a la de Guadalajara, pues seguramente el previsto ataque que desde el Jarama había de hacerse hacia Alcalá de Henares no se produjo más que en forma débil el día 13 de enero de 1937, debido posiblemente al desgaste que habían sufrido las tropas rebeldes … Por toda reserva general, para acudir a resolver cualquier nueva situación crítica en los tres frentes de Madrid, del Jarama y de Guadalajara, se disponía solamente de dos batallones montados en camiones, en Alcalá de Henares, en disposición de partir adonde fuera necesario.” 

Debido a la cercanía del frente, la maquinaria de la Hispano-Suiza de Guadalajara se trasladó a Alicante. Allí, junto con la maquinaria de la Loring de Cuatro Vientos, se construían “Ratas”. 

La presión de los nacionalistas sobre la carretera de Valencia y su posterior corte obligó a que los republicanos que se dirigían a Levante desde Madrid tuvieran que desviarse por Alcalá de Henares. Arturo Barea lo cuenta así: “El camino a Valencia no era ya más la carretera directa a través del puente de Arganda que habíamos recorrido en enero. Teníamos que ir dando un amplio rodeo a través de Alcalá de Henares …”. En esta ciudad parece que tuvo lugar uno de los episodios más negativos de la guerra. “Andrés Nin, que era la personalidad más importante del POUM, fue separado de los otros prisioneros y llevado en secreto a una cárcel comunista privada en la que fue interrogado y torturado por Orlov (que dirigía la policía política soviética que actuaba clandestinamente en la España republicana), quien probablemente intentaba obtener de él una de aquellas confesiones orales espectaculares que habían señalado en Moscú los juicios de las purgas. Sucedió en julio de 1937. Ante el fracaso, Nin habría sido asesinado cerca de Alcalá” (Gabriel Jackson, La República española y la guerra civil). Ramón Tamames (Historia de España Alfaguara VII, La República. La Era de Franco) daba otra visión: “Y aunque el asesinato de Nin en las checas de la NKVD en Alcalá de Henares fue un acto cruel, que nadie puede aceptar honestamente, lo cierto es que el POUM y la CNT eran sendas barreras que necesariamente había que superar para lograr un mayor esfuerzo de guerra”.

Refugio antiaéreo
Los problemas laborales, el paro, y la conflictividad no mejoraron durante la República y la Reforma Agraria de pequeñas dimensiones. Poco antes del alzamiento se asesinó al presidente de la Comisión Gestora Municipal de Sigüenza (Francisco Gonzalo, cartero, presidente de la Casa del Pueblo), hubo preparativos alcistas entre la oficialidad de Guadalajara, que esperaba la columna de García Escámez, con la complicidad de falangistas, carlistas y miembros de Acción Popular. El conde de Romanones marchó cerca de la frontera francesa. Los sublevados dominaron la ciudad el día 21, pero el Gobierno comenzó las incursiones aéreas desde Alcalá el 22, día en que el coronel Puigdéngolas la recuperó. Escámez estaba cerca, pero se retiró. Después hubo violencia política, creación del Tribunal Popular, asesinatos, violencia en edificios religiosos, asalto a la Prisión Provincial y fusilamiento de presos. En Guadalajara funcionaron hasta doce Juzgados Militares Permanentes, pero también hubo en Brihuega, Sigüenza y Cogolludo. Los territorios del norte no estaban controlados por el Gobierno. Sigüenza fue ocupada por los milicianos el 24 de julio y el 27 se fusiló al obispo (Eustaquio Nieto Martín, en la carretera Sigüenza-Alcolea del Pinar), pero las tropas nacionales la recuperaron el 10 de octubre.

En Alcalá, gran parte de los oficiales estaban por el alzamiento, pero el Tte. Coronel fue asesinado y se declaró el Estado de Guerra. El coronel Ildefonso Puigdéngolas y el anarquista Cipriano Mera reconquistaron la ciudad, donde se establecieron varias columnas como la 46 División (Valentín Gónzalez “El Campesino”, cuartel en la plaza de Atilano Casado), el Batallón de Tanques (fiel al PC, se levantarían contra Casado). Hubo una gran transformación social y económica por las necesidades de guerra. Desapareció el Ayuntamiento y se formó el Consejo Municipal (UGT, CNT, PSOE, PCE, Izquierda Republicana y Unión Republicana). Bombardeos, escasez de subsistencias, represión de retaguardia, chequismo, etc. Melchor Rodríguez, “el ángel rojo”, anarquista, fue elegido Delegado de Prisiones y consiguió frenar los crímenes contra los encarcelados facciosos. Tras el final de la guerra llegaron las leyes de responsabilidades políticas que depuraron los empleados públicos.

Azaña y Negrín en visita a Alcalá de Henares
También se vio involucrada Alcalá en el golpe de Casado. “Tras el 4 de marzo de 1939 en que se constituye el consejo de Defensa que deponía al gobierno Negrín, había mucha confusión. Sólo en el Centro, las divisiones comunistas mostraron coherencia con una actitud de resistencia… En la madrugada del día 6, una división del teniente coronel Barceló penetró hasta el centro de Madrid con tanques y artillería, a los gritos de “¡Negrín, Negrín!” Otros grupos ocuparon Alcalá de Henares y Torrejón de Ardoz. Las fuerzas de Ascanio, fiel a Negrín, tomaron Fuencarral y, en el transcurso del día 6, se apoderaron de los Nuevos Ministerios, al final de la Castellana; luego, con tanques procedentes de Torrejón y guerrilleros de la base de Alcalá, ocuparon la posición Jaca (Alameda de Osuna), Cuartel General del Ejército del Centro, de donde desalojaron a las fuerzas de Mera. Sin embargo, éste había movilizado fuerzas de Asalto y la 70 Brigada de Carabineros que ocuparon los barrios del sur de la capital procediendo a la detención de numerosos comunistas. Casado requirió la ayuda del jefe anarcosindicalista Cipriano Mera, jefe del IV Cuerpo de ejército, quien envió a Madrid la 14 División. Se combate duramente por espacio de una semana…” (J. Gómez Casas, Los anarquistas en el Gobierno, 1936/1939).

El 28 de marzo de 1939 los nacionalistas entraron sin oposición en Madrid y al día siguiente ocuparon hasta Guadalajara.

Durante la guerra se produjo un intento de revolución social. Ya se ha hablado de las colectivizaciones. Otro aspecto fue la preocupación por la vida cultural. En Guadalajara aparecieron los Talleres Socializados del Sindicato Único de Industrias Gráficas, de la UGT. A pesar de las restricciones de papel, en Guadalajara aparecieron periódicos como Hoz y Martillo (Partido Comunista), FETE (trabajadores de la enseñanza), además de periódicos militares como Zapamina, Alicante rojo, Firmeza, Orientación. Otros eran Abril (portavoz de las izquierdas), UHPR (milicias antifascistas alcarreñas). Ya a principios de siglo, de 1902 a 1905, se había publicado el semanario El Republicano, órgano del partido, que publicó artículos de posibilistas como Melquiades Álvarez, pero también de federales y progresistas como Pi y Margall; tenía tendencias anticlericales e incluso hizo alguna llamada a la revolución; manifestó interés por la ciencia y la educación.

 

En Sigüenza ya había una tradición impresora que se remonta a 1651, cuando Sebastián Martínez publicó el primer libro editado en la ciudad, un breviario que se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid. En 1859 se empezó a publicar el Boletín Eclesiástico de Obispado. Al final del siglo XIX se publicaron El Eco Seguntino, La Ilustración Segontina, el Heraldo Segontino. Hasta 1931 aparecieron el semanario católico El Henares, el semanario liberal Sigüenza, el semanario independiente La Verdad Seguntina y el semanario regional La Defensa. En los años 30 se publicaron el periódico republicano Juventud, El Eco Diocesano y el semanario independiente SIR. Al ser ocupada por las tropas republicanas el 25-7-1936 cesó la actividad editora. En octubre del mismo año fue tomada por las tropas nacionalistas y, con el control de Falange Española, se volvieron a editar los semanarios El Henares, La Defensa y SIR. Desaparecieron al final de la guerra.



En Alcalá se publicó de 1905 a 1909 El amigo del pueblo (conservador católico-social), La Verdad (republicano, contenido obrerista), El eco de Alcalá (liberal). A fines de 1931 apareció El Proletario (socialista, se imprimía en la calle Pablo Iglesias, 9).

Después de la guerra, en Alcalá de Henares se publicaba el libro “Redención”, por la dirección General de Penales, que fue el único libro que se permitió leer a Besteiro en la prisión de Carmona.


