martes, 31 de octubre de 2023

 GUASO


Es una pequeña localidad situada a 780 m de altitud en la orilla derecha del río Ara, cerca de su desembocadura en el Cinca. “Cinca sin Ara, no es nada”. Su parte alta es bien visible desde muchos lugares como Aínsa (municipio al que pertenece) o Boltaña, ambos de la provincia de Huesca.


 
Desde la torre de la iglesia de Aínsa / Desde el puente sobre el Ara en Aínsa

                                                            Desde el castillo de Boltaña

El caserío, ejemplo de poblamiento medieval, se distribuye de forma desigual en laderas de fuerte pendiente con orientación suroeste, plantadas de olivos y almendros y abancaladas, todo alrededor de un tozal de gran valor estratégico en la Edad Media. Lo componen nueve barrios (Samper, L´Arrabal, Bestreguí, A Closa, Santa Quiteria, El Tozal -corazón del núcleo, con la parroquial-, O Puyal, O Grau, La Ribera) y cada uno celebra sus fiestas patronales en honor a su santo: El Arrabal en honor a San Sebastián, El Puyal a Santa Águeda, Santa Quiteria a su santa, El Tozal a San Salvador (fiesta mayor), La Closa a la Virgen de las Viñas. En 2022 tenía 115 habitantes y su curioso gentilicio es guasón, guasones.

El indicio más antiguo es una necrópolis junto a la ermita de la Virgen de las Viñas. De fechas posteriores son restos de cerámicas del siglo X, cuando se repoblaron estos lugares de frontera, en concreto el valle del Ara, después de la campaña de Sancho Garcés I de Navarra. Las primeras referencias documentales son de 1042. En 1187 era lugar de realengo (tenente, B. de Benavent in Baso) y así siguió hasta el siglo XVI. La construcción defensiva, siglo XI, sería una torre ubicada al este del esconjuradero y al norte de la iglesia parroquial, lugar de excepción desde donde se divisa una impresionante panorámica que enlaza visualmente con las defensas de Buil, Boltaña, Aínsa, etc. La zona más alta se aterrazaría para acoger la torre de planta rectangular, con medidas aproximadas a la de Abizanda, y un recinto amurallado. Apenas quedan restos de todo esto, sólo visibles en cimentación.

 

 

                Boltaña. Encima de la población, el anticlinal. / Vista hacia Aínsa y la Peña Montañesa

Los monumentos más importantes son: restos de la ermita de San Quilez (s. XII) y ermita de la Virgen de las Viñas (s. XIII), románicas; ermita de Santa Quiteria, s. XVI; iglesia de San Salvador, ss. XII-XVI-XVII; ermita de San Sebastián, s. XVII; esconjuradero, s. XVI. Casas fortificadas: Juan Broto, Salinas, Bara, Pallás.

Lo más visible desde cualquier punto es la esbelta torre de la iglesia parroquial, dedicada a San Salvador, que actúa a modo de faro. Está ubicada en el barrio “O Tozal”, aislada en una plaza en cuyo centro hay un crucero del siglo XVIII. Al norte del templo, y más elevado, está el esconjuradero del siglo XVI, uno de los mejores ejemplos de Aragón.

La iglesia de San salvador es de origen románico (siglo XII, ábside semicircular orientado al sudeste y parte del pórtico), pero fue muy modificada en los siglos posteriores: se adosó un pórtico (ss. XIII-XIV), se adosaron las capillas laterales y la occidental (s. XVI), la torre, sacristía y la mayor parte de las lápidas sepulcrales (s. XVII), y la decoración interior (s. XVIII). Las partes más antiguas se construyeron en sillarejo bastante regular. La puerta de acceso está en el lado sur, protegida por un pórtico cerrado que comunica con la anexa casa abadía y recorre todo el costado sur del templo, con cuatro tramos separados por arcos diafragma y cubiertos con bóveda de arista, el primero, y vigas de madera el resto. En el segundo tramo se encuentra una columna románica con basa y capitel troncopiramidal liso.


Consta de una nave rectangular bastante amplia con ábside semicircular, a la que se abrieron posteriormente dos capillas a cada lado y otra de gran tamaño a los pies (Casa Broto), cuyo volumen sobresale visiblemente al exterior, además de la moderna sacristía al lado norte. Tanto la nave como las capillas laterales cubren por bóveda de cañón ligeramente apuntada, el ábside con cuarto de esfera también apuntada y la capilla occidental con bóveda de crucería estrellada, precedida de un monumental arco rebajado bajo el coro, elevado con pretil de madera. Se conservan cinco losas sepulcrales (una de 1609, otra de 1703) de caballeros de las familias Broto y Fumanal. En una de ellas se puede leer: "ESTA ES - LA SEPULTURA DE Pº (Pedro) DE BROTO - ALIAS - VICTORIAN MURIO A 4 DE ABRIL 1609". El interior está enlucido y decorado con ornamentaciones barrocas. 

Al interior el templo muestra las reformas sufridas. Se han abierto capillas laterales en ambos muros. La pintura y un retablo en la cabecera ocultan cualquier indicio para valorar la estructura del templo. El cilindro absidal cubre con bóveda levemente apuntada, al igual que la nave. En la bóveda podemos advertir el rebaje que seguramente marcaría la separación entre la nave y el presbiterio, aunque no tiene reflejo en los muros. A los pies del templo hay un coro alto y a través de un vano existente bajo el mismo, se accede a la capilla añadida, cubierta con bóveda de crucería estrellada y con decoración heráldica de sus comitentes en el intradós del arco.

 
                                         La pila bautismal, gallonada, se alza sobre un pie bellamente decorado

 



En el rotundo ábside, de sillares muy toscos, aparecen sencillos canecillos de perfil cóncavo sin ornamentación que soportan el tejaroz cubierto por losas de piedra, un gran vano con arco de medio punto dovelado que fue tapiado por completo y dos lesenas que ascienden hasta la cornisa, formadas por piezas de muy distinta hechura. Todo de gusto lombardo.



La elevada torre se halla en el costado noroccidental y es de planta cuadrada, construida en mampostería y piedra sillar, asentada sobre un zócalo de piedras sillares. En la actualidad hace la función de la antigua torre de defensa. Cuenta con cuatro pisos separados por impostas y rematada por cuerpo octogonal protegido por pretil que desagua mediante cuatro gárgolas, y tejado cónico. Presenta cuatro grandes vanos en arco de medio punto, uno en cada cara, que albergan campanas. Hay otro pequeño vano rectangular en el segundo cuerpo por su cara oeste, con la cifra 16, alusiva a un año del siglo XVII, cuando se construiría la torre, del estilo de la de Muro de Roda o la parroquial de Samitier. En los muros hay mechinales constructivos. Al interior cubre con cúpula semiesférica, con dos nervios apuntados de sección triangular apeados en ménsulas.




La torre original se halla adosada al lado norte del presbiterio, encajonada entre una sacristía moderna y un añadido, por lo que apenas es perceptible al estar desmochada y alzar poco sobre el nivel de las cubiertas.

 


Un mar de rocas. Como un diorama se presentan las Sierras interiores, la depresión media y los fondos de valle

El esconjuradero es una construcción popular característica de la cultura y tradiciones pirenaicas. La sociedad montañesa atendía la climatología con la superstición de otros aspectos de la vida cotidiana. Son edificios que configuraban un espacio importante, con función relacionada con las creencias populares de épocas en las que se temía la ira del cielo como consecuencia de los actos humanos. El sacerdote y la población esconjuraban, invocaban a las alturas, no sólo para espantar las tormentas, tronadas, que pudiesen malograr las cosechas, sino también para ahuyentar todo tipo de males, como plagas de langosta o demonios. Tienen escasas dimensiones y planta cuadrada que abre a los cuatro lados por arcos de medio punto. Cubren con bóveda esquifada y cubierta piramidal. En Sobrarbe existen otros esconjuraderos en San Vicente de Labuerda, Almazorre, Asín de Broto, Burgasé o Mediano -bajo las aguas del embalse-.


Éste se conoce popularmente como “Os cuatro pilares” y contaba con una cruz de hierro en el centro del edificio. Se encuentra en la parte superior del barrio del Tozal, formando conjunto con la iglesia, y, conforme a su función que aconsejaba situarlos en ubicaciones dominantes, disfruta de una amplia panorámica hacia el norte, dominándose el valle del Ara, Monte Perdido y los Treserols, y la zona de Peña Montañesa.

 

Casas fuertes.

 
                                                       Casa Broto, s. XVI

Casa Bara, s. XVI

 
Casa Pallás, s. XVI

Ermita de San Quílez

Al extremo de una pequeña explanada, semioculta por la vegetación, a unos 200 m al sureste de la iglesia de San Salvador y a un nivel inferior. Debió ser la primitiva parroquial, edificada a mediados del siglo XII. Mantiene en pie su perímetro y parte del ábside y del primer tramo de la nave en el muro sur, en altura. El aparejo consiste en sillares de pequeño tamaño, en hiladas uniformes, con refuerzos en las esquinas mediante piezas de mayor tamaño, así como relleno entre las superficies exterior e interior de los gruesos muros con argamasa y cantos. Queda la imposta corrida biselada que recorre el ábside y la nave, y que marcaría el arranque de las cubiertas. La planta sería una nave rectangular, ábside de planta semicircular peraltada y presbiterio. Las cubiertas serían de bóveda de cañón para la nave y el presbiterio y de cuarto de esfera para el ábside. Al exterior se aprecia el retranqueo del muro en la unión de la nave con el ábside.

Ermita de la Virgen de las Viñas.

Situada en el extremo noreste del barrio “O Tozal”, sobre la ribera del Ara, a media ladera, en planicie rodeada de viñedos. Es templo de nave única, orientado, de construcción modesta del románico rural. El apuntamiento de cubiertas y puerta de acceso indican el siglo XIII como su fecha de construcción. La capilla del muro norte se añadió en el siglo XVI, momento en que se ocultó el vano central del ábside y se abrió el otro, al lado sur, aspillerado con derrame interno, cantos biselados y arco de medio punto monolítico al exterior, mientras que al interior está cortando la imposta del ábside. En los años 1950 se revocó y encaló. El sillarejo es de buen tamaño, asentado con mucha argamasa.

La planta contiene una nave rectangular de dos tramos desiguales, presbiterio, ábside semicircular y capilla en el muro norte que sobresale al exterior. Las cubiertas serían de techo plano de madera en el tramo occidental, de bóveda de cañón apuntado en el tramo oriental y en el presbiterio y de cuarto de esfera ligeramente apuntado en el ábside y capilla lateral. El pavimento está recorrido por un poyo bajo de obra. El ábside está un poco elevado mediante un suave escalón.


El acceso se realiza por la parte central del muro sur, por arco apuntado de grandes dovelas que apea en gruesas impostas en nacela que se prolongan más allá de las jambas, todo bajo breve tejaroz de losas de piedra sobre ménsulas de piedra. Es visible al exterior el retranqueo del muro donde se juntan nave y cabecera.

En los alrededores del templo, en los lados sur y este, se encontró una necrópolis de tumbas de lajas, una de las mayores halladas en Sobrarbe.

 

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