viernes, 20 de agosto de 2021

 Annual

Manuel Fortuny
La batalla de Tetuán
1862-64
España está inmersa en una grave crisis diplomática con Marruecos, una más. Como dos buenos vecinos, llevamos toda la vida peleándonos. Los dos países han tenido una influencia recíproca, pero la marroquí en España ha sido mayor que a la inversa. Basta pensar, remontándonos en el tiempo, lo que supuso para la Reconquista la llegada de los almorávides en el s. XI, de los almohades en el XII y de los benimerines en el XIII. Más recientemente hay que recordar la guerra promovida por Leopoldo O´Donnell, 1859-60, y las sucesivas crisis en Melilla desde 1890, que llevaron al entendimiento con Francia en 1902, a la Conferencia de Algeciras en 1906 y al Protectorado en 1912 -Tratado de Fez-, sin que desaparecieran los ataques.

 


En esta crisis diplomática ha coincidido el centenario de un hecho terrible, que no ha querido ser recordado. El Ejército español sufrió una de las mayores derrotas de su historia en una población perdida en la región marroquí del Rif, Annual, en la que murieron más de 13.000 soldados. El desastre marcó el rumbo de las dos siguientes décadas trágicas en España, pero parece que ha caído en el olvido. Sirvió de escuela para la guerra civil de 1936, una guerra de columnas con flancos descubiertos, en contraposición a la Primera Guerra Mundial, lucha de trincheras. El Ejército del 36, los dos bandos, estaba formado en África.

 

Llanura de Annual desde el desfiladero de Izumar

¿Qué hacía España en el Rif, en territorios que pertenecían al sultán de Fez, en una zona tan pobre en la que ni siguiera surgió una élite que pudiera vivir de los recursos de los demás y construyera castillos o palacios, en esta guerra no declarada entre 1907 y 1927? Controlando la zona que se le había asignado se defendían los intereses del conde de Romanones, uno de los principales accionistas de las minas del Rif, y valido del rey. Los políticos de un sistema languideciente no establecieron unos criterios políticos y militares sobre la estrategia a seguir. No se atrevieron a renunciar a la empresa, pero no asumieron su coste. Y el Ejército tampoco estuvo a la altura. Las tropas eran soldados reclutados a la fuerza, poco entrenados, mal armados, equipados y alimentados, más las tropas indígenas procedentes de las cabilas pacificadas. Las levas afectaban a las clases trabajadoras, porque pagando 2.000 pesetas se evitaba el servicio; también lo eludían los universitarios, “voluntarios por un año”, en lugar de tres, y con elección de destino, fórmula usada por José Antonio Primo de Rivera.

 

Trabajos de fortificación en un blocao

Sidi Driss

Había habido otras sublevaciones anteriormente, El Mizzian en 1912 y Ahmad al-Raisuni hasta 1919. En 1920 se nombró al general Manuel Fernández Silvestre para el mando de Melilla y en 1921 el conservador Manuel Allendesalazar fue nombrado Presidente del Gobierno, tras el asesinato de Eduardo Dato. Silvestre avanzó imprudentemente, buscando la gloria personal y rebasando los límites lógicos hasta llegar a Annual, sin ponderar las limitaciones de sus efectivos ni los recursos reales del enemigo, dejando una serie de posiciones defensivas aisladas, los blocaos. Los rifeños tenían rifles de importación españoles -vendidos de contrabando por Juan March, que años después financiaría el Alzamiento Nacional- y, sobre todo, franceses de última generación. 

 






La derrota de este ejército deficientemente dispuesto para el combate, tanto en el aspecto táctico como psicológico, se debió a los errores y corrupción de los mandos, y la crueldad de los rifeños con los españoles fue pareja a la usada por los españoles (abusos, asesinatos, violaciones, bombardeos con armas químicas) y por las tropas marroquíes del ejército español contra sus propios compatriotas.

 




El rápido avance de Silvestre fue engañoso, el primer aviso le llegó el 1 de junio en Abarrán y el segundo en Igueriben, el día 7. Los pocos supervivientes marcharon a Annual. Se sucedieron los ataques y entre el 22 de julio y el 9 de agosto de 1921, en medio de un sol brutal, se produjo la desbandada del ejército español en dirección a Melilla. Muchos murieron de sed en los blocaos o tiroteados al huir. Silvestre optó por la retirada de Annual, que se convirtió en un caos, y murió sin que pudiera recuperarse su cadáver. Los blocaos fueron cayendo en la desbandada y los heridos y enfermos fueron abandonados. El general Navarro dirigió la columna que quedaba, unos 3.000 hombres, a Dar Drius y hacia Monte Arruit.

