viernes, 22 de julio de 2016

Caixa-Fórum: La Phillips Collection.

Venimos muchas veces a este centro de exposiciones, la mayoría de las cuales son muy interesantes e incluso alguna, excepcional. En esta ocasión, como siempre, hay otras exposiciones, también originales e innovadoras:

Una expo más presenta diferentes proyectos artísticos que pretenden mostrar cómo el arte puede contribuir a la representación de personas en situación de vulnerabilidad. Y lo hace dándoles voz en primera persona porque la cultura y sus diferentes expresiones artísticas siempre se han entendido como una forma de mirar el mundo, de leerlo, interpretarlo o criticarlo y el compromiso social ha sido parte inherente del arte.


El peso de un gesto ha sido seleccionado por el artista portugués Juliao Sarmento, que ha utilizado distintos lenguajes: del arte conceptual a la abstracción, del cine a la pintura. Su forma de entender la creación se fija más en el gesto artístico que en materiales, soportes o lenguajes y ofrece una visión del arte de nuestro tiempo menos vinculada a grandes discursos y teorías, menos programática y más libre, abriendo nuevas perspectivas desde la sensibilidad y la creatividad.

Las dos están muy bien, pero lo que realmente hemos venido a ver es:

Impresionistas y modernos. Obras maestras de la Phillips Collection,
sesenta pinturas procedentes del “primer museo de arte moderno” que se creó en los Estados Unidos, que siempre ha apostado por la idea de la modernidad como un diálogo entre pasado y presente, sin ningún tipo de restricción geográfica, nacional o histórica. La Phillips Collection ha ocupado un lugar destacado en la vida cultural estadounidense desde que el museo abrió las puertas al público en 1921, sabiendo reunir una colección de arte de prestigio mundial con una “visión de conjunto” estética.  Esta exposición, distribuida en seis ámbitos temáticos que se articulan cronológicamente, refleja la evolución de la pintura moderna desde el siglo XIX hasta ya entrada la segunda mitad del siglo XX.

1.- Clasicismo, romanticismo y realismo. El clasicismo para alcanzar el equilibrio buscaba lo intemporal. El romanticismo priorizaba el desequilibrio y la emoción. El realismo, al centrarse en hechos observables, fue el antídoto para los otros dos. Las características de esta forma de entender la pintura eran la ausencia de acabados, la libertad de ejecución y la espontaneidad. Pintores: Eugène Delacroix, Honoré Daumier, Jean-Auguste-Dominique Ingres, Gustave Courbet, Camille Corot, John Constable, Édouard Manet.
- Eugène Delacroix, Caballos saliendo del mar, 1860. Obra tardía que se inspira en los viajes que realizó por el norte de África como miembro de una misión diplomática francesa ante el sultán de Marruecos. “Excepcional combinación de lo clásico y lo romántico”.

2.- Impresionismo y postimpresionismo. A mediados de la década de 1860 los impresionistas preferían pintar escenas de la vida cotidiana y vistas urbanas o paisajes trabajándolas al aire libre con paletas luminosas. Hacia mediados de la década de 1880 se supera este estilo basado en la observación, aumenta lo imaginativo y el uso expresivo de los colores. El cuadro deja de ser una transcripción de la naturaleza y se convierte en una invención estética. Pintores: Vincent Van Gogh, Edgar Degas, Paul Cézanne, Claude Monet, Alfred Sisley.
- Claude Monet, El camino de Vétheuil, 1879. Manchas de color, pinceladas densas y una composición sencilla representan el camino en un atardecer de otoño. La serie es de cinco lienzos que representan la misma escena en diferentes condiciones atmosféricas y momentos del día.

3.- Paris y el cubismo. A principios del siglo XX Paris era la ciudad donde la imaginación podía volar sin restricciones. Los cubistas fragmentaron la forma desde distintos puntos de vista y exploraron nuevas formas de representación de la figura en la geometría expresiva simplificada de la escultura tribal africana. Otros utilizaron una mirada más sensual a través del color. Pintores: Pablo Picasso, Henri Rousseau, Georges Braque, Juan Gris, Amedeo Modigliani.
- Juan Gris, Naturaleza muerta con periódico, 1916. Esta pintura aúna sus intereses modernos y clásicos. La paleta sombría remite a sus raíces españolas y el interés por el collage está presente en el efecto de cortar y pegar del periódico.

4.- Intimismo y arte moderno. A finales del siglo XIX, en Francia, se entendía la pintura como algo personal o íntimo, vinculado a los sentimientos y la imaginación del artista. Así aparecen los interiores domésticos que tienen una carga psicológica novedosa coetánea del nacimiento del psicoanálisis. Los objetos pueden tener valor personal y presentan una visión microcósmica del mundo a escala íntima. Pintores: Henri Matisse, Georges Braque, Pierre Bonnard.
- Henri Matisse, Interior con cortina egipcia, 1948. Pintura con gran energía al llegar a la vejez: la palmera es referencia a la longevidad, la granada simboliza la fertilidad y la negrura invernal de la cortina egipcia rebosa de vida con motivos rojos y verdes.

5.- Naturaleza y expresionismo. En un mundo con electricidad, rayos X, automóviles, aviones, cine, etc., se repiensa el crear equivalentes visuales de esas nuevas experiencias. El expresionismo intenta poner de relieve que el arte puede expresar la experiencia personal al margen de la existencia de un tema, pero la naturaleza sigue siendo fuente de inspiración. Pintores: Oskar Kokoschka, Wassily Kandinsky, Georges Rouault.
- Oskar Kokoschka, Courmayeur y las cumbres de los Gigantes, 1927. Obra, de uno de sus viajes por Europa para pintar ciudades y lugares pintorescos, realizada desde el balcón de la habitación de su hotel, con colores diluidos hasta casi la consistencia de la acuarela.

6.- Expresionismo abstracto. A mediados del siglo XX se considera al subconsciente como fuente primordial de inspiración creativa. Se destaca la pincelada expresiva y el propio acto de pintar o se busca la fuerza en unas relaciones cromáticas líricas y trascendentes. Pintores: Jackson Pollock.
- Jackson Pollock, Composición, 1938-1941. Lenguaje pictórico completamente nuevo y personal debido a su convicción de la existencia de conexión entre emoción y abstracción. Manifiesta su interés por el arte indígena americano y su conocimiento de la obra de Picasso, Kansdinsky y Miró.


Una exposición muy aconsejable, en la que la precisa organización cronológica facilita la comprensión de la evolución de la pintura a través de la sucesión de los distintos “ismos”.

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