“Diego Rivera, artista universal”.
En la calle Alberto Aguilera de Madrid está la Casa de
México en España, que quiere ampliar el conocimiento de las tradiciones y
valores culturales de México con proyectos de calidad, con gran valor estético
y significado histórico, como esta exposición sobre Diego Rivera que pretende
divulgar el arte mexicano.
Se trata de veinte obras del Museo de Arte del Estado de
Veracruz que muestran la obra temprana de Rivera. Obtuvo una sólida formación
en la Academia de San Carlos de la Ciudad de México, fundada en el s. XVIII,
que contó con profesores nacionales y extranjeros que le introdujeron tanto en
la tradición academicista del estudio de los géneros, como en el espíritu de la
modernidad que ya imperaba en el régimen porfirista.
Este régimen promovió estímulos a los más destacados
estudiantes de arte, pensionándolos para completar su formación en Europa. En
1907, Rivera se embarcó con una beca hacia Europa, donde estuvo hasta 1921,
exceptuando el año 1910 en el que volvió a México para participar en las conmemoraciones
del Centenario de la Independencia Mexicana.
Tierras quemadas de Cataluña, 1911
|
Su primer destino fue España, donde estuvo hasta 1909,
participando de la vanguardia en la que Zuloaga establecía la tendencia
madrileña e integrándose en el taller del maestro Eduardo Chicharro y Agüera,
representante del realismo académico. Rivera demostró ser un artista maduro,
con técnica y estilo bien cimentados, lo que le valió el reconocimiento de
Joaquín Sorolla. Pero se debatió entre tradición y modernidad, por lo que, en
1909, viajó a Bélgica, Alemania, Reino Unido y Francia.
En todo este tiempo entabló amistad con la comunidad
intelectual, destacando su relación con la pintora María Blanchard y el
literato Ramón Gómez de la Serna. Éste organizó en Madrid una exposición para
ambos artistas, entre otros, titulada “Los pintores íntegros”, en 1915. En ella
se exhibe la tendencia modernista de Rivera, con algunas obras en clave
cubista, estilo que había comenzado a cultivar en París desde 1913, y en las
que plasma su particular y personal visión de los modelos que retrata.
París fue uno de sus lugares de residencia habituales.
Estuvo en 1911-12 y 1915-20, siendo Montparnasse su centro habitual. En este
mundo cosmopolita, que acogía a destacados artistas provenientes del mundo
entero, Rivera vivió las tendencias pictóricas en busca de su propio lenguaje.
Después estuvo en Italia, 1920-21.
Tras el retorno a su patria, inició uno de los movimientos pictóricos más relevantes del siglo XX mexicano, siendo uno de los mayores representantes del muralismo y la escuela mexicana de pintura. Precisamente la exposición finaliza con una representación escenificada del arte muralista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario