sábado, 8 de agosto de 2015

Poesía. 

Paseo hasta el bar-restaurante Ágora de Alcalá de Henares atravesando la perezosa tarde. Estamos sufriendo una sofocante ola de calor y la pereza invade las calles. Sudoroso (“El sudor … Hijo del movimiento”, Miguel Hernández) llego al bar cuyos dueños, Concha y Oscar, abren sus puertas, para clientes y amigos, a un recital de poesía a cargo del Grupo Cero de Alcalá de Henares. Es el domingo 12 de julio a las 20:00 h y me dispongo a beber la tarde y una jarra de cerveza. 
El Taller de Poesía Grupo Cero de Alcalá pertenece a la Escuela de Poesía Grupo Cero fundada en el año 1969 por Miguel Oscar Menassa y está coordinado por Carlos Fernández, que presenta el acto. Después de agradecer a los asistentes su presencia a pesar del intenso calor africano, va dando paso sucesivamente a las integrantes del grupo (Gloria Gómez, Esther Núñez, Alicia Martín y Maribel Domínguez), a las que se han sumado en esta ocasión las componentes del Taller de Poesía para Jóvenes (Yosune Castellanos, Virginia González, Cristina Ajenjo, María del Pino y Sandra Marie), con caracoleantes circunloquios, aduladoras hipérboles, ensalzadoras prosopopeyas y líricos floripondios.
En las melodiosas voces de las recitadoras, que parecen no tener el síndrome de Ulises, que parecen haber llegado a su Ítaca, escuchamos poemas de poetas de todos los tiempos (Pablo Neruda, León Felipe, Antonio Machado, Luis Cernuda, Gioconda Belli, Miguel O. Menassa, etc.) con el sonido de fondo de la guitarra española del también poeta Kepa Ríos, que igualmente interviene cantando un poema musicalizado.
La tierra hierve y las casas se incendian con los últimos rayos del día en este crepúsculo de plomo. La fachada aparece encendida por el rojo fulgor del ocaso del sol, y en este espacio de tiempo crepuscular y casi vacío, en este prolongado intervalo de paz, en esta calma vespertina que si no estuviéramos aquí sería de satisfecha inactividad, escuchamos, mientras la tarde cae alrededor, cómo el sonido de los poemas se adelgaza hasta casi extinguirse para volver a alzarse en el éxtasis final.
Después, se permite la participación de personas del público antes de una nueva ronda de las recitadoras, convertidas esta vez en poetisas, que nos leen su propia obra porque “la poesía es el sentimiento que le sobra al corazón y te sale por la mano” (Carmen Conde) y a ellas les sobra sentimiento. Aunque decía el poeta que el primer verso te lo dan los dioses, ellas lo trabajan mucho ya que “la poesía se escribe cuando ella quiere” (José Hierro). Quedamos convencidos en parte de la ironía de Jean Cocteau (“Sé que la poesía es indispensable, pero no sabría decir para qué”), porque, en la declinación de la luz que lleva al día hacia la noche, sí sabemos para qué sirve.
El acto termina con el reparto gratuito del último número de su revista “Balcones de Poesía y Luna”, que cumple un año de vida. Esta revista trimestral, junto con su blog (balconesdepoesiayluna.blogspot.com), constituyen los mejores medios para conocer sus actividades, aunque su obra es conocida por otros recitales, tanto en Alcalá como en Torrejón de Ardoz, y por sus actos en centros educativos.
La poesía no está reñida con el calor; por eso han desarrollado un programa, Verano de Poesía, coordinado por Virginia Valdominos, que tiene lugar todos los miércoles de julio y agosto, a las 20 h en el bar El Laboratorio, donde se homenajea a un poeta cada semana (García Lorca, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Miguel Hernández, Dámaso Alonso, Germán Pardo y Miguel O. Menassa). Además de Virginia, colaboran Gloria y Maribel, con el acompañamiento a la guitarra de Kepa y también está abierto a la participación de cualquiera, previa inscripción.
Gustavo Adolfo Bécquer nos había advertido: ”No digáis que, agotado su tesoro, de asuntos falta, enmudeció la lira: podrá no haber poetas pero siempre habrá poesía”. Siempre habrá poesía, uno de los mejores espejos del alma de los pueblos, pero también hemos comprobado que sigue habiendo poetas, poetisas, y confiamos en que no sea de actualidad la afirmación de Miguel de Cervantes: “El año que es abundante de poesía, suele serlo de hambre”. Es difícil ganarse la vida con ella, pero enriquece el espíritu y procura sutileza, sensaciones y sentimientos a la persona para superar el verso de León Felipe: “Así es mi vida, piedra, como tú …”
Dejándome llevar por la magia de la noche que ha surgido de las llamas del fuego de la tarde, dejándome inundar por la paz de ese momento, cuando llego a casa “la luna ha entrado en mí” (Gioconda Belli) y el recuerdo de la tarde me dejará “enredado en este delicioso insomnio / perfumado de madrugada …” (Maribel Domínguez Duarte).

2 comentarios:

  1. En la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida.
    Federico García Lorca.

    Eso permite la poesía.

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  2. Gracias José Luis, qué maravillosa tarde nos compartes. Saludos.

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