Ermita de Peñamira.
Rutas fáciles para conocer Guadalajara |
Siguiendo, otra vez, el libro de mis amigas Alicia y Mª
Jesús Ramos (Rutas fáciles para conocer Guadalajara, aache turismo/5), vamos en
esta ocasión a la Ermita de Peñamira, en una ruta no circular –se va y se
vuelve por el mismo camino- de unos 10 kms, de dificultad media por las
constantes subidas y bajadas y de 3 h 20´de duración, que Andrés Campos reduce
a 3 h y dificultad baja, a pesar de los 300-400 m de desnivel.
Llegamos desde Tamajón y ascendemos a Muriel justo al lado
del río Sorbe, el principal afluente del Henares. Estamos a una altitud de 869
m. Seguimos la calle principal, dejando a la izquierda la
iglesia, y, casi al
final, hablamos un momento con el señor Virgilio, dejamos a la izquierda una
fuente y el lavadero y una pista deportiva verde -tanto Alicia-Mª Jesús como
Andrés dicen que es roja- que así encaja más en el entorno y empezamos la ruta ascendiendo
entre olivos y encinas mientras el cielo está bastante nublado y la frondosidad
compacta de los árboles parece retener el frescor de la noche. Poco después, a
unos 10´, una puerta –abierta- cierra el camino a los coches. Hacia atrás, los
tejados rojos del pueblo destacan de los verdes que los rodean, verde brillante
de la vegetación de ribera, verde plateado de los olivos, verde oscuro de las
encinas, del fondo. A la izquierda queda el monte Las Cabezuelas, de 958 m., y,
con la subida, la temperatura parece aumentar.
Del encinar, autóctono, adehesado en algunos puntos, que
mira desde el fondo de los siglos, se pasa al pinar de repoblación de forma
brusca y tras terminar la subida se inicia la bajada hasta el arroyo de las Quintanillas.
El camino es ancho y bueno, salvo en las subidas y bajadas donde está
abarrancado por el agua de lluvia. A nuestra derecha hay un profundo barranco
con vegetación de ribera donde ya asoma el otoño que empieza a colorear las
hojas, transformando el verde en amarillos y algo de ocres y marrones. A lo
largo del camino, pinos, enebros y alguna sabina.
Está situada en una cresta caliza que ha sido cortada
perpendicularmente por el río, que la atraviesa dejando un estrechamiento y grandes
rocas que son islotes. Desde aquí se ve bien todo el embalse, de
53 hm3 de
capacidad y 245 has de superficie: la cola hacia atrás, al norte, hacia Muriel,
y al sur, la presa (tipo de materiales sueltos, núcleo de arcilla. Altura 57 m, longitud de coronación 530 m,
cota de coronación 846 m, cota de cimentación 789 m, cota de cauce 798 m). Este
pequeño embalse abastece de agua potable a los municipios de la MAS,
Mancomunidad de Aguas del Sorbe, entre ellos Alcalá de Henares,
complementándose cuando es necesario, desde 2009, con el embalse de Alcorlo. El
embalse, rodeado de bosque, forma un paisaje bonito, aunque el paisaje es un
estado del alma. El paisaje de fuera lo vemos con los ojos de dentro.
El día ha ido mejorando. No hay peligro de lluvia y la
temperatura es muy buena para andar. El sol resplandece sobre el polvoriento
camino, extendiéndose por el bosque y las colinas. El silencio ha
El señor Virgilio |
Nos vamos, creyendo en estas emociones fugaces, de este
pueblo, Muriel, que es nombre femenino, con distintos significados en varios
idiomas (la mujer que es reconocida en irlandés, ángel de junio en latín, mirra
en árabe, fragancia de Dios en hebreo, morena en griego) y hasta con un
personaje, la tía Muriel, en las novelas de Harry Potter.
senderismoguadalajara.es |
Para comer vamos a Humanes como en anterior ocasión, pero
han sido las fiestas y los restaurantes están cerrados. Nos mandan al lado
de la estación del ferrocarril, al
restaurante El Rincón de la Estación, que está lleno y tiene un menú que está
muy bien, tanto en calidad como en precio, y una camarera muy simpática.
Repetiremos.
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