jueves, 26 de septiembre de 2019


Museo del Bierzo. Ponferrada.


Este interesante museo fue inaugurado en 1997 a pesar de que había sido aprobado en 1966. Se ubicó en el Palacio de los Condes de Toreno, un notable edificio de la arquitectura civil de la ciudad construido entre 1565 y 1572 por provisión de Felipe II cuyo escudo real corona la fachada principal. Este edificio fue también lugar de reunión del Ayuntamiento y vivienda del Corregidor, además de cárcel de la villa hasta el s. XVIII. Está situado en el casco histórico, junto a la muralla y la torre del Reloj y muy cerca del Ayuntamiento. El edificio tiene dos plantas de exposición permanente, baja y superior. También existe una cripta subterránea, utilizada para las exposiciones temporales, y dos patios, uno interior por el que se accede y que actúa de distribuidor de las salas, y otro exterior, con pozo e higuera del s. XVIII.



Prehistoria.
Paleolítico inferior (300.000-100.00 años), yacimientos al aire libre en el río Cúa cerca de Cacabelos, con abundantes piezas líticas.
Neolítico, hachas pulimentadas del final del IV milenio a.C.
Calcolítico (2.500-1.800 a.C.), nuevos materiales con aparición del metal, cobre, trabajado en frío. Cerámicas a mano. Presencia de la cultura campaniforme en Bembibre.
Bronce medio, ídolos de Noceda y Villafranca del Bierzo, y pinturas de Sésamo y Librán, con iconografía y técnica relacionada con el mundo dolménico (representaciones zoomorfas y antropomorfas, en trazo grueso y color ocre).

Cultura castreña.
La Edad del Hierro (725-19 a.C.) inaugura una serie de transformaciones económicas, sociales y culturales. Yacimientos primeros en el castillo de Ponferrada y en Castro Ventosa en Pieros. Los pobladores se instalaron en la parte más baja del Bierzo, con hábitats fortificados. Se documentan más de 120 castros con ocupación hasta el s. II, en pleno dominio romano. Tienen sistemas de asentamiento independientes, con buenas condiciones estratégicas sobre el territorio circundante. Se ubican en colinas suaves y profundas laderas, de base rocosa, próximas a un río, controlando los recursos agropecuarios cercanos. Se dotan de murallas y carecen de un verdadero urbanismo. Tienen carácter suprafamiliar, con alto grado de cohesión interna. Eran prácticamente autosuficientes.



Periodo romano.
La inserción del Bierzo en la órbita romana se produce en las Guerras Cántabras (29-19 a.C.), adscrito hasta finales del s. III a la Hispania Citerior y, tras la reforma de Diocleciano, a la Gallaecia. Tras la conquista sufre un intenso proceso de romanización por sus riquezas auríferas, lo que provocó desplazamientos de núcleos de población a la llanura, creación de ciudades como Bergidum Flavium, trazado de red viaria, introducción de nuevos tipos de cultivo (vid y olivo, aunque la base seguían siendo los cereales) y nuevas relaciones de propiedad, transformación lenta de las creencias religiosas. Se mantuvo la ganadería (caballos asturcones) y la artesanía (cerámica fina o terra sigilata, actividad férrica derivada a la minería, vidrio). S. III, crisis, ruralización de la sociedad, vuelta a los castros.




Periodo visigótico.
Los montes bercianos se convierten en lugar de peregrinación de anacoretas que viven en cuevas de lugares apartados configurando un territorio al que denominarán Tebaida berciana. San Fructuoso fundó en el s. VII el monasterio Complutense, al que seguirán el Rufianiense, Visoniense, etc. Los discípulos, a su vez, crearán nuevas fundaciones lo que supuso la roturación y explotación de nuevos terrenos, el desarrollo de ciertos cultivos y el ser centros culturales.

Edad Media.
La invasión musulmana de principios del s. VIII trajo inestabilidad hasta mediados del s. IX, cuando se inicia la repoblación. El florecimiento de los monasterios contribuye a la articulación de la zona. En el s. X se celebra el Concilio de Irago. Desde el s. XI, al calor del Camino de Santiago surgen nuevos núcleos de población, se mejoran las infraestructuras y se construyen iglesias, hospitales, albergues, monasterios. Implantación de órdenes militares como los Templarios. Difusión del arte románico. Desde el s. XII se acelera la repoblación con la población preexistente y cristianos venidos del mundo musulmán.

Renacimiento y Barroco.
El arte y la sociedad. Con el gótico se había abierto un capítulo importante en la orfebrería, que adquiere formas arquitectónicas. La pintura está vinculada a las tallas de madera y a los retablos. Emigración a América. Expansión de la población en los ss. XVI y XVIII y crisis en el XVII.


El siglo XIX.
La capital de la nueva provincia será Villafranca, en dura disputa con Ponferrada. A la muerte de Fernando VII desapareció la provincia y se dividió entre León y Orense. Durante la Guerra de la Independencia, la zona sufrió el expolio de los ejércitos de paso, franceses e ingleses incluidos. Una batalla en el río Cúa en Cacabelos, dio tiempo al general inglés Moore para huir a La Coruña.




El siglo XX.
A finales del s. XIX el agotamiento de los yacimientos de mineral de hierro vizcaínos propició la búsqueda de otros. El descubrimiento en El Bierzo supondrá el desarrollo industrial.

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