domingo, 20 de octubre de 2019


Covarrubias.

La villa de Covarrubias está situada en la Comarca del Arlanza, provincia de Burgos, a 894 m de
altitud, protegida de los vientos del norte por la Sierra de las Mamblas, lo que origina un microclima que permite el cultivo de cerezas. La mitad de su término está afectado por la ZEPA Sabinares del Arlanza, con abundancia de buitres leonados y alimoches. Forma parte del Triángulo del Arlanza, junto con Lerma y Santo Domingo de Silos.

Su etimología se explica por las numerosas cuevas de color rojizo, cuevas-rojas, cerca del casco urbano mirando al río Arlanza. Desde el siglo X se conserva el nombre con pocas variantes y ya en el siglo XIII se convirtió en apellido toponímico de una de las familias importantes.

Aunque hay vestigios anteriores, los primeros pobladores fueron los turmódigos, tribu ibérica prerromana, pero el origen de la villa es medieval, fundada por el rey visigodo Chindasvinto en el siglo VII sobre los restos de un castro romano. Tras el paréntesis musulmán volvió a cobrar importancia. Parece que Fernán González descansaba aquí en el palacio de su madre, Muniadona, pero fue su hijo, García Fernández quien la convirtió en la capital del Infantazgo y cabeza de uno de los más importantes señoríos monásticos después de comprarla a los monjes de Valeránica. Era el año 978 y Covarrubias se convertía en “Las cuna de Castilla”.

Era la capital de un extenso territorio independiente, con jurisdicción propia en lo eclesiástico, civil y penal, gozando de exenciones tributarias. Sus dominio se dispersaban por un área muy amplia y sus habitantes podían circular libremente. Comprendía 70 villas e iglesias, 20 monasterios, infinidad de caseríos, quintas, montes, prados, pozos de sal, etc.

Prosperó al cuidado de sus abadesas: doña Urraca (hija de Fernán González y esposa del rey Ordoño III de León), doña Ava de Ribagorza (de trágica muerte), otra doña Urraca  (hija de Garcí Fernández), doña Sancha (hermana de Alfonso VII, que otorgó fueros en 1148). En el siglo XII el monasterio pasó a ser Colegiata. A la muerte de doña Sancha, Alfonso VIII confió la institución al Arzobispo de Toledo, aunque Fernando III el Santo, nieto de Alfonso VIII, la restauró y, no habiendo infanta, puso al infante Felipe de Castilla, hermano de Alfonso X el Sabio, quien, abandonando las dignidades eclesiásticas se casó con Kristina Olaf.

La princesa Kristina de Noruega, hija del rey Haakon IV, vino para casarse con el rey Alfonso X el Sabio que quería repudiar a su esposa Violante por no darle descendencia, pero a su llegada la reina iba a ser madre. Entonces le dieron a elegir entre los hermanos del rey y optó por Felipe, con quien se casó en 1258 en Valladolid. Tras cuatro años de matrimonio, murió de melancolía en Sevilla y fue enterrada en el claustro de la colegiata de Covarrubias, en un sepulcro gótico, en 1262. Tiene un monumento frente a la Colegiata.



Aquí nació, en 1524, Francisco Vallés, que inició sus estudios en la Universidad de Alcalá, en el Colegio Trilingüe, en 1544, alcanzando la licenciatura en artes y filosofía, después maestro, licenciado y doctorado en medicina en 1554 y desde 1156 impartiendo clases en dicha Universidad. Fue el primero que impartió clases prácticas con cadáveres por lo que se le considera el creador de la anatomía patológica. En 1590 mandó derribar las murallas de Covarrubias para mejorar la ventilación de la villa frente a una terrible epidemia. Fue médico personal de Felipe II, que le llamó Divino Vallés y le nombró Protomédico de todos los reinos y señoríos de Castilla, y acompañándole, murió en 1592 en Burgos, aunque sus restos fueron enterrados en la Capilla del Colegio Mayor de San Ildefonso, en Alcalá de Henares. Sus restos fueron hallados en 2011, durante obras de restauración.

