lunes, 13 de enero de 2025

El río Sorbe.

Está declarado Reserva Natural Fluvial y transcurre durante la mayor parte de su recorrido en la España “silícea”, representada por las sierras paleozoicas (esquistos, pizarras, cuarcitas, etc.) del macizo de Ayllón y sus estribaciones meridionales. Son unos 820 km2 que incluyen las sierras del Alto Rey (pico del Alto Rey, 1.852 m), de Ayllón (La Buitrera, 2.046 m) y del Ocejón (pico Ocejón, 2.048 m), definidas por bloques limitados por fracturas que suelen dirigir la red hidrográfica. Frente a la presencia dominante de pizarras y esquistos, muy erosionables, se alzan resaltes morfológicos muy característicos, afloramientos de cuarcitas más resistentes a la erosión. Un ejemplo es la cascada conocida como el salto de Despeñalagua, en las faldas del pico Ocejón, generada por la presencia de un potente banco de cuarcita.



Al ser las rocas más abundantes de color oscuro, desde el negro característico de las pizarras al gris parduzco de los esquistos, las construcciones tradicionales de los pueblos de estas sierras (Valverde de los Arroyos, La Huerce, Valdepinillos, Umbralejo, etc.) conforman la denominada “arquitectura negra”


Los materiales metamórficos del Paleozoico son prácticamente impermeables, lo que da lugar a manantiales de régimen marcadamente estacional, con aguas poco mineralizadas y de carácter bicarbonatado sódico y/o cálcico. Es la zona más elevada de la cuenca, con influencia atlántica y con mayores precipitaciones (cabecera del Sorbe, 900 mm; 500-600 en Sierra Ministra; en la desembocadura, 400). Parte de las precipitaciones son en forma de nieve, garantizando la presencia de caudales durante más tiempo. 

La vegetación característica es la de montaña, bosques de coníferas, pastizales y matorrales esclerófilos (degradación de la vegetación frondosa original). Las fresnedas son poco extensas debido a la angostura de los valles fluviales: fresno de hoja ancha en la cabecera, incluidos Lillas y Sonsaz, en Tejera Negra. Hay alisedas importantes desde Valverde de los Arroyos hasta la desembocadura. El avellano está presente de forma natural en las umbrías de Tejera Negra, Cantalojas, y en el Sorbe desde la cabecera hasta Umbralejo, acompañando a abedules (Sonsaz, barranco de Tejera Negra, Zarzas y cauce alto del Sorbe) o robles albares. Entre los arbustos destaca el brezo blanco.

Destaca el hayedo de Tejera Negra (Cantalojas). Valor botánico y faunístico, bellos paisajes. Superficie de 1.391 h., en las cabeceras de los ríos Lillas y Sorbe. El elemento de mayor valor paisajístico es el bosque de hayas, limitado a las umbrías de los valles más frescos. Paseo señalizado.



Nace en la Cumbre de las Berceras, muy cerca del límite con la provincia de Segovia, a unos 1.600 m de altitud., Cerca, un poco más al norte, está el pico Buitrera de 2.046 m, uno de los más altos de Castilla-La Mancha. Se le llama también río de la Hoz. El curso sigue una dirección E-SE, aunque hace una curva para bordear el pico Llanadas de 1.663 m. El desnivel es de unos 400 m.




Cuando lleva recorridos unos 10 km, y en un tramo algo menos encajado, recibe por la izquierda al río Lillas que viene del pico Buitrera con dirección este y sur, describiendo una curva a la altura del pico Majada de la Sierra de 1.696m. El curso es muy estrecho y encajado entre picos que no bajan de los 1.600 m.


De nuevo aumenta el hundimiento del río, con desniveles de casi 400 m, mientras sigue una orientación S-SE. Por la izquierda le llega el arroyo de Román o de la Virgen que pasa por Cantalojas y recibe al arroyo de la Dehesa, antiguamente muy aprovechado con muchos molinos. Toda esta zona es muy escarpada y los arroyos van muy profundos entre picos superiores a los 1.500 m. A partir de ahora cambia el curso y se dirige en dirección sur hasta el final. Toda el área está muy deshabitada.

