Gaudí (I/II).
Las dos caras de Barcelona.
La Barcelona que Gaudí encontró a su llegada en 1868 era una ciudad en pleno crecimiento, sometida a una gran transformación que comenzó con el derribo de las murallas, iniciado en 1854. El gran vacío del llano fue rápidamente ocupado por el Ensanche, momento inaugural de la acumulación de capital de la burguesía, con amplias calles y paseos, y lujo y novedad en los edificios, dando un rostro optimista de esa clase social. Pero la ciudad tenía otra cara, popular y revolucionaria, el perfecto escenario de la lucha de clases, con sus terribles desequilibrios y violencia, la Rosa de Fuego (Anarquismo, Bomba del Liceo-1893, procesión del Corpus-1896, Procesos de Montjuic, Semana Trágica-1909).
Años de formación.
Gaudí no aprendió por ciencia infusa, sino que se formó en la Escuela de Arquitectura de Barcelona, recién inaugurada, formando parte de la segunda promoción. En sus proyectos estudiantiles se aprecia su participación activa en las polémicas intelectuales del momento, y su conocimiento crítico de las obras de los teóricos y arquitectos europeos más influyentes. Los dibujos que se conservan y su expediente muestran un estudiante irregular y poco brillante.
Proyecto de embarcadero, 1876.
Primeros proyectos.
Su familia tenía recursos para
mandarlo a estudiar a Barcelona, pero al principio tuvo que trabajar, muy a
pesar suyo en algunas ocasiones, como empleado en las obras de otros
arquitectos: en el parque de la Ciutadella para Josep Fontserè, o en el camarín
de la Virgen de Montserrat para Francisco de Paula del Villar.
Aparte de los realizados para
la cooperativa La Obrera Mataronense, sus primeros proyectos como profesional
corresponden al “mobiliario urbano” (soportes para anuncios, kioscos de
prensa y flores, farolas, tiendas o vitrinas comerciales), un tipo de trabajo
muy representativo de las transformaciones de la ciudad convertida en mercancía
y espectáculo de las nuevas multitudes urbanas.
Farolas en la Plaza
Real.
En la década de 1880, Gaudí
recibe sus primeros encargos arquitectónicos: la Casa Vicens, los Pabellones
Güell en Pedralbes, etc. Son obras modestas, que él convierte en auténticos
manifiestos de sus capacidades, tanto en el uso de nuevos materiales y
técnicas, como en la gran variedad de referencias culturales y visuales.
Proyectos para Eusebi Güell.
Se conocieron en la Exposición Universal de París de 1878, donde Gaudí presentó la vitrina para la Guantería Comella, y se convirtió en su arquitecto a partir de la construcción de los Pabellones de Pedralbes, surgiendo entre ellos una relación que se ha comparado con los mecenas y artistas del Renacimiento y con la de Luis II de Baviera y Richard Wagner.
Caricatura del mecenas de Gaudí, Eusebi Güell, de 1889.
Gaudí diseñó para Eusebi Güell un programa principesco, adecuado a su aristocratizante ideología: un palacio en el corazón de la ciudad antigua, un parque suburbano y un templo. Es un programa de gran tensión simbólica como la ciudad refundada, imagen de la tierra mítica y la solución del problema social en términos sagrados.
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