lunes, 12 de febrero de 2024

 Ben Shahn. De la no conformidad.

Ben Shahn (Kaunas, 1898 – Nueva York, 1969) fue la figura central del realismo social norteamericano, de clase trabajadora y emigrado desde la Europa del Este. Esta exposición en el Museo Reina Sofía presta atención a su compromiso con la justicia social y con las ideas de igualdad y diversidad. Apoyó los derechos de los trabajadores e inmigrantes, denunciando los abusos. Su obra aborda momentos decisivos de la historia del siglo XX, desde el New Deal a la guerra de Vietnam: episodios como la Gran Depresión, los fascismos, la II Guerra Mundial, la represión de las libertades y la amenaza de la devastación nuclear durante la Guerra Fría, las luchas obreras por los derechos civiles y los derechos humanos. Para llegar al mayor público posible planteó su trabajo por varios medios, pinturas, arte mural, obra gráfica, dibujo y fotografía, pero también diseño comercial y libros, reutilizando de forma creativa los motivos visuales. Su enfoque fue cambiando desde un modo documental hasta formas más poéticas que recurrían a la alegoría, el simbolismo y el mito, en busca de una expresión universal. Nunca renunció a la figuración y al contenido social y criticó a los movimientos que consideró “de moda”, abrazando la no conformidad como máxima.

1.

Ben Shahn creció en una familia religiosa judía de clase trabajadora, que en 1906 emigró a los Estados Unidos desde Lituania, entonces bajo dominio ruso. Se formó como aprendiz en litografía en Nueva York y completó su formación artísticas en viajes por África y Europa. A partir de 1929, la Gran Depresión, se centró en temas más propios a sus vivencias, pintando causas célebres de su tiempo y adquiriendo la costumbre de tomar imágenes de fotografías. Logró el reconocimiento con La pasión de Sacco y Vanzetti (l1931-1932), colección de 23 gouaches sobre el escándalo de repercusión mundial. Sus formas son planas, con detalles sencillos y líneas incisivas, para pintar la cuestión teñida de prejuicios y de falsa justicia. Lo mismo hizo sobre el líder sindicalista de origen irlandés Tom Mooney, encarcelado de forma arbitraria. Estos trabajos llamaron la atención del muralista Diego Rivera, a quien ayudó.

 

Bartolomeo Vanzetti y Nicola Sacco,1931-1932, gouache sobre papel sobre tablero, The Museum of Modern Art, Nueva York

 

La pasión de Sacco y Vanzetti, 1931-1932, temple sobre lienzo montado sobre tablero, Whitney Museum of American Art, Nueva York.

2.

La Gran Depresión le empujó hacia el socialismo y el comunismo como alternativas al sistema capitalista, utilizando su trabajo para la lucha de clases y afiliándose al sindicato de artistas Artists´Union. Fue editor y diseñador de la revista del sindicato Art Front y trabajó algún tiempo para el partido comunista. En ese momento comenzó la fotografía callejera y espontánea. Defendió el New Deal del presidente Roosevelt y sus medidas sociales. Recibió empleo en la oficina creada por la crisis agrícola, utilizando fotografías para justificar la necesidad de los programas federales de ayuda. Esas fotografías son un registro de un país en crisis y denuncian la discriminación social y el segregacionismo.



3.

Apoyó los proyectos artísticos de varias agencias del New Deal durante la Gran Depresión. En 1935 se mudó a Whashington junto a su pareja, Bryson, y siguió trabajando con sus fotografías para paliar la crisis agrícola, diseñando pósteres para concienciación pública. Son las obras de 1936. Las fotos también le sirvieron de fuente directa para su trabajo, “realismo personal”, como un arte para los individuos, no para las masas. El cambio lo atribuyó a su mayor conocimiento del país gracias a sus viajes.

 

El domingo de los pudeladores, 1937 o 1938, temple sobre tablero, Colección del Frances Lehman Loeb Art Center.

 

Parados, 1938, temple sobre tablero, The Schoen Collection.

4.

Entre sus proyectos figuran murales en edificios públicos, quizá como propaganda del New Deal, aunque no son tan llanamente patrióticos. Uno, que no llegó a realizarse, tenía como tema la Ley Seca. Son composiciones con arquitecturas dinámicas que acogen escenas satíricas. Se conservan bocetos de otros, que tampoco se realizaron, sobre sindicalismo, protección a los trabajadores y cooperación entre agricultores y jornaleros. Su mural más conocido es El significado de la Seguridad Social (1940-1942), encargado para el edificio de Washington, donde representa a los beneficiarios potenciales como desempleados, ancianos, personas con discapacidad, aunque también pintó a los que dejaba fuera como agricultores y empleadas domésticas. No es una celebración del modo de vida americano, ni glorifica a los trabajadores como el realismo soviético. Sufrió cierta censura, aunque juzgaba estar en completa sincronía con los tiempos.


Construcción de vivienda (El significado de la seguridad social, 1940-1942).

Es una obra en fresco secco (temple sobre yeso seco) donde emplea imágenes de fotografías propias. Representa personas vulnerables, a los que la Ley de Seguridad Social ayudaría, y los beneficios de dicha ayuda: trabajo digno, seguridad familiar, tiempo de ocio. 

Manifestación por la derogación (estudios para el mural Prohibición), Central Park Casino de Nueva York, 1934, gouaches y acuarelas sobre masonita, Museum of the City of New York.

5.

A mediados de los años cuarenta fue director de la División de Artes Gráficas del Comité de Acción Política de la federación sindical Congress of Industrial Organizations, para la que diseñó pósteres que apuntan a la dignidad del trabajo manual y a los valores propios, como hijo y nieto de carpinteros. Entre ellos están los que firmó para la campaña de reelección de Roosevelt en 1944, en los que se ve un candidato favorable a los sindicatos y se promueve la cooperación interracial en la clase trabajadora, aunque se sigue notando una posición superior en el trabajador blanco. Hacia 1946 sus pósteres cambiaron de tono debido a que la postura del presidente Harry S. Truman no era de total apoyo a los sindicatos. Aparecen los conflictos entre los trabajadores y el gran empresariado. El movimiento obrero entró en crisis en esos años, tras promulgarse en 1947 la ley Taft-Hartley, limitadora de la acción de los sindicatos. Después se comprometió con la campaña presidencial de Henry Wallace, candidato por el Partido Progresista en 1948.

Vandenberg, Dewey, and Taft, 1941, serigrafía en color.

Es una caricatura de los tres aspirantes a candidatos republicanos en las elecciones presidenciales de 1940. Aparecen con exageradas dentaduras, bien abiertas en sonrisas falsas, con dificultades para ganarse la confianza de la opinión pública. El primero era fuerte opositor del llamado segundo New Deal de Roosevelt. El segundo, más moderado, era fiscal de Nueva York y se volvió a presentar en 1948. El tercero, conservador nacionalista, tachaba el New Deal de socialismo y promovió una ley restrictiva del socialismo. 

Nuestro amigo, 1944, fotolitografía offset en color, colección de Michael Berg.

6.

Durante la II Guerra Mundial trabajó en la Office of War Information, diseñando pósteres y panfletos que promovieran el apoyo del público a la guerra describiendo la brutalidad nazi o el decreto de trabajo obligatorio del gobierno de Vichy. Muchos se consideraron demasiado duros, de excesiva intensidad estética y ambiguo mensaje, o poco interesantes y no se publicaron. En general, se centraba en las víctimas y evitó incluir símbolos. Utilizó fotografías de ciudades bombardeadas que incorporaron la devastación y el indestructible espíritu humano. Sus obras se poblaron de iglesias y monasterios italianos destruidos y de viudas que caminan sobre ruinas. Buscaba un simbolismo que expresase su sentimiento de vacío. Al terminar la guerra, sus obras contrastan destrucción y reconstrucción.

 

Obreros franceses, 1942, temple sobre masonita, Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid.

Alegoría, 1948, temple sobre panel, Colección del Modern Art Museum of Fort Worth.

En los años siguientes a la guerra, las referencias al Holocausto fueron alegóricas. En esta obra concurren varias capas de simbolismo. Una bestia con aspecto de león se yergue, entre árboles en llamas, sobre una pila de niños muertos, imagen procedente de una fotografía de víctimas del nazismo. También se nutre de imágenes de incendios en su niñez y en el Chicago de 1947. Teniendo en cuenta la fecha, 1948, y la semejanza de la bestia con la loba capitolina, podría aludir a la fundación del estado de Israel. Los diferentes sentidos son ambiguos.

7.

Tras la II Guerra Mundial se enfrentó a los horrores y al trauma, a los campos de exterminio nazis y a las bombas atómicas lanzadas sobre Japón. Su obra se hace más introspectiva y recurre a la alegoría y el simbolismo. Aparece el tono reflexivo y será más tarde cuando aborde situaciones cotidianas y de ocio, en las que utiliza técnicas de montaje. Algunas obras se refieren al Holocausto y a la identidad judía. Muchos elementos están tomados de fotografías y flotan sobre el lienzo de forma surrealista, formando un paisaje de su pasado migrante. Los comics remiten a su infancia, recuerdos teñidos de dolor y nostalgia, que pesaron mucho a finales de los años cuarenta. 

Parque de atracciones, 1946, temple sobre masonita, Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid.

Nocturno, 1949l, temple sobre lienzo ligero montado sobre panel, The willard Straight Hall Collection, Cornell Universityu, Ithaca, Nueva York.

Las expresiones faciales son muy intensas, como la paleta rojiza y anaranjada de la obra. La escena evoca la localidad de Roosevelt, en Nueva Jersey, a donde se trasladaron muchos escritores y artistas en la postguerra. Es patente la experimentación con motivos simbólicos, colores variados, así como el interés por captar la mirada angustiada de los músicos, quizá debida al miedo ante los acontecimientos nacionales, como el seguimiento por el FBI durante el macartismo.

8.

El reconocimiento le llegó en los años posteriores a la guerra, con una exposición en el MOMA en 1947 y al ser seleccionado en 1954 para representar a Estados Unidos en la bienal de Venecia, aunque su arte comprometido perdió el favor de cierta crítica, conforme se afianzaba el expresionismo abstracto. Durante la Guerra Fría y el macartismo se vigiló a los que se consideraba subversivos o desleales y Shahn fue perseguido por el FBI e interrogado. Su respuesta vino con Artista y políticos en 1953. También responde con otras obras en que aparecen diferentes capas de color y formas abstractas, queriendo simbolizar la hipocresía de los mandatarios democráticos, que negociaban con las dictaduras. Su compromiso político no disminuyó y siguió promoviendo el humanismo y defendiendo las libertades, inspirado en la máxima de Martín Luter “Nadie puede dirigir mi conciencia”.



Es difícil encontrar un hombre bueno, 1948, litografía en color, colección de Michael Berg.

Preludia la Guerra Fría y el macartismo, la fiebre anticomunista. Caricaturiza al demócrata Harry S. Truman y al republicano Thomas E. Dewey retratándoles como políticos de poco fiar, y apoyando al candidato del Partido Progresista, Henry Wallace. Truman toca al piano la canción del título, con lo que señala a Wallace como único razonable, un tercer partido que promovería la libertad y la paz. Truman venció y su gobierno desarrolló una política exterior fuertemente anticomunista.


 

Goyescas, 1956, acuarela, Columbus Museum of Art.

Es un homenaje a Goya, un referente de artista comprometido desde que visitara El Prado en la década de 1920. Muestra un general napoleónico, dotado de cuatro manos y con las cuencas de los ojos vaciadas. Un par de manos se recoge con preocupación y angustia, mientras el otro juega fríamente al tejemaneje de hilos, mientras el cuerpo pisotea los cadáveres de sus víctimas. Se refiere a las series de Los caprichos y Los desastres de la guerra y señala la hipocresía de los líderes políticos y militares y, quizá, la represión de Hungría.

 

9.

Shahn se involucró en el movimiento por la paz después de la II Guerra Mundial y se posicionó contra las armas nucleares, lo que le hizo sospechosos ante el FBI. En 1960 produjo el póster monumental Stop H-Bomb Tests, que humaniza un arma nuclear. Son muy inquietantes sus “botánicos ciegos”, científicos absortos en su trabajo. Retrató a un Oppenheimer atormentado por haber creado las bombas, captando su angustia. La saga del Dragón afortunado fue su más conmovedor alegato antinuclear, narrando un test nuclear en el atolón Bikini en 1954 que afectó a cientos de habitantes de las islas Marshall.

 

No más pruebas de bomba H, 1960, Serigrafía en rojo, azul y negro, Madison Art Collection at James Madison University.

 

Botánico ciego, 1963, litografía en color, Columbus Museum of Art.

10.

Fue partidario del movimiento por los derechos civiles y de la resistencia frente al colonialismo que se dio en todo el mundo durante los años cincuenta y sesenta. Luchó contra el racismo y la discriminación, en una alianza entre judíos y afrodescendientes. Retrató a Martin Luther King como fascinante orador y activista. También retrató a activistas jóvenes asesinados por el Ku Klux Klan en 1964, lo que provocó un mayor apoyo a la aprobación de la Ley de Derechos Civiles de 1964 y la Ley del Derecho al Voto de 1965. Sin embargo, no se fijó en los líderes del Black Power ni tampoco en las mujeres decisivas en los avances de los derechos civiles. Apoyó la causa india por la independencia a través de un retrato de Gandhi.


Integración, Corte Suprema, 1963, temple sobre papel montado sobre masonita, Colecciones permanentes del Des Moines Art Center.

Se refiere a la decisión de 1954 de la Corte Suprema de los Estados Unidos que dictaminó que la segregación racial en las escuelas públicas era inconstitucional, lo que se entiende como inicio del movimiento de los derechos civiles.



 

Gandhi, 1965, serigrafía en negro, Madison Art Collection at James Madison University.

11.

En su niñez recibió educación en estudios bíblicos y talmúdicos, pero cuestionó la existencia de un Dios, por lo que la condición judía no fue tanto una identidad religiosa sino étnica. En ocasiones empleó textos hebreos como comentarios a cuestiones contemporáneas. Reflexionando sobre el problema del sufrimiento gratuito. Su judaísmo se acomoda bien con los escritos de Hilel el Anciano, sabio del siglo I a.C., en alegato contra la guerra de Vietnam.

 

Identidad, 1968, técnica mixta sobre papel, Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid.

12.

Siguió siendo un artista comprometido hasta su muerte en 1969. Criticó los males sociales y abogó por la justicia, aunque su mayor legado es las preguntas que plantea sobre el papel de los artistas en la sociedad. En Pinceles que florecen, 1968, una de sus últimas obras, muestra la introspección del artista.

 

Pinceles que florecen, 1968, litografía sobre papel, Colección del New Jersey State Museum.

No hay comentarios:

Publicar un comentario