Sigue el valle muy estrecho. El desnivel desciende, pero todavía supera los 300 m. Recibe por la derecha al río Sonsaz cuando lleva recorridos unos 23 km. Sobre los 30 le llega por la derecha el arroyo de la Chorrera que viene de Valverde de los Arroyos (detrás tiene el pico Ocejón, de 2.048 m, divisoria de aguas). Cerca quedan pueblos serranos como Zarzuela de Galve, Palancares, Valdepinillos, La Huerce, Umbralejo, Arroyos de las Fraguas, todos a más de 1.200 m de altitud. Después de Valverde, se van viendo más pinos, aunque en Palancares hay unos magníficos bosques autóctonos que desaparecen para reaparecer cerca de Almiruete. Hacia Umbralejo hay de nuevo bosque de pinos en la subida y bosque autóctono después en las laderas; en los cauces, chopos. El Sorbe es acotado de pesca y Reserva Nacional de Caza. Hay un sencillo puente.


Entre el río y el pueblo de La Nava de Jadraque había varias minas. En este tramo le llega por la izquierda el arroyo de los Regajos, que viene precisamente de La Nava. Continúa la angostura del valle. Después de la fábrica minera La Esperanza llega al embalse del Pozo de los Ramos, en cuyos alrededores hay encinas, robles, acebos, tejos y el gato montés. A la izquierda está el pico Cerrajos, de 1.437 m, que separa del pueblo de Semillas y de la cuenca del Bornova. Toda la zona es muy quebrada y áspera. Los pueblos más próximos son Almiruete y Tamajón, que sirve de entrada a los valles superiores y pertenece ya a la cuenca del Jarama.


Después de Tamajón las tierras son rojizas, hay mucho monte y pinar de repoblación. Los picos circundantes miden más de los 1.300 m y encierran el curso del río que llega a Muriel, en la cola del embalse de Beleña, cuya presa está situada a casi 55 km de recorrido. La altitud va descendiendo. Las alturas ahora escasamente sobrepasan los 1.000 m. Los pueblos cercanos, como Jócar y La Mierla, también están más bajos.





Inmediatamente después de la presa está Beleña de Sorbe, con los restos de su castillo vigilando el paso del río. A continuación, hay un tramo más llano, con varios meandros, pero nuevamente se encajona antes de Torrebeleña donde hay molinos como el de Robledillo y el de Razbona. Desde este último pueblo el curso cambia a SE.





La fábrica de harinas de La Fortuna nos anuncia la desembocadura, que se produce tres km más tarde, en curso de orientación este, después de la estación de San Antonio Cerezo, a la altura de Alarilla y su Muela. En la confluencia del Sorbe con el Henares hay una estrecha arboleda, que sigue el curso del río, que forma un paraje fresco y agradable donde nace el Canal del Henares.










viernes, 10 de enero de 2025

 Mejorada del Campo

Es un municipio de la Comunidad de Madrid con 24.274 habitantes (INE 2023), situado en la zona este, cerca de las poblaciones de Arganda, San Fernando y Alcalá de Henares. Aquí se produce la unión de los ríos Henares y Jarama dando lugar al Parque Regional del Sureste, con relevancia en los cultivos de huerta. Esta riqueza agrícola posibilitó los asentamientos humanos desde la Prehistoria, como lo indican los hallazgos en yacimientos de la segunda Edad del Bronce. En el Museo Municipal de Madrid se conservan restos del Paleolítico y del Neolítico hallados aquí. 

De otras épocas casi no hay constancia hasta el año 1150 cuando Alfonso VII el Emperador, rey de Castilla, donó a don Juan Obispo de Segovia el castillo de Aldovea y Mejorada del Campo, lugar que repobló. A finales del siglo XIII los vecinos compraron su libertad a los obispos de Segovia y se sometieron a la Corona, pasando a llamarse Mejorada del Rey. En el siglo XVI pasó a don Francisco González de Heredia y Gante, primer señor de Mejorada. En 1672 la compró don Pedro Fernández del Campo, caballero de la Orden de Santiago y del Real Consejo de Cámaras de Indias, que obtuvo el título de Marqués de Mejorada, que pasó a llamarse Mejorada del Campo. 