 








Carga del Regimiento de 
Caballería Alcántara
Augusto Ferrer-Dalmau
En el paso del río Igán se dio una de las actuaciones heroicas más sonadas. En medio del caos, la Unidad de Caballería de Cazadores Alcántara nº 14, dirigida por el teniente coronel Fernando Primo de Rivera, hermano de Miguel, se sacrificó, pereciendo la mayoría, para que muchos soldados pudieran continuar. Navarro llegó a Monte Arruit con 900 soldados y unió a los soldados de las guarniciones cercanas, unos 3.000 en total. Escaseaba la comida, el agua -la aviación les arrojaba barras de hielo- y la munición, y las guarniciones inmediatas de Nador y Zeluán se rindieron, por lo que la línea de comunicación y suministros quedó cortada. El Alto Comisario, general Berenguer, autorizó la rendición el 9 de agosto para evitar un segundo Annual. Se pactó, pero los rifeños no la respetaron y, al entregar las armas, fueron asesinados y los cadáveres quedaron insepultos.

 



El ferrocarril de Tistuti a Dar Drius a su paso por el río Igán






Desembarco de tropas de
África en Málaga

Quedaron al descubierto los males del país: unos políticos que no atendieron las aspiraciones coloniales, un ejército corrupto y mal instruido y armado, y un monarca que apoyó a Silvestre como su favorito. Nunca se depuraron responsabilidades a pesar de los intentos de diputados como el socialista Indalecio Prieto. La dignidad del Ejército afloró en la figura del general Juan Picasso, tío del pintor, al que se le encomendó una investigación, el famoso Expediente Picasso, que presentó en el Congreso nueve meses después y que levantó ampollas en el Ejército. Los testimonios apuntaban al rey como uno de los principales responsables. El general Miguel Primo de Rivera, hermano del héroe de Alcántara, lo salvó con su golpe de Estado. Después llegaría la República y el exilio del rey, pero el norte de Marruecos no fue olvidado. Unos 100.000 marroquíes fueron reclutados por Franco para combatir en la Guerra Civil, la mayoría rifeños.

 


El Alto Comisario, general Dámaso Berenguer, visita Monte Arruit tras ser reconquistado.

LIBROS sobre el tema. Manuel Leguineche, “Annual 1921. El desastre de España en el Rif, Alfaguara, 1996: “la peor guerra, en el peor momento, en el peor sitio del mundo … Una batalla que nadie quiso oír durante 76 años”. Juan Pando, “Historia secreta de Annual, Temas de Hoy, 1999: “Nunca, hasta entonces, había perdido la España contemporánea un ejército al completo. En bloque y de la forma espantosa -asesinado, en su mayoría, luego de capitular en sus posiciones-“. Otros autores que trataron el tema fueron Arturo Barea (La forja de un rebelde), Ramón J. Sender (Imán), Lorenzo Silva (El nombre de los nuestros). Entre las investigaciones históricas figuran Abrazo mortal de Sebastian Balfour y la biografía Abd-el-Krim el Jatabi, de María Rosa de Madariaga. La perspectiva de los rifeños se ve en la obra póstuma de Jorge M. Reverte, El vuelo de los buitres, Galaxia Gutenberg.

Abd el-Krim entrevistado por un periodista español en 1922

Soldados españoles y 
habitantes del norte de 
Marruecos, años 20

De todo el desastre únicamente queda un pequeño monumento con la cara de Abd el-Krim pintada y una placa con la inscripción, en árabe “Proteged vuestra historia”. Pero la historia del Rif no está protegida, no le interesa a Marruecos, porque Abd el-Krim unió a las tribus y derrotó al Ejército español, pero creó una república independiente entre 1921 y 1926. Por eso no hay museo, ni su figura consta en los manuales de la enseñanza más allá de algún párrafo. El estado marroquí teme que se empiece a hablar de Abd el-Krim queriendo hablar de autonomía o independencia. Hoy las tribus no tienen el peso que tenían en la cultura rifeña, pero aún se distingue cada una por su acento. La figura de Abd el-Krim no fue olvidada y se recordó en las manifestaciones de 2016, que terminaron en dura represión.

 

Las minas de Uixán

Monte Arruit en la actualidad
Las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla con Marruecos se cerraron en marzo-2020 a causa de la pandemia. La tensión entre los dos países vino por no modificar España su posición sobre el Sahara Occidental y por acoger al líder del Frente Polisario en un hospital. Este centenario podría haber servido para crear una dinámica de conciliación entre los dos pueblos. El tiempo ha pasado y la vida en el Rif no ha mejorado. La riqueza de las minas desapareció y los descendientes de los soldados de Abd el-Krim viven de la agricultura y de las remesas que llegan de los emigrantes en Europa. La huella española va desapareciendo, casi nadie habla español, pero los jóvenes sueñan con llegar a España.

 

Hito que recuerda a Abd el-Krim en Annual.

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