viernes, 23 de septiembre de 2016

Ozono Troposférico.

A pesar de las muertes prematuras y de los daños a la vegetación que causa, este problema no es muy conocido. En los últimos años parece que va aumentando la preocupación por este contaminante que, como dice un folleto, “no sale de las chimeneas ni los tubos de escape, y que afecta más a las zonas rurales que a las grandes ciudades: el OZONO TROPOSFÉRICO”, pero el nivel de mentalización es claramente insuficiente. Sin ir más lejos, en el día sin coches, éstos no se movieron o se movieron poco, pero fue por el gran atasco que hubo en Madrid.


Para tratar de concienciar sobre este grave problema, Ecologistas en Acción, en colaboración con el Ayuntamiento de Alcalá de Henares, ha organizado una exposición en la Junta Municipal del Distrito IV (calle Octavio Paz, 15), que se compone de una serie de paneles informativos con textos, gráficos, mapas, tablas de datos, etc., muy claros e ilustrativos.

Los paneles explican lo que supone este ozono troposférico u ozono malo, cómo se forma ("El origen del ozono se encuentra en las emisiones de otros contaminantes llamados "precursores" producidas por el tráfico, las
industrias y las calefacciones. Estos contaminantes precursores se transforman en ozono en presencia de la radiación solar"), ejemplifican las consecuencias en el litoral mediterráneo y en el entorno de Madrid e indican los efectos en la salud y en la vegetación, explicitando los tipos de efectos, su coste económico y añadiendo recomendaciones para paliar estas situaciones. 

Las causas que originan el problema son
fundamentalmente dos, el transporte (automóvil, aumento de infraestructuras que incentivan su uso, extensión de la ciudad, puertos y aeropuertos) y la industria (contaminantes atmosféricos precursores del ozono: compuestos orgánicos volátiles -pinturas, tintas, colas, adhesivos- y óxidos de nitrógeno -grandes instalaciones de combustión-, centrales térmicas que utilizan combustibles fósiles -peores las de carbón-, concentración industrial en determinadas zonas). 


Esta es la situación actual a pesar de que existen leyes al respecto, directivas europeas y su transposición a las leyes españolas. Hay unos objetivos, pero también hay incumplimientos, superación de límites, información inadecuada y o no existen planes o no se ponen en práctica. El público tenemos derecho a la información y somos conscientes de cómo y dónde hay que presentar los datos, aunque no se cumpla. 

Existen planes contra la contaminación, pero, al parecer, las Comunidades Autónomas apenas los ponen en marcha.
Debe extenderse la información sobre cómo se conocen los niveles y, especialmente, qué hacer si se superan los valores objetivos y qué hacer si se superan los umbrales de información y alerta, lo que lleva aparejada la supresión de ciertas actividades como el tráfico. 

Del mismo modo que existen planes, existen alternativas y la exposición las centra en tres apartados. El primero se refiere al coche (menos coches, que no accedan a las
ciudades, menos infraestructuras, menor velocidad, mejorar la tecnología, usar menos gasoil, que es lo que más se vende y lo que más contamina. El segundo apartado se refiere a la movilidad sostenible (los centros de las ciudades son para la gente, más peatones y más bicicletas, mejor transporte público). Y el tercero hace referencia a la limpieza en la producción (cómo reducir la contaminación de la industria, economía circular con total reciclado, mejoras técnicas, energías renovables, ahorro energético, sustitución de los disolventes orgánicos). 


Ha resultado una exposición breve, pero completa. Tratando de hacer ejemplo, es una exposición sencilla, fácil de montar, eficiente. Y es suficiente para mentalizar, para concicnciar. Es una pena que este esfuerzo no sea recompensado por lo inadecuado del espacio, un pasillo. Ya se comprende que puede haber algún problema en la disponibilidad de espacios, pero ¿no se puede disponer de un espacio mejor que un pasillo? Da la sensación de un trabajo no recompensado para los organizadores. 

En cualquier caso, todo depende de nosotros. Los ciudadanos, que somos los que padecemos el mal, somos los que debemos adoptar una decidida actitud activa y exigir una correcta información primero y la ejecución de medidas suficientes para corregir la situación. Pero, ¿seremos capaces de dejar el coche y caminar o usar el transporte público o la bicicleta, por ejemplo? La problemática particular -desplazamiento al trabajo, compra familiar, etc.- no facilitan la solución del problema, pero, pensando en lo que nos jugamos, debemos todos hacer un esfuerzo, un sacrificio.


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