viernes, 29 de diciembre de 2023

Galería de las Colecciones Reales.

2.-Los Borbones.

Felipe V (1700-1746).

Carlos II dispuso en su testamento que el heredero sería Felipe de Borbón, nieto de Luis XIV de Francia, desencadenando una guerra (1701-1714) en la que fue derrotado el otro candidato, el archiduque Carlos de Austria. Como consecuencia de la guerra España perdió su hegemonía territorial en Europa. En su mandato, excepto un breve paréntesis en 1724 en que abdicó en su hijo Luis, se inició un proceso de centralización política y unificación administrativa. En la cultura se creó la Biblioteca Real o academias como las de la Lengua y de la Historia. Tras el incendio del Alcázar de Madrid, impulsó la construcción de un nuevo palacio real al tiempo que incrementaba el patrimonio artístico. El cambio dinástico trajo nuevas costumbres y gustos cortesanos.

Louis-Michel Van Loo (1707-1771), Felipe V a caballo, 1737, óleo sobre lienzo.

El monarca, que contaba 53 años, aparece en pose triunfal sobre un fondo de batalla. La Fama lo corona de laurel proclamando el éxito de las guerras italianas. La armadura evoca las de Felipe II, enlazando con la Casa de Austria.

Louis-Michel Van Loo (1707-1771), Isabel Farnesio, 1737, óleo sobre lienzo.

La reina, de 45 años, no quiso un retrato ecuestre y optó por un interior palaciego. Viste traje de corte en seda labrada a base de hilo de plata sobredorada y otros colores formando adorno floral. En el peto destaca un brocamantón de pedrería y perlas. En la muñeca luce la miniatura retrato de su esposo. La corona está sobre el almohadón de terciopelo con bordados en oro

Hyacinthe Rigaud (1659-1743), Felipe V en traje español, 1701, óleo sobre lienzo.

Este lienzo es versión en busto del retrato de cuerpo entero conservado en Versalles, el primero del nieto de Luis XIV como rey de España. Con intención propagandística, aparece vestido a la española, de raso negro y con cuello de golilla blanca. Lleva la banda de muaré azul de la más importante institución caballeresca francesa, la Orden del Espíritu Santo, y bordada su cruz en hilo de plata junto al collar de la Orden del Toisón de Oro, ligada a la dinastía de los Habsburgo. Destaca también el elaborado marco.

 

El Palacio Real Nuevo.

El carácter del Alcázar de Madrid había ido mutando de militar a palaciego, a lo que también contribuyó Felipe V. Al destruirse el edificio en el incendio de la Nochebuena de 1734, se determinó la construcción de uno nuevo en el mismo solar para visibilizar su legitimidad dinástica y para exaltar la grandeza de la monarquía borbónica, para lo que contrató a Filippo Juvarra y, a su muerte en 1736, a Giovanni Battista Sacchetti. La construcción tardó treinta años, por lo que Felipe V no lo vio terminado. Se estrenó con Carlos III, quien encargó cambios (fachada principal y decoración escultórica exterior) a Francesco Sabatini.

Anónimo español / Taller español, Maqueta del Palacio Real de Madrid, primer tercio del siglo XIX.

Se aprecia cómo el actual edificio que ocupa el Archivo General de Palacio estaba en construcción. En otra maqueta de 1830 aparecen la arquería delante del archivo y los arbotantes de la ampliación de Sabatini.

Pompa y ornato.

Felipe V adaptó al gusto francés los palacios españoles, continuó el de Aranjuez, inició la construcción del Palacio Real Nuevo y creó un nuevo sitio real en La Granja de San Ildefonso. Estas residencias próximas a Madrid se ocupaban según la temporada del año, en las conocidas como “jornadas reales”. Para la decoración se adquirieron obras nuevas y otras se realizaron exprofeso. En los meses fríos, las paredes se cubrieron con tapices, que se siguieron elaborando en la madrileña Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara, fundada por Felipe V en 1721. 

La Granja: refugio y recreo.