A partir de 1759 y con la desaparición de la abadía, los privilegios de la villa quedaron anulados. En el siglo XIX, durante la Primera Guerra Carlista, la Expedición Real hizo alto aquí. En la actualidad tiene una inconfundible estampa medieval, un entramado urbano bien conservado, que debe apreciarse caminando sus calles con casas típicas, sus plazas, sin prisa. Contiene además un amplio patrimonio monumental, por lo que toda la villa fue declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico en 1965.

Destaca el Torreón de Fernán González, del siglo X, mozárabe, la única fortaleza castellana anterior al siglo XI que se conserva. La Torre “La Emparedada”, defensiva, enlazaría con la muralla que rodeaba la población. El recinto que la rodea albergó el Palacio del Abad. Tiene una gran solidez, forma piramidal truncada, planta rectangular y cuatro plantas. El acceso era por escalera móvil hasta una puerta a media altura, en arco de herradura. La leyenda dice que la infanta Urraca fue emparedada aquí por su padre Fernán González, como castigo por sus amoríos con un pastor.



En la plaza dedicada al rey Chindasvinto se halla la Ex Colegiata de San Cosme y San Damián, sobre el solar que debió ocupar la iglesia visigótica fundada en el siglo VII. En el siglo XII se hizo en estilo románico y la actual es de los siglos XIV-XV. La fachada se compone de torre campanario a la derecha y elegante rosetón de finas tracerías góticas. Bajo el pórtico añadido al atrio a comienzos del siglo XVI se oculta la puerta ojival. El interior es luminoso, es iglesia gótica de aires catedralicios, con tres naves, más alta y profunda la central, con crucero y retablo mayor churrigueresco dedicado a San Cosme y San Damián. Tiene cuatro capillas, un claustro del siglo XVI (sepulcro de Kristina, arca sencilla del siglo XIII), un órgano del XVII y altares barrocos del XVIII y un artesonado mudéjar en la Sala Capitular.



Una obra importante es el Tríptico de la Adoración de los Reyes Magos, siglo XV, atribuido a un discípulo de Gil de Siloé. Ante el retablo mayor se encuentran las tumbas de las tres grandes infantas-abadesas, del siglo XIV, con la cruz abacial sobre la tapa y escudos en la cabecera. A ambos lados del altar están los sepulcros de Fernán González (mármol blanco, siglo V) y su esposa (sepulcro romano, siglo IV), trasladados desde San Pedro de Arlanza en el siglo XIX. A cada lado del presbiterio hay otras sepulturas.



Covarrubias estuvo totalmente amurallada hasta la segunda mitad del siglo XVI. El Divino Vallés ordenó su derribo para que el viento sanease las calles ante la epidemia de peste. Debió tener tres puertas y quedan tramos junto al río y al lado de la iglesia de Santo Tomás, que era del siglo XII, siendo la actual del siglo XV. Tiene una pila bautismal románica una escalera plateresca, su joya.


La puerta del Archivo del Adelantamiento de Castilla es obra de la segunda mitad del siglo XVI, por mandato de Felipe II. Se hizo sin madera, para evitar incendios, en estilo herreriano con decoración renacentista. Fue el Centro documental del Adelantamiento de Castilla, con sede en Burgos, hasta que en el siglo XVIII perdió su función al trasladarse su contenido al Archivo General de Simancas. La entrada es la Puerta Real, entrada principal, bajo el escudo de Felipe II, con el toisón de oro. Las rejas de hierro son las originales.

Otros edificios importantes son la Casa de Doña Sancha, arquitectura tradicional, siglo XV, con fachada de adobe y entramado de madera. Los amplios soportal y balconada son ejemplo de aprovechamientos climáticos. Hay dos cruceros, del siglo XVI, uno frente al Torreón y otro frente al Archivo del Adelantamiento de Castilla. Lo que pudo ser el palacio de Fernán González es el actual Ayuntamiento, que conserva un arco románico del siglo XII.


Este ejemplo de arquitectura popular castellana ha sido galardonado con numerosos títulos, Conjunto Histórico-Artístico, Premio Europa Nostra, Antena de Oro, etc. Bien merece una visita, especialmente a mediados de julio cuando celebra su Encuentro medieval en el que se ponen a la venta sus apreciadas cerezas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario