sábado, 4 de diciembre de 2021

 Gaudí (II/II).

Casas de pisos en el Ensanche.

Casa Calvet


Era uno de los encargos característicos de los arquitectos barceloneses. La tipología establecida respondía a un modelo neoclásico de balcones y cornisas. Sin embargo, a partir de 1900, la fachada pasa a representar el nuevo concepto de riqueza. Los arquitectos tienen libertad para diseñarlas y algunas calles, como el Paseo de Gracia, se convierten en la visión del lujo basado en la novedad.

 



Gaudí construyó tres casas:
Calvet, Batlló, Milà. En la primera propuso una libre interpretación de modelos barrocos, también presentes en las otras dos, aunque más reblandecidos y con la sospecha sobre las leyes de la tectónica. Demuestran su conocimiento de las obras más avanzadas de la Europa del momento, su interés por las exposiciones universales, etc.

 Casa Batlló




Casa Milá







Exposición de París.

En 1910, con el patrocinio de Eusebi Güell, Gaudí presentó su obra. La preparación con maquetas de yeso a escala natural, dibujos y fotografías de gran formato, etc., se hizo en el taller de la Sagrada Familia. Al parecer, Gaudí no mostró mucho entusiasmo y la crítica parisina, poco acostumbrada a las excentricidades, aun reconociendo la originalidad, criticó el mal gusto.


Taller de Gaudí en la Sagrada Familia.

1910 es también el año en que, a continuación de la Semana Trágica, Gaudí abandona todos los encargos privados para dedicarse exclusivamente, ya hasta su muerte, a la Sagrada Familia.

 Yesos con los que creaba sus estructuras.

Arquitectura religiosa.

La relación de Gaudí con la arquitectura religiosa y con el diseño de objetos y mobiliario litúrgico se produce desde el inicio de su carrera, al tiempo que, en Cataluña, un movimiento profundamente conservador identifica los fundamentos de la patria con sus orígenes cristianos.

La preocupación de Gaudí por la redención de la Iglesia y de la patria a través de la arquitectura se evidencia en el proyecto de “restauración litúrgica” de la Catedral de Mallorca.

Catedral de Santa María de Palma de Mallorca, con el baldaquino diseñado por Gaudí. 


El templo de la Sagrada Familia.

Proyecto neogótico de Francisco del Villar 
Los acontecimientos como la pérdida de poder del Papa sobre los antiguos Estados Pontificios, las revoluciones e insurrecciones populares como la Comuna parisina de 1871, la deriva liberal de los gobiernos burgueses de las naciones europeas, etc., hacen pensar a las entidades conservadoras la idea de asistir a una especie de fin del mundo. Además, Barcelona estaba atravesada por la violencia social y era conocida como “ciudad de las bombas” y como la Rosa de Fuego. En ese contexto surgió la idea de construir un templo dedicado a la Sagrada Familia en la década de 1870. La Asociación de Devotos de San José decidió construir un templo expiatorio de los pecados derivados de la lucha de clases.

Gaudí frente a la Sagrada Familia. Septiembre de 1920


Las obras fueron iniciadas por el arquitecto Francisco de Paula del Villar, que renunció a las mismas en 1883. Ese mismo año le fueron encargadas a Gaudí, cuya vida quedó ligada al Templo, donde estableció su obrador y convirtió una excentricidad inicial en uno de los centros artísticos, ideológicos y de producción simbólica más importantes de Barcelona.







Joan Maragall explicitó la idea del Templo inacabado e inacabable que espera siempre sus altares, del arquitecto demiurgo y visionario.





Siendo un templo expiatorio de la violencia de la lucha de clases que vivía Barcelona, no extraña que Gaudí pusiera un demonio que entrega a un anarquista una bomba Orsini, como la que mató a 20 burgueses en el Liceo, mientras el hombre reza a la Virgen para no caer en esa tentación.

 

Gaudí, un fenómeno social y económico.


Gaudí era conocido por ser el arquitecto favorito de la burguesía y de la Iglesia, por lo que su obra fue foco de la prensa satírica de la época. En una viñeta de Picarol, publicada en L´Esquella de la torratxa en 1912, se ridiculiza el edificio de La Pedrera-Casa Milà como si fuera un garaje de la Barcelona del futuro.




En 1936, cuando, tras el golpe de estado franquista, se desencadenó la quema de iglesias por parte de milicianos anarquistas, el taller de Gaudí en la Sagrada Familia fue incendiado. Su figura seguía vinculada a los sectores más conservadores.

 


Durante décadas su obra fue denostada y considerada de apariencia excéntrica. Pero en la actualidad es el único arquitecto del mundo que tiene siempre enormes colas de turistas a las puertas de sus edificios. Récord de visitas, primer motor turístico. Barcelona concentra la mayor parte de sus construcciones, entre ellas las siete catalogadas como Patrimonio de la Humanidad -Parque Güell, Palacio Güell, Casa Milà, Casa Vicens, fachada de la Natividad y cripta de la Sagrada Familia, Casa Batlló y cripta de la Colonia Güell -en Santa Coloma de Cervelló-). Alrededor de sus obras hay un cierto fetichismo que hace que crezca su cotización. Christie´s de Londres subastó un banco de la Colonia Güell por 400.000 euros, doblando el precio de salida.



 

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