El Real Sitio de San Ildefonso fue creado por iniciativa de Felipe V como evasión lúdica del ajetreo de la corte. Teodoro Ardemans construyó el palacio y René Carlier los jardines. Esculturas y fuentes monumentales completaron el refugio real. El conjunto de fuentes fue objeto de un elaborado proyecto de ingeniería hidráulica, que pervive, y de representación mitológica. Aquí estuvo retirada Isabel Farnesio, segunda esposa de Felipe V, durante el gobierno de su hijastro Fernando VI, hasta el regreso de Italia de su primogénito, Carlos III. 

Isabel Farnesio, coleccionista.

Nacida en Parma en 1692, en 1714 contrajo matrimonio con Felipe V, viudo de María Luisa Gabriela de Saboya. Fue madre de Carlos III de España y otros de sus hijos e hijas también casaron con reyes. Apoyó emocionalmente a su esposo, de carácter inestable. Siguió la tradición coleccionista de su familia y atesoró pinturas y otras piezas artísticas.

Giovanni di Isidoro Baratta (1670-1747), Vaso, 1737-1738, mármol de Carrara.

Después de la muerte de Luis I en 1724, Felipe V volvió a reinar y tuvo que hospedar a la corte en La Granja, para lo que se amplió. Juvarra tomó la dirección en 1735 y se encargaron a Italia columnas, basas, capiteles, etc. En 1736 murió Juvarra y Saccetti modificó el diseño, por lo que sobraron algunos de los mármoles.

Fernando VI (1746-1759).

Nació en Madrid en 1713 y se convirtió en el heredero tras la muerte de su hermano Luis I. En 1728 casó con la infanta portuguesa Bárbara de Braganza, con quien no tuvo descendencia. Al morir su esposa quedó muy afectado y se recluyó en el Castillo de Villaviciosa de Odón –“año sin rey”-. El pacífico reinado estuvo marcado por la neutralidad en política exterior y la acción del marqués de la Ensenada, secretario de Hacienda, que realizó el catastro, modernizó la Marina y abrió la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. El matrimonio real destacó por su afición a la música y al teatro. En pintura destacó Corrado Giaquinto. 

Louis-Michel Van Loo (1707-1771), Fernando VI, hacia 1750, óleo sobre lienzo.

Está representado de medio cuerpo y al aire libre, con peluca larga. Viste coraza y casaca de terciopelo y bordado en hilo de plata sobredorada. Al cuello la insignia del Toisón de Oro y cruzada la banda de la orden francesa del Espíritu Santo, con su cruz plateada cosida al manto real y la faja roja de general. En la diestra empuña la bengala de mando. El tricornio y los guantes están sobre la roca




Louis-Michel Van Loo (1707-1771), Bárbara de Braganza, hacia 1750, óleo sobre lienzo.

Pareja del retrato de su esposo. Está representada en el exterior, pero sentada, vistiendo traje de corte y manto real, acodada sobre un almohadón y ataviada con joyas en cabello, peto y muñecas. Al fondo, una fuente marmórea con vaso soportado por atlantes o tritones.



 

La Real Capilla.

La denominación se refiere al espacio, a los servicios sagrados que en ella se desarrollan, a las personas y a todos los elementos necesarios. En el Palacio Real Nuevo, este espacio se cuidó especialmente con pinturas al fresco del pintor de cámara Corrado Giaquinto y a la creación del órgano, cuya caja diseñó Ventura Rodríguez. La música estaba bajo la responsabilidad de los Maestros de Capilla y Maestros de Música. Otro elemento imprescindible eran las vestimentas y ornamentos litúrgicos.

 

Giaquinto, pintor de corte.

El napolitano Corrado Giaquinto (1703-1766) vino a España en 1753 para sustituir a Jacopo Amigoni, fallecido el año anterior mientras pintaba lienzos para el Palacio Real de Aranjuez. Destacó con las pinturas murales del Palacio Real de Madrid: Real Capilla, escalera principal, Salón de Columnas. Como pintor de cámara de Fernando VI supervisó los trabajos de pintura para la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara.

Talleres reales y Corrado Giaquinto (1703-1766), Silla de manos de la reina Bárbara de Braganza, hacia 1753-1758.

La reina la utilizaba para desplazarse dentro de los reales sitios. La decoración pictórica y el diseño son de Giaquinto. La decoración es un himno a la paz y la armonía. En la parte posterior, una escena de glorificación exalta a la soberana y los instrumentos musicales que decoran la talla aluden a sus gustos.

Carlos III (1759-1788).

Primer hijo de Felipe V y su segunda esposa, Isabel Farnesio, nació en Madrid en 1716. No parecía destinado a regir los destinos de España, pero la muerte sin descendencia de su medio hermano Fernando VI determinó que así fuera, para lo que renunció al título de rey de Nápoles y Sicilia en 1759. Casado desde 1738 con María Amalia de Sajonia, permaneció viudo tras la muerte de su esposa en 1760. Llegó al trono español con experiencia de gobierno, impulsando medidas de modernización del Estado según la ideología de la Ilustración. Madrid se vio beneficiada con iniciativas urbanas y el establecimiento de una Real Fábrica de Porcelana. Potenció los Reales Talleres y la Real Fábrica de Tapices creada por su padre. Le correspondió decorar el Palacio Real Nuevo y ampliar El Pardo y Aranjuez. Los artistas destacados fueron el arquitecto Francesco Sabatini y el pintor Antonio Rafael Mengs. 

Antonio Sebastiani (¿-1752), Carlos VII de Nápoles de cazador, 1736, óleo sobre lienzo.

En 1736, Carlos de Borbón anunciaba a su madre Isabel Farnesio el envío desde Nápoles de retratos suyos, entre ellos este de cuerpo entero. Aparece dispuesto a practicar su afición favorita, la caza. Vestido adecuadamente, del cinturón cuelgan un cuchillo de monte y una bolsa.

Carlos en Italia (1731-1759).

En 1731, con quince años, el primogénito de Isabel Farnesio partió de Sevilla a ejercer como duque soberano de Parma y Piacenza. En ese tiempo apreció las artes de las manufacturas de Florencia. En 1734 tomó posesión del reino de Nápoles como Carlos VII, con María Amalia de Sajonia como reina consorte. De ese periodo destacan los hallazgos arqueológicos de Herculano y Pompeya, la construcción del palacio de Caserta, la redecoración del Palazzo Reale de Nápoles y el establecimiento en Capodimonte de la Real Fabbrica della Porcellana, una de las primeras de Europa, que sería trasladada a los jardines del Buen Retiro madrileño. 

Jacopo Amigoni (hacia 1682-1752), Carlos de Borbóñn parte para Itaqlia, hacia 1733, óleo sobre lienzo.

Alegoría del viaje a Italia de Carlos de Borbón, futuro Carlos III de España. Guían al infante los dioses Marte y Minerva, en alusión a sus padres. La Victoria entrega al joven una corona, mientras un paje sujeta el manto. Al pie, una divinidad fluvial y una figura de mujer, la Historia, escribiendo al dictado de Apolo que señala el acontecimiento, coronado de laurel y con su lira. Completan la escena la Fama, niños, nereidas y, al fondo, el monte Vesubio humeante.

Mengs y el Neoclasicismo.

El pintor de origen bohemio Antonio Rafael Mengs (1728-1779) llegó en 1761 a España para intervenir en los frescos del Palacio Real Nuevo de Madrid, reforzando la campaña de Giaquinto. Estuvo en España de 1761 a 1769 y de 1774 a 1777, siendo pintor de cámara en 1766. En sus pinturas murales introdujo el modelo de la estatuaria de la Antigüedad clásica y cánones de belleza inspirados en Rafael, Tiziano, etc. Entre sus cuadros de devoción sobresale la serie de la Pasión de Cristo para el dormitorio del monarca en el Palacio Real de Madrid. Fue reconocido como retratista de la familia real.

Antonio Rafael Mengs (1728-1779), Carlos III, rey de España y de las Indias, 1765, óleo sobre lienzo. Depósito del Statens Museum for Kunst, Copenhague.

Este cuadro fue encargado por Federico V de Dinamarca y Noruega para una serie de retratos de los monarcas reinantes destinada al gran salón del Palacio de Christiansborg, en Copenhague. El monarca viste armadura inspirada en las de la Casa de Austria, con manto de terciopelo rojo y armiños y debajo de dosel. Es el retrato más importante de Carlos III.

Carlos IV (1748-1819).

Fue el séptimo hijo de Carlos III y María Amalia de Sajonia. Nació en Nápoles y fue rey de España desde 1788 hasta su abdicación en 1808. Su falta de carácter hizo que delegara el gobierno en su valido Manuel Godoy. La Revolución Francesa de 1789 marcó su reinado, aunque prosiguieron las reformas ilustradas, truncadas por la injerencia napoleónica. Tras el motín de Aranjuez abdicó en su hijo Fernando, por las abdicaciones de Bayona pasó el poder a Napoleón y volvió a Fernando en 1814. Antes de Godoy habían destacado los gobiernos de los condes de Floridablanca y de Aranda.

Jean Bauzil (1766-1820), Carlos IV de espaldas, 1818, óleo sobre lienzo.

Imagen insólita dedicada a Fernando VII en 1818, poco antes de su muerte. A pesar de la ausencia del modelo, este pintor de cámara, miniaturista, supo hacer identificables las facciones recordando las efigies pintadas por Francisco de Goya. Luce peluca, ya en desuso, y una sencilla casaca sin bordados, condecoraciones y demás complementos habituales. Este original enfoque hace entender que la reina María Luisa de Parma llamara a Bauzil el “pintor loco”.


Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828), cartonista; Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara, tejeduría. El pelele, 1793, tapiz: seda y lana.

Este tapiz fue concebido para decorar el despacho de Carlos IV en El Escorial y fue la última incursión de Goya en el género “de cosas campestres y jocosas”, aflorando su libertad creativa y su conciencia crítica. Muestra a cuatro mujeres que, dispuestas en círculo, mantean a un maniquí, simbolizando la caída de los hombres en manos femeninas. Otras interpretaciones apuntan a la censura de un arquetipo social, un petimetre, caracterizado por su frivolidad.

 




osé de Madrazo (1781-1859), Carlos IV en roma, hacia 1825, óleo sobre lienzo.

Carlos IV luce sus canas, ya sin peluca por influjo de la moda francesa. Esta versión reducida fue realizada para la infanta portuguesa doña María Francisca de Braganza, esposa del infante don Carlos María Isidro de Borbón.




 





Franz Seraph Hanfstaengl (1804-1877), fotógrafo; Fernando Debas (1842-1914), iluminador. Retrato de la reina Isabel II sentada, sosteniendo un abanico, 1872.




 




Federico de Madrazo y Kuntz (1815-1894), El rey consorte Francisco de Asís de Borbón, 1850, óleo sobre lienzo.

Casó con Isabel II en 1846 y Madrazo los retrató en varias ocasiones. Los cuadros, destinados a ser contemplados en la intimidad, se compusieron según las pautas del retrato burgués, sentados en interior. Está captada la personalidad del rey con gran eficacia.



 



Alfonso XIII declaró la neutralidad de España en la I Guerra Mundial y organizó en el Palacio Real de Madrid, en 1915, una Oficina de la Guerra Europea para localizar a civiles y soldados apresados o desaparecidos, mientras su esposa, Victoria Eugenia de Battenberg, se implicaba en labores humanitarias a través de la Cruz Roja. Atendió más de 200.000 solicitudes relacionadas con repatriaciones, canjes de prisioneros, mediaciones en conmutaciones de penas o indultos.

   

 



Philip Alexius László de Lombos (1869-1937), Victoria Eugenia de Battenberg con mantilla, 1927, óleo sobre lienzo. Depósito del Museo Nacional del Prado.

Este pintor húngaro estuvo en España en 1910 y 1927. Llegó a pintar más de veinte obras para la familia real, destinadas a su colección particular. La reina aparece ataviada a la española, con peineta y mantilla de encaje negro. La solemne sobriedad de la indumentaria hace que resalten sus rasgos. Luce pendientes largos de brillantes y esmeraldas y lleva prendida en el vestido la Gran Cruz de la Orden de las Damas Nobles de la Reina María Luisa, la distinción de mayor rango.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario