lunes, 30 de diciembre de 2019


El Roto. Museo del Prado.




Andrés Rábago, “El Roto”, titula “No se puede mirar” a la colección de dibujos realizada específicamente para ser mostrada en este Museo, donde coincide con la exposición de dibujos de Goya “Sólo la voluntad me sobra”. Ambos comparten una punzante visión crítica sobre la inalterable estupidez humana y la decadencia moral de nuestra sociedad y el título que propone es también el de un dibujo del artista aragonés, perteneciente al Cuaderno C.


El Roto persigue, a través de sus viñetas diarias, lo mismo que Goya, mostrarnos el lado oscuro y real de la existencia, hacernos pensar, participarnos sus críticas al comportamiento humano, conjugando lo esencial de la imagen de austero trazo con un breve pero expresivo texto. La búsqueda de diálogos entre los artistas del pasado y el presente parece algo recurrente en el ámbito de los museos, y lo fructífero de este planteamiento queda puesto de manifiesto también en esta ocasión.



El Roto firma en este libro, editado  por Reservoir Books, un sentido homenaje a Goya, magistral observador del alma humana. Esta mirada personalísima ahonda en el espíritu negro del pintor español para ofrecernos un profundo examen sobre la persistencia de la necedad terrenal. Convergen aquí las miradas intemporales de dos artistas entregados a hacer partícipe a la sociedad de sus críticas al comportamiento humano.



Este singular libro en la trayectoria de El Roto reúne las ilustraciones realizadas específicamente para la exposición “No se puede mirar”, y suma otros quince dibujos escogidos por el autor para esta edición. A modo de catálogo, este libro se propone cartografiar el alma de un artista universal a la vez que fotografía el abismo que habita en cada ser humano.


¿Qué es lo que no se puede mirar? La violencia brutal expresada en las imágenes la que nos obliga a desviar la mirada, pues hiere nuestra sensibilidad; preferimos no ver lo que no es agradable. Pero la frase también se refiere al que no permite que su inhumana acción sea accesible a las miradas escrutadoras de aquellos que pueden y deben denunciarlo.

Goya y El Roto juegan con las palabras: dibujos complementados por títulos, frases. En ambos el mensaje es siempre inequívoco. Obras concebidas para hacernos pensar, para interrogarnos sobre todo aquello que hace que la vida de las personas no sea todo lo feliz que podría. Nos muestran el lado oscuro y real de la existencia.

El Roto se reconoce en las ideas de Goya. El pensamiento de ambos es de una extremada coherencia. Combinación de humor, la mayoría de las veces negro, y de intenso dramatismo, de modo que nada nos deja indiferentes. A una primera sonrisa le sigue una sensación de malestar que necesariamente provoca un apóstrofe, similar a los muchos de los que figuran junto a sus dibujos, como sucede con Goya.

Temas íntimamente ligados al comportamiento y condición del ser humano, sobre todo a sus miserias, que critican sin conmiseración. Control ideológico que los poderosos ejercen sobre el pueblo, el borreguismo de las multitudes, la ignorancia como raíz de todos los males, la violencia consustancial al hombre en sus diferentes formas y el sometimiento en las relaciones de pareja. En esencia el miedo, el dolor y el sufrimiento.



La hoja que da título a la exposición de El Roto, “No se puede mirar”, perteneciente al Cuaderno C, forma parte de un conjunto de más de cien dibujos elaborados por Goya hacia 1808-14, y constituye una de las más intensas reflexiones sobre la condición humana: sus miserias, violencias y temores. El dibujo lleva inscrito de su propia mano un título que Goya utilizó también en el Desastre 26, donde un grupo de civiles –niños, mujeres y hombres– esperan dramáticamente el momento de su muerte bajo las balas de los fusiles. En ese mismo cuaderno, un hombre mayor es izado con poleas para su tormento, como un mártir, pero, en este caso, de la Inquisición.

Goya, y también El Roto, juega con las palabras; los dibujos y estampas de uno y otro se complementan con títulos, frases, comentarios, textos, en suma, que refuerzan sus ideas. Y lo hacen, para ser coherentes con lo somero de sus imágenes, de modo austero, solo con lo esencial. Sus obras están concebidas para hacer pensar, para interrogar sobre todo aquello que hace que la vida de las personas no sea todo lo feliz que podría ser.

Al mirar estos dibujos de El Roto se pueden reconocer obras de Goya de épocas muy diversas, prueba de que el pensamiento de ambos es de una extremada coherencia; también se detectará la variada condición de esas fuentes, pues hay pinturas, dibujos y estampas, como no podría ser de otro modo tratándose de un artista tan versátil. Como es característico en las viñetas de El Roto, hay una combinación de humor, la mayoría de las veces negro, con un intenso dramatismo.

En ambos creadores se encuentran temas íntimamente ligados al comportamiento y la condición del ser humano, sobre todo a sus miserias, al que critican. En esencia: el miedo, el dolor y el sufrimiento.



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