Etapa 5. Santo Domingo de la Calzada-San Millán de la Cogolla-Nájera-Stº Domingo.
Madrugamos y viajamos de Pineda de la Sierra a Santo
Domingo de la Calzada, desde donde vamos a
hacer otra serie de rutas
circulares. Hace fresco por la mañana temprano, cuando pasamos por Cirueña, que
tiene la parroquia de San Andrés, sobre base prerrománica, s. X. Es un día algo
desapacible, muy nublado y ventoso, y paramos en Berceo a tomar un café. Reconfortados,
seguimos hasta San Millán de la Cogolla, importante centro espiritual a partir
del eremitorio rupestre.
El primer asentamiento, Suso, arriba, del s. XI, fue
habitado por Millán, s. VI, natural de Vergegium-Berceo, y se encuentra en
medio de exuberante vegetación, en la
ladera de una colina. En este cenobio
visigodo, con vista al valle de Cárdenas, hay dos niveles de cuevas habitadas
por Millán y sus discípulos, y a su alrededor se construyó el edificio, con
testimonios de época mozárabe -como arcos de herradura-, románica y el cenotafio
de San Millán. En 1002 Almanzor lo incendió y más tarde fue restaurado y
ampliado. Aquí se encuentran las tumbas de Toda, Ximena y Elvira, reinas de
Navarra, del señor de Cameros don Tello González y de los siete infantes de
Lara rodeando a su preceptor, Nuño.
La leyenda de los siete infantes de Lara, basada en
realidad histórica del último cuarto del s. X, fue éxito popular en la Edad
Media, en el Romancero. Los siete hermanos, hijos del noble Gonzalo
Gustioz,
fueron capturados por los musulmanes en una emboscada preparada por Ruy
Velásquez, llevados a Córdoba y decapitados. Los cadáveres, traídos a Castilla,
se colocaron en los sepulcros del pórtico meridional del monasterio. Mudarra
(“hijo de la renegada”), hijo bastardo de Gonzalo Gustioz y de una hermana del
mismo Almanzor con quien se educó, vengó la muerte de sus hermanastros.
El rey García era muy devoto de San Millán. Como acababa
de fundar el monasterio de Santa María la Real en Nájera, Corte del reino,
quiso llevarse allí los restos mortales del Santo. Se colocaron en
una carreta
tirada por bueyes y emprendieron viaje pero, al llegar al llano, cerca del río,
los bueyes se detuvieron y no quisieron volver a andar. Se entendió que era un
milagro y allí mandó edificar el reciente monasterio. Hasta 1100 coexistieron
los dos. El primero fiel a la tradición (regla mozárabe y carácter doble de
comunidad masculina y femenina) y el segundo reformado por la regla
benedictina. A partir del s. XII sólo hay la regla benedictina con la casa
principal, la de abajo, que es de mayores dimensiones –el Escorial de la
Rioja-. Fue construido en estilo románico y reconstruido en estilo herreriano
en el s. XVI y siguientes. Destacan el claustro y la sacristía barroca y tiene
una colección de códices y facsímiles. Es famoso por ser la cuna del castellano
y vasco escritos (Glosas Emilianenses) y está vinculado a Gonzalo de Berceo.
El día no mejora. Sigue nublado y ventoso, y así seguimos
hasta Nájera, población con entramado urbano medieval, alargado, entre el cerro
y el río, y con una leyenda sobre su origen: el rey García Sánchez III, un día
de caza, penetró en una cueva donde se le apareció la Virgen. En tal lugar
levantó el monasterio de Santa María la Real, para convertirse en panteón de
los reyes. Su nombre tiene ascendencia árabe, ya que Naxera significa “entre
peñas”. En 1218 San Fernando fue proclamado rey de Castilla y en el Codex
Calixtinus aparece como la cuarta etapa. El antiguo monasterio, actual
Colegiata, se levantó en estilo románico, sustituido en el s. XV por el gótico.
Tiene aspecto de fortaleza por los contrafuertes
cilíndricos de su cabecera.
Destaca el Panteón Real, la sillería del coro y el Claustro de los Caballeros.
Aquí nos hemos encontrado de nuevo con el río Najerilla, que también vimos
ayer.
La siguiente parada es Azofra, con su fuente de los
romeros. Después pasamos por un crucero y seguimos adelante entre campos de
vides dejando a la izquierda el Monasterio de Cañas, s. XIII. Pasando de nuevo
por Cirueña volvemos a Santo Domingo de la Calzada, en la vega del río Ojas,
surgida a fin s. XI, debido a Domingo (ver Ruta Ciclista: El Camino de
Santiago. Personajes). Tenía dos calles orientadas al
Oeste, la Mayor en el
barrio viejo y, entre el hospital y el puente, el barrio nuevo. Quedan murallas
del s. XIII-XIV.
La iglesia primitiva fue sustituida en la segunda mitad
del s. XII por otra nueva, tardorrománica, transformada en los ss. XV-XVI por
naves góticas con bóvedas de crucería. En el interior destaca el retablo de
Damián Forment, el sepulcro y el gallinero, con una curiosa leyenda (ver Camino
de Santiago). La torre exenta, de 69 m de altura, es del s. XVIII. Otra gran
construcción fue el puente del s. XI, reparado por franquicias en tiempo de los
Reyes Católicos, construido de nuevo, según trazas de Juan de Herrera, en el s.
XVI, destruido en el s. XVIII, etc. También deben verse el monasterio de San
Francisco, s. XVI, el Ayuntamiento, el monasterio cisterciense de las
Bernardas, s. XVII, etc.
Ha sido una etapa de 60 km, que nos ha alejado de la
Sierra y nos ha traído al Camino.
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