Cervantes en su cuarto centenario.
Cuando llegan estas fechas tan, al parecer, importantes, todo el mundo se acuerda de lo que, quizá, ha estado demasiado olvidado y volverá a estarlo. En cualquier caso, bienvenidos sean todos los actos que tienen un fin tan loable como es el intentar conocer más a fondo a un personaje de la talla de Cervantes y animar, si es posible, a su lectura. Del "internacional y resobado repertorio de alharacas y garambainas" (Juan Goytisolo) oficiales y de todo tipo que se desarrollarán en este año cervantino, de entre la gran cantidad de actos -muy variados, muy diferentes entre sí, todos interesantes, inabarcables- dedicados a conmemorar tan redonda fecha, pueden entresacarse algunos. Unos son actos oficiales, de los poderes públicos; otros son de iniciativa privada e incluso de grupos aficionados.
El primero es la gran exposición
de la Biblioteca Nacional, en Madrid, donde, hasta mayo, la acogedora penumbra protegió gran cantidad de documentos originales, libros, cuadros,
etc. Se estructuró en tres ejes, hombre, personaje y mito, que resultaron tres
miradas, tres perspectivas, tres formas de abarcar el personaje que se
complementaban mutuamente, necesitándose unas a otras. En la primera se tenía una
visión de la época en la que vivió un Cervantes viajero, siguiendo los
escenarios donde se recuperó al Cervantes hombre y su relación con los
escritores de su época. La segunda parte estaba dedicada a la representación de
Cervantes como escritor, personaje creado por él mismo al inicio de las Novelas
Ejemplares. El tercer eje se centraba en la construcción del mito, modelo a
imitar lo mismo que su obra, y su presencia en monumentos de plazas y calles.
Ya en Alcalá, nos fijamos en dos de los muchos actos
celebrados también aquí.
Uno de ellos es el Festival
Fin de Curso de la Asociación de Mujeres Demócratas Independientes Complutenses,
cuya presidenta Asela Sanz abrió el acto, celebrado el 17 de mayo en el henchido
Salón Cervantes. Bajo el título de “Cervantes y el infinito femenino”, la
presentadora, Esperanza de Antonio, fue dando paso a un amplio catálogo de
actuaciones que comenzó por un autorretrato de Cervantes y continuó dividido en
varias partes. En la Obertura vimos a los principales personajes, tanto
masculinos como femeninos; varias seguidillas en Los Molinos; a Marcela, jotas –como
la del Puente Zulema- y seguidillas en el apartado Pastoril; Maritornes y otras
danzas más modernas como “Danza Gitana” y
“Dos cervezas, por favor”, en La venta y la duquesa y danzas históricas en El Palacio, para terminar con “El sueño Imposible”. El gran esfuerzo en ensayos y en la confección del vestuario de este grupo aficionado quedó reflejado en el buen trabajo realizado, en el interés de los bailes –extensos en cantidad y excelsos en calidad-, en la belleza de los vestidos -de texturas complementarias y colores atractivos- y en la fuerte ovación con la que un público entregado premió su brillante actuación.
“Dos cervezas, por favor”, en La venta y la duquesa y danzas históricas en El Palacio, para terminar con “El sueño Imposible”. El gran esfuerzo en ensayos y en la confección del vestuario de este grupo aficionado quedó reflejado en el buen trabajo realizado, en el interés de los bailes –extensos en cantidad y excelsos en calidad-, en la belleza de los vestidos -de texturas complementarias y colores atractivos- y en la fuerte ovación con la que un público entregado premió su brillante actuación.
Otro acto importante fue el Fin del Curso de Iniciación Teatral que impartió el grupo Teatro
Independiente de Alcalá, T.I.A. Fue un curso para actores de teatro
aficionado, celebrado a lo largo de tres meses, que finalizó en la Sala
Margarita Xirgú el 25 de mayo. A las palabras de bienvenida de Luis Alonso y
José Mª de Pro, en nombre del equipo organizador del curso, siguió la
representación de las obras “Las amigas” (Luis Alonso), “Las mozas del Toboso” (L. Alonso y Atila-no), “Epitafio”
(Jorge Díaz) y “De tigres” (José
Sanchís). Con las palabras de despedida de Rosa
Prádanos (Socia Honorífica I) y Fco. Javier Blasco (Presidente de T.I.A.), la entrega
de diplomas y las fotos de rigor, se cerró el acto que puso de manifiesto la
profesionalidad de un grupo aficionado como T.I.A., su desinteresado buen hacer
didáctico y la cantera de actores-actrices aficionados con que cuenta la
ciudad.
Otro grupo también de Alcalá, Catalejo Teatro, estrenó el entremés “El retablo de las maravillas”,
el 7 de mayo en la localidad de Corpa, aunque tenían la intención de hacerlo también
en Alcalá. En esta obra intervinieron José Manuel Burgos, Carmela Tena, Rosario Guijarro, María Rosa Rodríguez Palomar, José Bautista, Maribel Domínguez, Soraya Andrés, Isabel Rodríguez, Paco León y los niños Cristina Andrés y Juanjo Setién, que hicieron ver, en este entremés de Cervantes que es una parábola política y social en clave de humor, una pieza casi surrealista, cómo unos cómicos muestran un retablo donde nada se ve, pero que consigue que todas las clases sociales opinen de manera falsa y vean una realidad inexistente debido a las convenciones sociales, a los intereses y a la hipocresía. A la hora de
redactar este artículo, todavía no habían representado su obra en Alcalá, donde tuvimos ocasión de verlos en su versión del Tenorio y donde se espera con deseo su actuación.
Todas estas celebraciones son muy distintas. Algunas están hechas con muchos medios, con los medios oficiales, como la exposición de la Biblioteca Nacional. Otras, en cambio, están hechas con pocos medios, con la actuación aficionada, desinteresada, de los participantes, que "pierden" agradablemente su tiempo en ensayos y trabajos varios y que incluso tienen que costearse su propio vestuario.
redactar este artículo, todavía no habían representado su obra en Alcalá, donde tuvimos ocasión de verlos en su versión del Tenorio y donde se espera con deseo su actuación.
Todas estas celebraciones son muy distintas. Algunas están hechas con muchos medios, con los medios oficiales, como la exposición de la Biblioteca Nacional. Otras, en cambio, están hechas con pocos medios, con la actuación aficionada, desinteresada, de los participantes, que "pierden" agradablemente su tiempo en ensayos y trabajos varios y que incluso tienen que costearse su propio vestuario.
Aquí se trata de poner de manifiesto, al margen de la potencia de los actos oficiales -victorias ruidosas-, la sencillez y humildad de los actos privados, la hondura del sentimiento de los grupos aficionados, la verdad del pensamiento de la calle, representados en estos grupos aficionados que, sin más miras que las puramente culturales, con transparentes preocupaciones, presentan al final unos resultados tan satisfactorios. Otros hicieron menos y presumieron más.
Muchas gracias por hacer mención al grupo Catalejo, con el que represente El Retablo de las Maravillas". Efectivamente, el amor por el teatro y nuestra afición, hizo que el sacrificio para sacar tiempo para los ensayos, la confección de nuestro propio vestuario, etc.. mereciera la pena. Pudimos llevarla a cabo, aunque queda mucho por andar, mucho por corregir y mucho por aprender. Pero nadie puede parar el gusanillo del teatro una vez que lo tienes dentro. Gracias, por verlo también asi! Un abrazo!
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