 

Los años siguientes fueron de inmovilidad social y la zona no se despegó de la ruina existente. Quedaba lo realizado en los años del siglo XX. En Guadalajara, el proyecto para el Ayuntamiento en 1904, la visita del general Marvá al aeródromo militar en 1909 (ampliación del Polígono de Aerostación que debería acoger la dotación de dirigibles con que se pretendía reforzar el ejército; puesta en marcha en 1918), el quiosco del parque de la Concordia en 1915. En Alcalá, José de Azpiroz diseñó la fachada del Ayuntamiento en 1928 y amplió el Parque O´Donnell en 1929.

En Alcalá de Henares tuvieron lugar unos hechos reseñables. Al final de la guerra tuvo lugar un lamentable suceso, el incendio del Palacio Arzobispal, Archivo General del Reino. Otro suceso señalado ocurrió en septiembre de 1947 al hacer explosión el polvorín, originando 24 muertes entre militares y civiles, decenas de heridos, corte del suministro eléctrico, destrucción del puente y de la fábrica Río Cerámica, deformación del cerro y del curso del Henares. El suceso originó represión contra militantes comunistas. Hubo condenas de hasta 30 años para 69 presos y ocho condenas a muerte ejecutadas el 20-8-1948 en el penal de Ocaña. Hechos favorables fueron la llegada de agua del Sorbe en 1949, la instalación del Archivo General de la Administración en 1966 y la creación de la Universidad en 1977. 



En 1966 se inició la construcción de la serie de los Paradores de Turismo, lo que supuso la restauración del castillo de Sigüenza y su conversión en magnífica instalación hotelera, punta de lanza del empuje turístico de la ciudad.



Con la restauración del sistema democrático se replanteó la cuestión regional, lo que supuso la definitiva división de la cuenca del Henares en dos comunidades autónomas diferentes. En Castilla-La Mancha, el decreto de preautonomía se publicó en 1978 y el 10-agosto-1982 el Estatuto, pero en 1980, cuando se constituyó en Almagro la Junta de Comunidades, todavía no estaba claro el futuro de Guadalajara y las principales fuerzas políticas creían en la autonomía uniprovincial de Madrid. A finales de noviembre de 1980 comenzaron a pronunciarse los ayuntamientos de la región para acceder a la autonomía por la vía del Art. 143, mientras que Guadalajara tardó casi los seis meses preceptivos, porque el alcalde, Javier Irizar, no era partidario. Se adhirió el 21-5-1981. Los que se pronunciaron afirmativamente fueron, de 291 municipios, 236 -81,10%-, 13 negativamente, el 4,47%, y 42 no se pronunciaron, el 14,43%. En toda Castilla-La Mancha hubo mayor porcentaje de votos afirmativos, el 85,21%.

 



El 21 de julio se constituyó la Asamblea de Manzanares, de la que formaba parte Javier Irizar, del PSOE, Senador y Alcalde de Guadalajara. El 17 de diciembre se presentó en el Congreso de los Diputados el Proyecto de Estatuto. El diputado del Grupo Mixto Ramón Tamames pidió la inclusión de Madrid, pero la petición no prosperó. Se fijó el número de parlamentarios en 44 (Guadalajara, 7). El 16-8-1982 se publicó en el BOE, consagrando la división de la cuenca, lo que ha producido el “efecto frontera”, aunque no es óbice para provechosas colaboraciones como en la distribución del agua (MAS, Mancomunidad de Aguas del Sorbe) o en la enseñanza universitaria.

 

La ciudad más grande, Alcalá de Henares, ha tenido una vida azarosa. La presencia militar, una nueva burguesía y una incipiente industrialización propiciaron un ligero auge económico, aumentado en los años del desarrollismo, con un gran auge industrial que provocó un flujo inmigratorio que aumentó rápidamente la población y el desarrollo urbano, que rodeó el casco viejo, aunque afectándolo poco. En 1968 se declaró Conjunto Histórico Artístico al casco antiguo y en 1977 se creó la nueva Universidad y se comenzó a entregar el Premio Cervantes de Literatura en el antiguo Paraninfo. Desde 1985 se firmó un Convenio potenciando la condición universitaria de la ciudad. En 1991 se restauró el Episcopado Complutense y se instaló el Instituto Cervantes. La condición de la ciudad cambió, perdiendo gran parte de su pujanza industrial, pero consiguiendo ser declarada Patrimonio de la Humanidad en diciembre de 1998.

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