jueves, 9 de enero de 2020


Lujo: de los asirios a Alejandro Magno.


Esta colección en CaixaForum Madrid, con fondos del British Museum, muestra la importancia del lujo en las relaciones de comercio y poder en las antiguas civilizaciones, haciendo un recorrido desde el 900 hasta el 300 a.C. Los objetos de lujo aportaban placer y bienestar, y la distancia o la dificultad para producirlos o adquirirlos eran factores clave para considerarlos como tales.

Frasco para aceite perfumado. 500-400 a.C.
Oro. Tayikistán. Tesoro del Oxus.
1.Los antiguos imperios asirio, babilónico, fenicio y persa tuvieron en común con Alejandro Magno el propósito de extender su poder por un corredor de comunicación y zona de paso entre el mundo mediterráneo y Asia. Estos territorios fueron escenario de luchas incesantes, conquistas y saqueos, pero también de un intenso comercio de materias primas, metales preciosos y objetos manufacturados, como los de lujo, siendo crucial la estabilidad política y económica

2.Guerra, pillaje y tributos.
Para muchos gobernantes, la obtención de productos de lujo era un objetivo militar importante. La acumulación de riquezas podía financiar la construcción de grandes complejos de palacios y decorarlos y equiparlos con opulencia, lo que reforzaba el poder político.



El poderoso ejército asirio conquistó y saqueó ciudades de todo Oriente Medio. Los relieves del palacio norte de Nínive representan las campañas de los últimos grandes reyes como Asurbánipal (668-630 a.C.). Los objetos de metal eran muy valorados como botín, como los boles de Nimrud, con exquisita decoración.


Palacios y entornos elegantes siguieron a los traslados de la capital hasta llegar a Nínive. Una talla de la entrada nos da idea de la suntuosa decoración

Umbral de puerta tallado. Piedra calcárea. Palacio Norte, Nínive (Irak), 645-640 a.C.

3.La fabricación y el comercio de artículos de lujo.
A partir del 850 a.C. los artesanos y comerciantes de ciudades como Tiro y Sidón viajaron hacia el oeste, hasta Italia, España y el norte de África, desarrollando redes de comercio marítimo y estableciendo nuevos asentamientos. El estilo artístico híbrido que los caracterizaba reflejaba la diversidad de influencias. Sus artículos de marfil cortado, vidrio y metal eran especialmente valorados, así como el tinte púrpura obtenido de caracoles de mar del género Murex. La palabra griega para referirse a este color, phoinix, dio origen a su nombre: fenicios.


Joyería fenicia. Estos collares son ofrendas funerales procedentes de Cerdeña. Unos derivan de amuletos de Mesopotamia, utilizados para proteger a las mujeres embarazadas; otros provienen de Egipto.
Cerdeña. 700-600 a.C. Oro, ámbar, cornalina, ágata.

La influencia de los artesanos fenicios  puede identificarse
 en  objetos muy alejados en el tiempo y en el espacio.
4.Aspiraciones de élite.
Como hoy, en el Mundo Antiguo los artículos de lujo demostraban riqueza y estatus social, por lo que eran buscados por las personas con ambiciones sociales. La producción de estos artículos favoreció la aparición de falsificaciones e imitaciones más económicas.



Chipre estaba situada en el centro de los mundos enlazados de los asirios, fenicios, griegos, egipcios y persas, por lo que parte del lujo y riquezas de estos imperios se vieron reflejadas en su vida.


De oriente a occidente, de la Persia aqueménida a Grecia, y a la inversa, circulaban mercancías como cerámica, ropa y otros objetos de lujo que reflejaban las costumbres de los distintos lugares.


Del mismo modo, de sur a norte, de Asiria a Urartu, y a la inversa, circuló mobiliario ricamente ornamentado, con patas de león en piedra o metal.



5.Lujos personales.
Tanto hombres como mujeres vestían ropa bonita (famosa la de Chipre), se acicalaban con joyas, se embellecían con cosméticos y perfumes y se admiraban ante el espejo.


Túnicas reales y modas cortesanas, tanto para los reyes como para guardaespaldas y ayudantes.




6.Los placeres de los sentidos.
Aunque no han sobrevivido por su carácter efímero, los ricos gozaban de los sentidos con aromas exóticos (incienso), sonidos bellos, jardines espléndidos y buenos banquetes.
Los babilonios expulsaron a los gobernantes asirios y controlaron la mayor parte de su imperio, transformando la ciudad de Babilonia en una capital espléndida durante menos de cien años, antes de ser conquistados por el imperio aqueménida.


Los aqueménidas se convirtieron en una potencia importante durante el gobierno de Ciro II el Grande (559-530 a.C.), conquistando a los medas, Lidia y el Imperio babilónico, aunque no consiguieron conquistar la Grecia continental.


Frasco para aceite.  Basilicata (Italia), 410-400 a.C., arcilla.
Quizá elaborado en Atenas o cercanías. Todos los personajes visten al estilo aqueménida, con pantalones estampados ricamente decorados, túnicas y sombreros. Es la imagen de un sátrapa aqueménida y su comitiva. También es referencia al dios griego Dionisio, que, según los griegos, había viajado a Oriente donde había aprendido los efectos del vino.

El tesoro del Oxus. Es el conjunto de piezas de oro y plata aqueménidas más importante descubierto.
Quizá fuese el tesoro de un templo.

Jarra de vino. Tayikistán. 500-300 a.C. Oro


7.Conquista y cambio.
Alejandro Magno llegó al poder en Macedonia en el año 336 a.C. En trece años conquistó inmensos territorios, estableció el dominio cultural de Grecia (helenización) y permitió que las ciudades del Mediterráneo accedieran a grandes cantidades de oro. Se produjo una cierta uniformización en las culturas y gustos artísticos y se siguieron creando objetos preciosos, placeres y comodidades.

La imagen de Alejandro.
Murió inesperadamente en Babilonia en el año 323 a.C. Sus diáconos cogieron las riendas del Imperio utilizando retratos de Alejandro en las monedas.


Figura de Afrodita. Hecha de alabastro fue hallada en Biblos, el actual Líbano. La diosa del amor se representa con un pie sobre un delfín mientras su hijo Eros, dormido, reposa a su lado. 

El legado de la era del lujo.
A pesar del dominio del estilo griego, se conservaron parte de culturas más antiguas, como las copas con representaciones de cabezas de animales, reflejo de las lujosas comidas de la corte aqueménida.

Copa para beber con cabeza de toro. Apulia, Italia. 320-310 a.C. Arcilla.
Copa en forma de cuerno. Turquía. 500 a.C. Plata y oro.


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