Las Perseidas
Las Perseidas tienen un puesto relevante en el calendario
de lluvias de estrellas. Hay ya referencias en los anales chinos de principios
de nuestra era y en la Edad Media europea se comenzó a llamarlas “lágrimas de San Lorenzo” (10 de agosto),
en memoria del diácono martirizado, patrón de Huesca, mi tierra.
Los cometas, a lo largo de sus órbitas alrededor del Sol,
van dejando unas pequeñas partículas de polvo dispersas que, al entrar a gran
velocidad en la atmósfera terrestre, crean esos trazos luminosos que llamamos
“estrellas fugaces”, meteoros. Las trayectorias parecen converger, por efecto
de la perspectiva, en un punto llamado radiante y la constelación donde se
localiza da nombre a la lluvia: las Perseidas en Perseo, las Gemínidas en
Géminis. El causante de las Perseidas es el cometa Swift Tuttle, descubierto en
1862, cuya actividad depende de su situación con respecto al sol. En los años
cercanos al perihelio, máximo acercamiento, puede haber 400-500 meteoros/hora,
disminuyendo en otros años.
Este año, 2016, tiene su mejor momento en las noches del
11 y 12 de agosto, con luna creciente que desaparece sobre las 2 horas. La
Agrupación Astronómica Complutense ha buscado un lugar con menos contaminación
lumínica y a él viajamos la noche del 11. Como no está marcado el camino,
tenemos alguna dificultad al final, pero coincidimos en la llegada con Fernando
e Isabel. Son las 24 h. Instalamos el campamento y Fernando monta sus cámaras. La
noche es profunda, con el silencio intensificado por el monótono, insistente y “obsesionante
criqueteo de los grillos” (José Luis Sampedro). La luna, todavía algo alta,
arroja su plateada luz por el rastrojo del amplio espacio donde estamos
mientras al fondo surge como una llamarada, como un globo, como una
fosforescencia, la contaminación lumínica producida por Madrid.
Isabel, con un puntero láser, hace comentarios sobre las
estrellas y sitúa Perseo, la madre de las Perseidas, para saber por dónde
convergerán la mayoría, aunque podrán verse por todo el cielo porque hay
algunas más anárquicas. Es visible durante casi todo el año en el Hemisferio
Norte, y es considerada una constelación menor a pesar de que Mirphak, su
estrella principal es 62 veces mayor que el sol y ocho veces más masiva, y el
“brazo de Perseo” es el más grande de los ocho que componen nuestra galaxia, la
Vía Láctea.
Su nombre está ligado a la leyenda. El oráculo había
advertido a Acrisio que su nieto, Perseo, el hijo de su hija Dánae, acabaría
con su vida, por lo que la encerró, aunque Zeus la fecundó entrando convertido
en lluvia de oro. Acrisio metió a su
hija y a su nieto en un cofre y lo tiró a un río que los arrastró hasta
Séfiros, isla gobernada por el tirano Polidectes. Éste pidió a los varones que
quisieran casarse con su hija Hipodamía que entregaran un caballo, pensando en
eliminar a Perseo, por pobre. Perseo juró que traería la cabeza de Medusa, una
Gorgona que convertía a los hombres en piedra con una mirada y fue ayudado por
un escudo de Atenea que utilizó como espejo y una espada de Hermes con la que
le cortó la cabeza, saliendo de la sangre un caballo mágico que volaba, Pegaso.
Comienza a notarse el frío y hay que abrigarse sobre los
asientos y tumbonas preparados para disfrutar del espectáculo. La luna, en su
lenta declinación hacia el horizonte, sigue plateando el campo. Poco a poco,
casi imperceptiblemente, va descendiendo y perdiendo tamaño y luz. Se ve muy
bien la Vía Láctea, que cruza encima de nosotros en un cielo cuajado de
estrellas, brillante, luminoso.
Celia Molina |
Perseo, al regresar, encontró a Andrómeda atada a una
roca a punto de ser devorada por un monstruo marino y se prendó de ella. Todavía
viajó hasta Argos para participar en los Juegos Olímpicos y, con un tiro
involuntario de disco, mató a su abuelo Acrisio, cumpliéndose el oráculo. Para
eternizar su amor, Zeus convirtió a Perseo y Andrómeda en dos constelaciones
que estarán siempre juntas en el firmamento. Isabel nos las señala y nos
colocamos en posición de espectadores.
Sobre la una hay un momento de bastante intensidad de
perseidas, aunque después baja mientras parece que aumenta la sensación de
frío. Hacia las 2 desaparece la luna y el campo se oscurece. Vienen otros
conocidos que agrandan el campamento. En esta noche serena, punteada de
estrellas y de comentarios – Fernando ofrece whisky para el frío con poco
éxito-, también hay tiempo para el silencio. De vez en cuando se enciende en
medio de la noche un puntito de luz vacilante y una pequeña nube de humo forma
otra Vía Láctea, más cercana.
Los que han venido los últimos se marchan porque Concha,
que resulta ser también de Huesca, tiene que entrar a trabajar pronto. Tras la
despedida vuelve el silencio y parece que hace menos frío, aunque se agradece
la sensación después del horno de los últimos días. Los faros de un coche
atraviesan la noche, pero desaparecen lejos. Más tarde, unas sombras se acercan
al campamento y aparecen otras cuatro personas que se instalan con nosotros. La
noche parece llena de presencias. Ante el impresionante espectáculo de las
estrellas la perspectiva temporal se ensancha como la espacial. Con la tensión
de las fuerzas suavizadas por la magia nocturna el tiempo parece suspendido,
detenido, no se mueve, pero es un tiempo vital que acrecienta la sensación de
presente infinito, de presente imperturbable.
El pico máximo de actividad estaba previsto hacia las 4
y, efectivamente, un poco antes parece que aumenta la intensidad de las
apariciones. Aunque la mayoría son menos luminosas y más breves, hemos visto
muchas y alguna especialmente más intensa o más larga. Es suficiente, así que
nos vamos dejando solos a los más interesados, Isabel y Fernando, como reyes
–¿católicos?- de la explanada y deseando que las cámaras, que han estado todo
el tiempo trabajando, hayan captado alguna foto interesante.
Fotos: Fernando Luis García
Isidoro
Canon 700D ISO 6400 15 segungos exposición. Objetivo 18 mm
Sony Alpha58 ISO 1600 15 segundos exposición. Objetivo 18mm
GoPro.ISO 800, 30 segundos de exposición
Canon 700D ISO 6400 15 segungos exposición. Objetivo 18 mm
Sony Alpha58 ISO 1600 15 segundos exposición. Objetivo 18mm
GoPro.ISO 800, 30 segundos de exposición
Un precioso relato de lo que vivimos esa noche. Gracias por vuestra compañía.
ResponderEliminarIsabel
Formé parte de las cuatro últimas sombras o personas ;) en incorporarse al grupo. Gracias por la acogida y por el edredón prestado que nos salvo de pasar frío. Hasta la próxima,
ResponderEliminarMiguel Baranda