Museo Diocesano de Jaca
Es considerada una de las colecciones más bellas de arte románico y se aloja en las antiguas dependencias del claustro de la catedral. Fue inaugurado en 1970 como museo de arte sacro medieval. A lo largo de los últimos años ha incorporado obras de diversa tipología como documentos, joyas o instrumentos musicales, convirtiéndose así en testimonio de la riqueza patrimonial del Alto Aragón.
Planta baja.
1.Claustro.
Era el corazón de la vida en común de los canónigos, en la actividad cotidiana (cocina, refectorio, dormitorios), la toma de decisiones (sala capitular), celebraciones litúrgicas, silencio y meditación. Esta catedral tuvo dos, uno románico del siglo XII, de planta rectangular, con patio interior abierto. Su mayor interés residía en la decoración escultórica de los capiteles y en algunas inscripciones funerarias. Este claustro se sustituyó en el siglo XVII.
Capitel del sátiro.
Románico, primer tercio s. XII, piedra labrada, procede de la catedral de Jaca.
Tiene decoración figurada en sus cuatro caras. Pueden observarse un ave fénix, un león y un efebo desnudo (sátiro). En las esquinas se sitúan cuatro seres híbridos, aferrándose con sus garras al collarino del capitel. La figura del sátiro materializa las ideas de San Agustín sobre la resurrección de los cuerpos. El león simboliza el triunfo de Cristo sobre la muerte, lo mismo que el ave fénix envuelto en fuego. En contraposición, los cuatro híbridos aluden a las pasiones que fuerzan a los hombres a quedar anclados al mundo perecedero.
Capitel del rey David y los músicos.
Siglos XI-XII, piedra labrada, procede de la catedral de San Pedro de Jaca.
Es obra del “Maestro de Jaca” y está labrado en las cuatro caras. Tres de ellas muestran figuras de medio relieve que representan una abigarrada orquesta musical presidida por el rey David rodeado de once músicos tañendo diferentes instrumentos, mientras en la parte posterior se simulan hojas de acanto. Es pieza de gran importancia artística y representa también un documento musicológico que muestra instrumentos musicales medievales como laúd, siringa, flauta de pan, órgano y cuerno. La cara frontal la preside el rey David, barbado, con la corona sobre su cabeza, sentado en una silla de tijera, tañendo una fídula y flanqueado por otros dos músicos que tañen un salterio medieval y un arpa. El conjunto de instrumentos musicales muestra la influencia de diversas culturas.
2.Jardín.
El claustro era el espacio destinado a la reflexión y la liturgia. En el interior tenía un jardín estructurado con un elemento acuático en el centro que simbolizaba la fuente primordial del jardín del Edén del que salían cuatro ríos. En este claustro se conservan cuatro canalizaciones. La distribución era de cuatro parterres con distintas plantas: medicinales (acanto, cebolla e hypericum), ornamentales (simbolismo religioso, lirios-pureza y virtud, rosas-sangre de los mártires y la Pasión de Cristo), aromáticas (salvia, tomillo, menta) y hortalizas, frutas y verduras. También hay un pozo, varios cipreses (paz espiritual) y un tejo (se plantaba junto a las iglesias ya que los celtas lo consideraban un árbol sagrado, cualidad que se le siguió otorgando en la época medieval).3.Torreta.
Antigua sede del tribunal eclesiástico y cárcel, sus dos primeras salas exhiben las joyas de Santa Orosia. La última, “Letra y Música”, está ocupada por documentos, códices, instrumentos musicales y campanas. Orosia (Eurosia, Buena Rosa) nació en Bohemia y fue a Aragón a casarse con un noble. Los musulmanes la localizaron en Yebra de Basa y, al no aceptar casarse con un musulmán, la martirizaron y decapitaron. Un pastor exhumó el cadáver y dejó la cabeza en Yebra y el cuerpo en Jaca, de donde es patrona. El cuerpo de la santa está adornado por cincuenta joyas, prendidas con cintas donadas por los obispos jaqueses. La sala torreta actúa a modo de “Cámara del Tesoro”, donde se contemplan las suntuosas donaciones.4.Refectorio gótico.
Cabeza de Pantócrator. Tercer cuarto del s. XII, fresco pasado a lienzo, procede del ábside de la iglesia de San Juan Bautista, Ruesta (Zaragoza). Se halló al arrancar las pinturas, bajo la cabeza definitiva de Cristo, por lo que es un arrepentimiento sobre el que el artista pintó una nueva versión, más humanizada.
En su interior se muestra una colección de pinturas murales datadas entre los siglos XII y XVI, que provienen de las iglesias de la Diócesis y fueron trasladadas en las décadas de 1960 y 1970.
Pinturas murales de Ruesta.
Mediados s. XII, fresco traspasado a lienzo, proceden de la iglesia de San Juan Bautista. Preside la bóveda de horno del ábside un Cristo en majestad sedente, en actitud de bendecir, inscrito en la mandorla mística y rodeado por las siete lámparas del Apocalipsis. A ambos lados y enmarcados por medallones, el Tetramorfos (los cuatro Evangelistas con sus símbolos) y en los extremos sendos serafines o querubines. En el semicilindro absidial, separadas por una ventana central, se distinguen dos escenas del registro superior: a la izquierda, casi perdido, un Calvario, y a la derecha una representación reducida del Apostolado que simboliza la difusión universal del mensaje de la Redención. Al pie de la ventana vemos un Crismón trinitario. La decoración se completa en el intradós del arco triunfal con elementos vegetales estilizados y la figura del apóstol San Pedro, mientras en la enjuta conservada del trasdós aparece un pavo real, símbolo de la inmortalidad y del alma incorruptible. El estilo del “maestro de Ruesta” se muestra bastante evolucionado, dotando de incipiente humanismo a los personajes.
Pinturas murales de Navasa.
H. 1200, fresco y temple traspasado a lienzo, proceden de la iglesia de la Asunción de María en Navasa (Huesca).
Estos fragmentos decoraban la cabecera. En la bóveda de horno del ábside se representó un Cristo en majestad sedente y en actitud de bendecir, con un libro abierto donde se lee: “EGO SUM PRIMUS ET NOVISSIMUS”. A su derecha se situaban los símbolos de los evangelistas Lucas (toro alado) y Juan (águila), el arcángel Rafael y San Juan Bautista, mientras en el izquierdo, perdido, lo harían los símbolos de San Mateo y San Marcos, el arcángel Gabriel y la Virgen María. Es una iconografía muy utilizada en la plástica bizantina. En el semicilindro absidial, a ambos lados de la ventana central, se situarían escenas del nacimiento e infancia de Cristo: en el lado derecho la Epifanía y Huida a Egipto, y en el izquierdo quizá el Nacimiento y el Anuncio a los pastores. En un registro inferior se ha conservado un menologio o representación de los meses del año y sus labores agrícolas. En las escenas son las figuras las que compartimentan el espacio y ordenan la narración, sobre un inhabitual fondo formado por bandas azules y verdes.
Pinturas murales de la ermita de la Virgen en Concilio (Zaragoza)
h.1300, temple traspasado a lienzo.
Pinturas murales de la iglesia de San Andrés en Sorripas (Huesca).
S.XIV, segundo cuarto. Fresco traspasado a lienzo.
Pinturas murales de la ermita de Nuestra Señora en Ipas (Huesca)
S. XV, segundo cuarto. Fresco traspasado a lienzo.
Pinturas murales de la ermita de Nuestra Señora del Rosario en Osia (Huesca).
Siglo XIII, segunda mitad. Fresco y temple, traspasados a lienzo.
Pinturas murales de la iglesia de San Miguel Arcángel en Sieso (Huesca).
S. XVI, segundo tercio. Temple traspasado a lienzo.
5.Sala Bagüés.
Es la más espectacular, ya que alberga el conjunto de frescos románicos más extenso que ha llegado a nuestros días en la Península Ibérica. Sus pinturas, procedentes de la iglesia de San Julián y Santa Basilisa de Bagües -último tercio del s. XI-, fueron reubicadas en el museo en una dependencia que tiene la misma configuración que el templo del que proceden. En sus muros podemos ver una casi completa Biblia pintada e imaginar cómo eran los templos románicos llenos de pinturas y color.
Pinturas murales de Bagüés. h. 1080-1096, fresco.
De gran interés para el estudio de la pintura románica europea debido a su cronología temprana, la extensión y complejidad de su programa iconográfico, su estilo y su buen estado de conservación. Cubren la totalidad de los muros laterales y la cabecera, desarrollando un relato de la historia de la humanidad que arranca con la Creación de Adán y Eva, la Tentación y la Expulsión del Paraíso, y termina con la Redención, representada en el ábside con la Pasión, Muerte, Resurrección y Ascensión de Jesucristo a los cielos. Quizá en el muro de los pies se representó el Juicio Final.
Las escenas se organizan en registros horizontales facilitando así el proceso de ejecución y la secuencia del relato, que presenta cada composición como una viñeta, cerrada en sí misma. Se han elegido los pasajes bíblicos más importantes y se han incorporado inscripciones que identifican a los protagonistas, lo que demuestra su propósito didáctico. Estilísticamente se relaciona con obras francesas de la región del Poitou, con rasgos como la fuerza del dibujo, la variedad cromática con la combinación de gamas frías reservadas para los fondos con el fin de producir efectos de profundidad, y de tonalidades cálidas para los elementos de los primeros planos, el uso de arquitecturas, etc.6. Capillas claustrales.
Estas tres pequeñas salas se dedican a las tallas románicas, que comparten espacio con muestras de rejería medieval, pintura al temple, etc.
Virgen con Niño de Arbués.
Románico, s. XIII, madera tallada, dorada y policromada. Procede de la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol de Arbués (Huesca). La iglesia es románica, modificada en el s. XVII. El modelo de la Virgen sigue el estilo bizantino con sus características de hieratismo y simetría en las figuras. Pero en esta talla ya se aprecia cierta transición hacia el gótico, periodo en el que se humanizan las imágenes. La ubicación del Niño sobre la rodilla izquierda de su madre, desplazándose del eje de simetría, y la mano que ella apoya sobre el hombro de Cristo son indicios de una nueva sensibilidad. Sentada sobre un trono y coronada, la Virgen presenta en su diestra una manzana o una granada, en alusión a su papel como intercesora. El Niño también porta una corona y sostiene un orbe en su mano izquierda, mientras con la derecha quizá estuviese bendiciendo.
Sarcófago del conde Sancho Ramírez.
S. XII, piedra, procede de la catedral de San Pedro de Jaca. Nacido hacia 1040, era hijo natural del rey Ramiro I y de una señora de Barbenuta y desempeñó un importante papel en la corte aragonesa. Su prestigio como militar le llevó a gobernar castillos fronterizos, así como a administrar amplios territorios como Ribagorza. Realizó arriesgados viajes y protegió a la catedral de Jaca. Casó con Beatriz y tuvo cuatro hijos, entre ellos Talesa, esposa de Gastón de Bearne, conquistador de Zaragoza.
9.Sala Capitular.
La primitiva sala capitular románica formaba parte de las dependencias en las que los canónigos desarrollaban su vida en común según la regla de San Agustín. En este ámbito tenían lugar las reuniones del capítulo, donde se tomaban las decisiones importantes referidas a la Catedral y su Cabildo. La sala se abre a la crujía oriental del claustro mayor -el único conservado- mediante una puerta en medio punto flanqueada por dos ventanas a cada lado dotadas de columnas y de magníficos capiteles con decoración vegetal e historiada, en disposición que permite imaginar el aspecto de las desaparecidas arquerías del claustro. En el interior cubre con techumbre de madera del siglo XIV decorada con motivos heráldicos y en origen dispondría de sitiales de madera en su perímetro.Planta primera.
7.Secretum.
Sala de planta cuadrada cubierta con bóveda de crucería simple que sirvió para guardar documentos importantes y monedas, en arcones de tres llaves. De origen medieval, fue decorado en la segunda mitad del s. XVI. En la bóveda se ha representado a cuatro Padres de la Iglesia y a los cuatro Evangelistas. En los nervios de la bóveda aparecen los signos del Zodíaco y en la clave la tiara y las llaves, símbolos de San Pedro. En uno de los muros laterales aparece Moisés. Como recuerdo de su antigua función, se muestran una cruz procesional y un copón procedentes de la iglesia parroquial de los santos Julián y Basilisa en Bagüés (Zaragoza), la cruz procesional de Minerva, de la catedral de Jaca, y un cáliz procedente de Lanuza (Huesca).8.Biblioteca.
En el espacio de la antigua biblioteca catedralicia se exponen tallas de madera y pintura sobre tabla de estilo gótico, renacentista y barroco.
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