Hacia 1688, el segundo Marqués mandó edificar el Ayuntamiento y la capilla de San Fausto, que sufrieron daños en la Guerra de Sucesión y en la de la Independencia. Tras 1811, abolición del régimen señorial, se eliminaron los signos de vasallaje. En 1894 se comenzó el puente, terminado en 1929, que eliminó la barca de Arrebatacardos. En 1918 se construyó un puente para el ferrocarril, propiedad de la Sociedad Azucarera de Madrid.

Durante la Guerra Civil permaneció en manos republicanas. Después continuó viviendo de la agricultura, con escasas fábricas dedicadas a conservas vegetales, cerámica, molino, almazara, etc. En los años 60 se produjo contaminación en los ríos por vertidos industriales de otras poblaciones. El despegue económico se producirá en la década de los 80, así como el vertiginoso aumento de población. 


La localidad es muy conocida por uno de sus monumentos, la catedral de Justo. Es un templo votivo construido por Justo Gallego, debido a la promesa por haber sido curado de una enfermedad por la Virgen, desde 1961 hasta su muerte en 2021, a los 96 años, cuando fue donada a Mensajeros de la Paz. Al ser expulsado del monasterio cisterciense de Santa María de Huerta (Soria) por estar enfermo de tuberculosis, se valió del patrimonio familiar y de donaciones para levantar la catedral sin planos ni proyecto oficial. Tampoco está consagrada ni reconocida por la diócesis de Alcalá de Henares. Está dedicada a la Virgen del Pilar y se construyó con materiales donados, reciclados, desechados. Ocupa un terreno de casi 5.000 metros cuadrados y tiene una altura de 35 m, contando con los elementos clásicos de cripta, claustro, escalinata, arcadas, pórticos, etc.  


Siguiendo el esquema tradicional, tiene planta basilical de tres naves, la central más ancha, cubiertas por bóvedas de medio cañón. La nave central tiene un triforio y quizá una tribuna. La cabecera se organiza en un gran ábside. En los laterales hay unos murales pintados por Carlos Romano. Al exterior hay absidiolos y torres, además de una cúpula en la parte central, con bustos alrededor. Cuenta con un patio interior desde el que puede accederse a la cripta. También hay otras dependencias en el ala derecha. 


Además de la “catedral”, Mejorada cuenta con otros edificios importantes, objeto de esta visita. La iglesia parroquial, dedicada a la Natividad de Ntra Sra, está en el centro de la villa, junto al Ayuntamiento y al palacio del Marqués, en el cruce de caminos de Arganda a Torrejón y de Vicálvaro a Loeches. Su origen quizá está en el siglo XVI, pero la austeridad de su estilo indica el siglo XVII. Tiene planta de cruz latina muy poco marcada, con cúpula sobre pechinas en el crucero y una nave cubierta con armadura de madera. En el lado del Evangelio hay una galería originariamente para uso de los marqueses y también el pasaje que comunica con la capilla de San Fausto. La puerta de acceso es de una reconstrucción del año 1909. También cuenta con una torre-campanario de planta cuadrada, encajada entre la capilla de San Fausto y la del Santísimo.




Hacia 1668 se remodelaba la iglesia parroquial en medio de una profunda crisis económica que obligó a vender el señorío. Don Pedro Fernández del Campo y Angulo se hizo con el mayorazgo en 1672, recibiendo el título de Marqués de Mejorada al año siguiente. Su hijo, Don Gaetano Fernández del Campo y Salvatierra promovió la capilla de San Fausto, aneja a la iglesia parroquial, para albergar las reliquias del Santo. 









Al exterior cuenta con tres frontones que se corresponden con tres bóvedas de cuarto de esfera al interior, que enmarcan una gran cúpula rematada con tambor y linterna. 








La capilla de San Fausto, que contrasta con la humilde construcción de la iglesia, fue proyectada y construida por Matías Román entre los años 1688 y 1691. Es una obra maestra del barroco madrileño por la técnica constructiva y la decoración.






Como se construyó para albergar las reliquias del santo, adquiridas por el primer marqués, se concibió como un gran relicario, visible en la concepción concéntrica de la capilla por la situación del altar-templete en el centro, con forma de pirámide escalonada y con representación de escenas de la vida del santo, en mármol y jaspes. 







Tiene, por lo tanto, planta central, de cruz griega. Además de relicario, su finalidad era servir oratorio privado y panteón, estando la cripta de enterramiento de la familia bajo el altar. Está dotada de un rico y suntuoso ajuar ornamental con mármol y piedras nobles en la formación de hornacinas, estatuas y pinturas. 





Los arcos se sostienen con grandes pilastras que contienen dos pisos de nichos con esculturas. Cada brazo se cubre con bóveda de cuarto de esfera y los cuatro llevan a una gran cúpula sobre pechinas ocupadas por grandes escudos policromados. 










El cenotafio incluye en sus cuatro lados escenas sobre el santo con fondo de arquitectura. Está rematado con grandes velones en las esquinas.








 




Sobre el arco de entrada, balcón corrido desde el que seguía los oficios la familia del Marqués, con acceso directo desde su vivienda, hoy desaparecida. 

 


lunes, 6 de enero de 2025

Románico del Gállego (II/III)



Además de Lárrede, que es la iglesia emblemática del grupo, se han tomado en consideración las de Busa, Oliván y Gavín.

SAN JUAN DE BUSA

Es una iglesia mozárabe construida entre los siglos X y XI, que fue restaurada por los Amigos del Serrablo, ya que se había derrumbado la techumbre de madera y parte de los muros laterales y de la bóveda del ábside. En ella se combinan elementos cristianos (la estructura del templo) con elementos árabes (motivos ornamentales), como el arco de herradura y el alfiz. El origen de esta solitaria iglesia es incierto, ya que no figura ni como parroquial ni como iglesia anexa. Su construcción podría haber surgido como templo de un antiguo poblado medieval.


Su interés radica en que es el único ejemplo de todo el grupo serrablés que se ha conservado en su estado original, sin terminar de construir, ya que no está acabada la bóveda del ábside ni tiene torre-campanario.

La ermita es de nave rectangular con dos pares de columnas adosadas de doble fuste y otro par de un solo fuste, similares a las de San Pedro de Lárrede, quizá debido a grupos itinerantes de constructores.




Al exterior, el ábside mantiene las mismas características de todas estas iglesias, con cinco arcuaciones de tipología lombarda que apoyan sobre cuatro lesenas, erigidas sobre una sencilla moldura torada, quedando rematado el conjunto por un simple friso corrido de baquetones sobre el que se eleva, a modo de pico el resto del ábside, dándole al conjunto su característico perfil. Un estrecho ventanal alargado y con doble derrame, interior y exterior centra el ábside y dota de iluminación a la mesa de altar del interior.

Esta ermita no tiene torre-campanario, lo que realza la pureza de sus formas, puesto que en muchos otros casos “serrableses“ el añadido de la torre es muy posterior, habitualmente ya de Edad Moderna. 




En el muro occidental presenta un elegante vano con doble ajimez conformado por tres arquillos de pronunciada herradura, enmarcados por alfiz en el exterior.





Por delante del cilindro absidal hallamos el presbiterio atrofiado como es común a todos esto templos. Tiene una imposta que pretende darle apariencia de falso arco de herradura. El primer fajón que debía de sustentar la no realizada bóveda, apea en el muro, mediante ménsula en forma de cuña formada por varios elementos en degradación. Tanto éste como los restantes apean por medio de una laja que hace las veces de ábaco y capitel.






En el muro meridional se abren también tres ventanas de arco de medio punto, así como la portada de acceso, a base de arco de herradura enmarcado en alfiz. Formada por dos arquivoltas en degradación, la exterior tiene sus dovelas ornadas por una línea ondulada de palmetas. Es de arco de medio punto descargado en un dintel monolítico y, a ambos lados, pilastras con interposición de dos columnas destinadas a transmitir los empujes de arcos fajones que se construyeron. Todo está construido con piezas pequeñas de flisch eocénicos, muy abundantes y fácil de trabajar. 





Hay una puerta cegada en el hastial occidental, de medio punto dovelado, peraltado y con recio dintel monolítico, ligeramente descentrada hacia el norte. 

Romería desde Oliván y Lárrede el domingo más próximo al día de San Juan.



Desde San Juan de Busa se ve el pueblo de Oliván, nuestro siguiente destino. 


SAN MARTÍN DE OLIVÁN 


Oliván es uno de esos núcleos serrableses que lucha contra la despoblación, cuidando sus antiguas casonas (Colorao, Chuan, Azón y el Herrero) con portadas del siglo XVII y escudo de los Aínsa en la última, y casa Marina del siglo XIX, con la inscripción “Viva mi dueño A 1856”. Su parroquial, restaurada en 1977, es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura serrablesa, a pesar del profundo cambio que supuso la ampliación del siglo XVI. Data del siglo XI. 

Construida en buen sillarejo del país, tal vez por el mismo maestro que levantó la de Otal, con cuya iglesia guarda enormes similitudes, constaba de una nave más o menos rectangular, corto presbiterio de dos tramos, ábside semicircular peraltado y campanario adosado en el muro norte.





El ábside está decorado con siete arcuaciones ciegas de medio punto apoyadas en unas pilastras llamadas lesenas. Éstas parten de un basamento inferior, mientras que el fondo de los arcos está retranqueado. Sobre una moldura redondeada discurre un friso de rollos y, finalmente, dos hiladas en voladizo que hacen las veces de cornisa. Tres ventanitas en arco de medio punto y con derrame externo e interno, para captar y difundir mayor cantidad de luz, se abren en esa cabecera, en los arcos extremos y el central, ligeramente más elevado. Tal vez sea una referencia a la Santísima Trinidad, y haya una intención protectora en el número siete relativo a la idea de totalidad. El resto del exterior queda prácticamente desnudo, dejando vista la piedra sillar de tamaño regular y bien trabajada.



 





Destaca la presencia de un tipo de vanos comunes al románico lombardo. Son una puerta en la cara oeste y una ventana tapiada en la base de la torre, que emplean dintel y un arco de medio punto encima sólo visible por el exterior.








La torre, una de las más airosas de la zona, debió tener además unas ventanas triples en el cuerpo de campanas similares a las de la ermita de San Bartolomé de Gavín, sustituidas por las actuales de medio punto en el siglo XVI. Es de planta cuadrada y gran altura con leve forma troncopiramidal. Parece datar de la misma fecha que el primitivo templo románico. 




En la reforma del siglo XVI se añadió otra nave más pequeña en el lado sur, por lo que se perdió toda la fachada original. Atravesando el cementerio, llegamos al pórtico que cobija la entrada, una portada en arco de medio punto con grandes dovelas y la fecha de 1588. Una amplia arcada separa el espacio renacentista del medieval. El primero es menor y termina en una cabecera plana, que se cubre con una bóveda de cañón decorada con pinturas de roleos. Aquí las ventanitas para la iluminación son adinteladas.


La antigua nave y principal siempre estuvo techada con vigas de madera a dos aguas, aireadas gracias a una ventana en el hastial occidental. Tras el estrecho presbiterio de dos tramos sin impostas, cuya bóveda de cañón y arco de medio punto arrancan de una moldura biselada, el ábside aparece con la habitual bóveda de cuarto de esfera, a imitación de la bóveda celeste. De nuevo volveremos a encontrar el vano adintelado con arco superior en el acceso al campanario. Este interior conserva tanto la pila benditera como la bautismal, tallada en una sola pieza, además de una talla de San Juan Bautista presidiendo la capilla menor. 

Las iglesias de Serrablo están declaradas Monumentos Histórico-Artísticos y, por tanto, Bienes de Interés Cultural en la actualidad. La primera fue la de Lárrede en 1931, y en 1982 fueron incorporadas todas las demás.


Desde Oliván parte la Senda amarilla (Red Comarcal de Senderos Señalizados), ruta de media montaña que permite conocer los despoblados de Berbusa y Ainielle, lugar donde se ubica la trama del libro “La lluvia amarilla” de Julio Llamazares. El recorrido se celebra anualmente en otoño por parte de la Asociación “O Cumo”, que pretende recordar los valores tradicionales de los numerosos pueblos deshabitados de la zona de Sobrepuerto. 


SAN BARTOLOMÉ DE GAVÍN

Esta ermita adscrita a Gavín debió ser la iglesia parroquial de alguna población desaparecida. El edificio fue construido por cristianos mozárabes en época de dominio musulmán a mediados o finales del siglo X, o incluso en el siglo XI, respondiendo a una primera fase del mozárabe altoaragonés. El conjunto se halla construido en piedra sillar de pequeño tamaño trabajada a maza. Consta de nave única de planta rectangular y testero recto con una torre de planta cuadrada adosada en el muro meridional. Ésta, junto con un fragmento de muro que dibuja un suave talud en la zona adyacente a la citada torre, constituye el único elemento de la obra medieval que ha llegado intacto hasta nuestros días.



En él destaca su esbelta torre, la más original, esbelta y airosa de las iglesias que componen la ruta de Serrablo, en la que hallamos un poco de dos características: en su arranque lo mozárabe, y en altura, el remate realizado ya al modo serrablés, lombardo. Posee planta cuadrada y se halla asentada sobre un basamento troncopiramidal de factura diferente a la del resto del cuerpo, dibujando sus muros un ligero talud en altura. En sus lienzos, al exterior, aparecen las marcas de los mechinales.  Dos ventanitas aspilleradas se abren cercanas a la base. La más especial es la del lado sur con su arco de herradura sobre un dintel, un modelo de raíz prerrománica.







A unos dos tercios de su altura definitiva la torre posee cuatro series de ventanas tríforas –vanos divididos en tres partes por medio de dos columnitas o pilastras– en las cuatro caras, muy similares a las de Lárrede, de tradición prerrománica. Sus arquitos son de falsa herradura y se apoyan sobre columnitas de fuste de piezas múltiples, como en Lárrede. Sobre éstas, se asienta un friso de baquetones y la cornisa, y por debajo, en cada uno de los frentes, aparece una doble rueda o roseta configurada por una serie de dovelas dispuestas en círculo, enmarcadas, decoración es única en el románico altoaragonés.





Al exterior, la cubierta es a cuatro vertientes, pero al interior se usa la habitual bóveda esquifada realizada mediante aproximación de hiladas en espiral, que, según García Omedes es “técnica que no requiere cimbra y que desde tiempo inmemorial utilizan los pastores para cerrar sus casetas”. 






El acceso a la torre se produce desde el interior de la nave, a través de una pequeña puerta con jambas en talud, y arco de medio punto levemente peraltado, que arranca de una moldura biselada, dándole clara forma de herradura. 




Al interior, la nave del templo solo conserva de la original su planta, pequeña nave rectangular con cabecera recta. Hay que traspasar la puerta en el muro sur de la nave para acceder al escaso espacio cuadrangular de la torre y disfrutar de la contemplación del bello arco de herradura original que permitía el tránsito entre templo y torre. Se compone de dovelas trabajadas a maza y posee una clave triangular algo descentrada hacia poniente. Comoquiera que el espesor del muro de la torre es notable para poder sustentar su altura, este arco es la parte vista de un bello zaguán. Las impostas en que apea el arco están biseladas, realzando su perfil de herradura. Se cubre por medio de cubierta de madera a doble vertiente, salvo en la zona de la cabecera, resuelta a base de bóveda de horno. Los trabajos de empedrado en el pavimento aportan un cálido aire popular.