lunes, 26 de febrero de 2024

Rostros complutenses de ayer, hoy y siempre.



En la Quinta de Cervantes de Alcalá de Henares, el artista gráfico Mon expone su obra “Rostros complutenses de ayer, hoy y siempre”, más de 100 caricaturas (en 2D, papel blanco la mayoría, unas pocas coloreadas) que componen un magnífico recorrido visual por la historia personalista de Alcalá a lo largo de los siglos, una divertida visión de personajes importantes de la ciudad.


 

El artista ha dividido la colección de forma temporal en tres apartados: “Complutenses de siempre” (los más antiguos, Cervantes, Cisneros, etc.), “Complutenses de ayer” (los de los últimos siglos), “Complutenses de hoy” (la actualidad). A los anteriores ha añadido un apartado temático dedicado a los “Complutenses de paso por el Ayuntamiento”. Siguiendo esta ordenación temática, también se podrían agrupar en otros apartados como religiosos, políticos, literatos, deportistas, etc.

 

 

 

Son caricaturas simplemente humorísticas, no satíricas ni políticas, en las que no hay que ir más lejos no hay que buscar alegorías, metáforas, relaciones de ningún tipo, etc. 


Se basan en la exageración de algún rasgo facial (la nariz en Enrique Baquedano, Cisneros, Fernando I, etc.; el bigote en Cervantes, Esteban Azaña, Félix Huerta, Martín Pastells, etc.; el pelo en Mª Isidra de Guzmán, Bartolomé González, José García Saldaña, etc.), de algún detalle (las gafas en Vicente Sánchez, Fco. Javier García, Manuel Azaña, Arsenio Lope Huerta, etc.), no en deformaciones.

 

 

Técnicamente están realizadas con gran simplificación del dibujo, con unas simples líneas. 


La mayoría tienen más rellenada la vestimenta que la cara, provocando un contraste entre luz y sombra.

 

Algunas son más expresivas, provocando empatía con el personaje. Otras, tendiendo a la elegancia, tiene detalles más técnicos.

  

En general son sintéticas, minimalistas. No hay ninguna de tipo narrativo, no tienen fondo ni paisaje, y sólo hay una de cuerpo entero, siendo la mayoría bustos.

  

Algunos tienen un detalle más original, como la apariencia friqui de Juan Ruiz, la corbata de Manuel Azaña, los bigotes tardorrománticos de Esteban Azaña o el trazado pseudocubista de la vestimenta de Andrés Saborit, que tiene la única cara sombreada. 

 

 

Finalmente, los patronos de Alcalá, los Santos Niños Justo y Pastor, aparecen flotando en el aire, en el cielo, acentuando su carácter religioso.



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