miércoles, 22 de enero de 2020


La pintura. Un reto permanente.


Este arte tan discutido es examinado, en esta exposición en CaixaForum Madrid, en su mismo concepto, en su habilidad para reinventarse. A principios del siglo XX pasó de ser una ventana del mundo a una idea, una representación intelectual que constituía una realidad visual autónoma, lo que generó fuertes debates y devino en fuente de inspiración y confrontación, marcando un punto de partida de numerosas tendencias artísticas contemporáneas. La muestra explora la pintura como un proceso mental, una idea abstracta que desde la tela se expande a otros medios como la fotografía, la escultura, el grabado o incluso la instalación. Es otra idea de lo pictórico, que incorpora una comprensión cambiada de la pintura, plasmada entre el concepto intelectual y la sensualidad de la materia.

El aura de la pintura.
El concepto de aura está asociado a lo que se conoce como “experiencia estética”, a una forma de experiencia considerada “trascendente”, a diferencia de las formas cotidianas de percibir el mundo. Se distingue por inspirar sentimientos de admiración y veneración y su relación viene dada por la condición irrepetible y singular de la obra pictórica. En la actualidad, esta aura se manifiesta especialmente en el museo y la exposición.



Robert Mangold, Plano curvo/Figura XI, 1995.
Es uno de los máximos exponentes de la pintura minimalista y ha desarrollado una obra abstracta y monocroma caracterizada por la geometría y la asimetría de formas y contornos, y por la posterior inclusión del dibujo de líneas.



Joan Hernández Pijuan, Surcos con luz de plata, 1997.
Se ha inspirado en el paisaje, origen de su reflexión y experimentación con la materialidad de lo pictórico, que da a sus obras, densas y pausadas, un proceso de acumulación y sedimentación de experiencias.

El silencio de la monocromía.
La monocromía fue una solución de la pintura para alcanzar la abstracción total, puesto que impone silencio a la expresión y a la representación, ajenas a sus elementos básicos: color, superficie, forma.

Joaquim Chancho, Naima, 1985.
El color marca su propio ritmo revelando su potencia expresiva en las bandas de papel cubiertas de sucesivas capas de colores.


Ettore Spalletti, Habitación rojo púrpura, 1992.
Rompe la rigidez de la geometría con el poder sensual y atmosférico del color. La aterciopelada superficie de su pintura se obtiene mediante un lento proceso de aplicación de sucesivas capas de una mezcla de yeso y pigmentos. El color sólo se revela al final.

Fragilidad enigmática.
Obras de dimensiones reducidas unas, otras realizadas con materiales humildes, juegan con estructuras fragmentadas y contrastan texturas y cromatismos, pero todas revelan un énfasis en la experimentación, en el proceso de creación.


Lui Shtini, Piel V, 2016.
El autor evolucionó a partir de un análisis detallado de los elementos compositivos del retrato. La obra está despojada de especificidad, es una abstracción extraña y enigmática, realizada con distintas texturas, con incisiones de la paleta en las espesas capas de óleo.

El lapsus de la figuración.
La polarización entre abstracción y figuración a lo largo del siglo XX fue transformada por algunos artistas en un mestizaje que les permitió abrir la pintura a nuevas posibilidades expresivas y superar convenciones.


Kerstin Brätsch, Representación inestable talismánica de un Schrättel, 2017.
Experimenta diversos procesos pictóricos trabajando con métodos y materiales diversos y recuperando técnicas artesanales. Utiliza el papel marmoleado y usa la experiencia de un artesano.


Jessica stockholder, Air-Padded table Haunches, 2005
Sus creaciones ensamblan materiales y objetos diversos de forma que constituyen pinturas que se expanden en el espacio tridimensional, siendo el color la esencia y el aglutinador de su obra.

Geometría expresiva.
La geometría ha sido siempre una aliada de la abstracción y sirvió para distanciarse de lo subjetivo y emocional, pero pronto muchos artistas lograron que conviviera con la expresividad del gesto y con ideas para relajar la rigurosidad del trazado geométrico, uniendo racionalidad con expresión, dando forma a flujos y movimientos mediante repeticiones rítmicas y estableciendo tensión entre la estructura geométrica y la sensualidad de la pincelada y el color.


Juan Uslé, Asa-Nisi-Masa, 1994-1995.
Combina la geometría con las sensaciones subjetivas que imprime su gesto. El enigmático título esconde la palabra “ánima”, como en una película de Federico Fellini.

Reflexiones y mutaciones.
La pintura dobla o rompe el bastidor, quiere salirse de la pared, se desprende del marco, se extiende en el espacio tridimensional, adopta objetos o contamina a escultores, pero sigue siendo pintura aunque haya diversificado los elementos de producción y presentación, y se haya expandido o integrado en otros medios artísticos, en una adaptación a un mundo cambiante.


Rubén Guerrero, Sin título (La mitad de lo que ves), 2016.
Composiciones en las que predominan las formas geométricas que parten de pequeños objetos pseudoarquitectónicos. La pintura es el resultado de un análisis de la imagen resultante, en la que los objetos deben adaptarse al plano del cuadro, adquiriendo frontalidad como si se tratara de un trampantojo. Es una paradoja entre la abstracción figurativa o la figuración abstracta. Se basa en los principios de la pintura de ilusión y en la especulación de lo abstracto.


Marepe, Estalagmitas, 2005.
Las obras se caracterizan por la combinación de objetos de uso cotidiano y un esteticismo muy personal, con una dimensión poética, jugando con un sentido pictórico de composición y color.


Thomas Scheibitz, Stella, 2004
La pintura simula el diseño gráfico, fusionando figuración y abstracción. Se desarrolla una iconografía a partir de la recombinación de signos, formas y fragmentos arquitectónicos preexistentes, como la estrella, que es un motivo recurrente.


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