Ruta de las cigüeñas en Alcalá de Henares.
En la Quinta de Cervantes se ofrece, como cada año, una
nueva edición de la exposición “Por San Blas, la cigüeña verás. La Cigüeña
Blanca en Alcalá de Henares”, en la que, por medio de unos paneles
informativos, se puede conocer la vida y costumbres de estas entrañables
criaturas y su relación con nuestra ciudad.
La muestra presenta a la cigüeña como un alcalaíno más
incidiendo en el interés, aprecio y preocupación que la ciudadanía ha
demostrado por este animal, por su problemática y su conservación. Los paneles
muestran a través de textos, fotos, mapas, dibujos, etc., las características
de esta ave migradora, icono de nuestra ciudad: morfología –medidas, peso,
color-, alimentación, hábitat y distribución, reproducción y nidificación.
Una característica muy importante es su migración. En
función de sus características biológicas estas aves están capacitadas para
volar largas distancias. En el caso de las de Alcalá, su destino es el África
subsahariana, a unos 3.000 kilómetros, lo que realizan en unas dos semanas. El
motivo es la falta de alimento, no el frío, aunque suelen ir unidos. La
existencia de vertederos, de comederos, acorta en ocasiones su ausencia, dando
la sensación de que están todo el año.
Los paneles siguen explicando la defensa del nido, el celo,
la cópula, la incubación y los pollos. Un eje temporal permite ver claramente
los ritmos biológicos, la fenología. El apartado siguiente ilustra sobre la
problemática que les afecta, indicando las amenazas, las causas y las
actuaciones. Está considerada una especie de “interés especial” y, aunque es
bien conocida y cuenta con buenas poblaciones, está calificada como
“vulnerable”. En la labor de protección destaca el Grupo de Rehabilitación de
la Fauna Salvaje, GREFA, que cuenta incluso con un hospital veterinario.
Para poder observar a estas cercanas aves se ha establecido
una ruta que se inicia en la Plaza de Cervantes desde donde son visibles muchos
nidos situados en la espadaña de la Capilla de San Ildefonso, el Círculo de
Contribuyentes, Capilla del Oidor, torre de Santa María, Colegio de Málaga,
Casa Consistorial y torre del Convento de las Agustinas. La ruta sigue por la
calle Mayor, hospital de Antezana, Casa de Cervantes y Palacio Arzobispal, para
terminar en la plaza de los Santos Niños presidida por la Catedral Magistral,
en cuya torre hay una quincena de nidos.
En este recorrido naturalista encontramos los grandes
edificios del patrimonio histórico-artístico de la ciudad, de los que los
paneles hacen una breve descripción: Monasterio de San Bernardo, Catedral
Magistral, Palacio Arzobispal, Oratorio San Felipe Neri, Capilla del Oidor,
Museo Casa Natal de Cervantes, Calle Mayor y Ayuntamiento.
Ya en el siglo I, el escritor romano Fedro descubrió la
astucia de la cigüeña en la fábula “La zorra y la cigüeña”, versionada siglos
después por Samaniego. De la constante presencia de este animal en nuestro
territorio son ejemplo algunos elementos de la cultura popular como
adivinanzas, canciones, etc., como ésta originaria de Guadalajara y Segovia:
“En el pinar canta el cuco, / y en la torre la cigüeña, / en el campo la perdiz
/ y el borracho en la taberna”.
Como ejemplo de la presencia de la cigüeña en otros
territorios, los paneles señalan a Bulgaria, donde una serie de leyendas
indican que son mucho más que un ave, un ser humano. Son símbolo de salud y
prosperidad. Creen que un nido en el tejado de una casa protegerá a sus
moradores y que su destrucción traería la desgracia. Además, ayudan a otras
aves migratorias como las golondrinas.
En la región francesa de Alsacia la cigüeña es uno de sus
símbolos más representativos. Se cree que allí se originó la frase “los bebés
vienen de París y los trae la cigüeña”, sustituyéndose el lugar. Quizá la
relación entre fertilidad y cuidado de
los bebés con la cigüeña se base en el amor que muestra hacia sus crías, lo que
la hizo sagrada en el Imperio Romano.
Finalmente se muestra a un curioso vecino de las cigüeñas,
al cernícalo primilla, catalogado “en peligro de extinción” debido a la
desaparición de su hábitat y al uso de pesticidas, aunque en Alcalá se cuenta
con una importante colonia. Esta ave, también migratoria, anida en los huecos
de edificios o debajo de las tejas y es fácil verla de febrero a septiembre.
Además de la exposición, otras formas de divulgación son la
cesión temporal de la exposición a colegios y asociaciones que lo soliciten, la
utilización del Cuaderno Didáctico sobre la Cigüeña Blanca disponible en la web
municipal y la participación en las rutas urbanas de observación, realizadas en
compañía de un educador ambiental, que permiten aunar el patrimonio
histórico-artístico y el natural, al encontrar nidos en los principales
monumentos.
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