miércoles, 1 de septiembre de 2021

 Faros (I).

Este tiempo veraniego, en el que tantas personas se acercan a la costa, es un buen momento para fijarse en estas vigilantes estructuras, tan visuales y fascinantes, seres vivos que crean paisaje, que soportan la cercanía de los embates de las olas para que los navegantes no pierdan el rumbo. El origen de la palabra está en el término griego pharos, que se refería a la torre de señales de la isla de Faro, en Alejandría, Egipto, una de las Siete Maravillas del Mundo. En la actualidad, los sistemas de navegación por satélite le han quitado importancia, pero siguen siendo de utilidad puesto que no sólo emiten luz, sino que por los intervalos y los colores de los haces de luz un barco puede identificar el punto de la costa donde se encuentra. El acceso a la mayoría de ellos conlleva un paseo agradable hasta alcanzar inmejorables vistas.

Fenicios y cartagineses encendían hogueras en lo alto de las torres de vigía. Los romanos construían altas torres en la entrada de los puertos, a imitación del célebre faro de Alejandría, erigido por Ptolomeo II. La torre de Hércules de La Coruña conserva la forma cuadrada original a pesar de su reforma del s. XVIII. Para la introducción de modificaciones significativas hubo que esperar hasta finales del s. XVIII cuando aparecieron las lámparas y los reflectores parabólicos. En el siglo XIX se inventaron las lentes escalonadas y variaron las fuentes de alimentación dentro de planes nacionales para armonizar el sistema. El siglo XX vio la electrificación y, al final, la automatización que supuso la desaparición de los fareros.

El faro de Alejandría, recreado en la película Ágora (2009, Alejandro Amenábar), fue construido -quizá por Sóstrato- durante la dinastía ptolemaica, en el reinado de Ptolomeo II, 280-247 a.C., con una altura de unos 100 m. y una base de 30 x 30. En la cúspide tenía un espejo para reflejar la luz diurna y se encendía una hoguera nocturna. Quedó en ruinas tras los terremotos del s. X y del s. XIV, siendo la tercera maravilla del mundo antiguo más longeva, tras el Mausoleo de Halicarnaso y la Gran Pirámide de Guiza. A finales del s. XX se descubrieron algunos restos en el fondo marino.

 


El faro en dos monedas acuñadas en la época de Antonino Pío y Cómodo

El faro en la bandera de Alejandría

Dibujo del arqueólogo Hermann Thiersch, 1909





El faro en funcionamiento más antiguo del mundo es la Torre de Hércules (Farum Brigantium), situado en La Coruña (Parque Escultórico de la Torre de Hércules). Tiene una altura de 55 m (36 de la construcción romana y 19 de la restauración del s. XVIII), el tercer faro en altura de España (Chipiona-62 m., Maspalomas-60 m), data del siglo I y es Patrimonio de la Humanidad desde 2009. Está situado a una altura de 106 m sobre el nivel del mar y sus destellos (grupo de cuatro cada 20 segundos) alcanzan 24 millas. El ascenso consta de 234 escalones.

 

La Torre junto a la estatua de Breogán, padre racial del pueblo galaico

A la izquierda, sección supuesta en el momento de la construcción.
A la derecha, sección actual. 

Su origen está envuelto en leyendas relacionadas con Hércules, que llegó a estas costas llamado por los súbditos del gigante Gerión, rey de Brigantium, que les obligaba a entregarle la mitad de sus bienes, incluyendo sus hijos. Hércules retó a Gerión, lo derrotó y enterró su cabeza bajo un túmulo que coronó con una gran antorcha, fundando una ciudad en las cercanías. También se identifica el lugar con la Torre de Breogán, mitológica, que aparece en el ciclo irlandés. Quizá Brigantium derive de Breogán, lo que mantendría la tradición romana de identificar a sus propios dioses o héroes con los autóctonos.

 





El origen real de la torre es desconocido. Los romanos la reedificaron en el s. I, entre los reinados de Nerón y Vespasiano, siendo Cayo Sevio Lupo el arquitecto. En la Edad Media se convirtió en fortificación y quizá perdió su uso marítimo. Se restauró en el s. XVII y especialmente en el s. XVIII.

 





El segundo faro más antiguo del mundo es La Linterna de Génova (Italia). Construido en 1543, es símbolo de la ciudad, con gran tradición de navegantes. Su altura sobre el nivel del mar es de 107 m, 30 de promontorio y 77 de la torre. Se dice que un tío de Cristóbal Colón, Antonio Colombo, fue uno de los guardas. Se electrificó en 1913.

 



El tercer faro más antiguo del mundo es el de Porto Pi, en Palma de Mallorca. Parece que comenzó a funcionar a comienzos del siglo XIV, aunque en su emplazamiento actual se encuentra desde 1617, cuando fue trasladado al construirse el fuerte de San Carlos, para que no obstaculizara los disparos de la artillería. Se electrificó en 1918. En su interior puede visitarse una colección de material de alumbrado marítimo: ópticas, aparejos, fotografías, archivos, planos, etc.



 

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