martes, 2 de febrero de 2021

 LABERINTOS.

 

Ahora que estamos metidos en el bucle de la pandemia, del que no logramos salir, bueno será perdernos en otros laberintos vegetales más entretenidos y agradables, adentrarnos en un desafío fascinante y antiguo. Con aires renacentistas, racionalistas o románticos, estos estrechos espacios rodeados de setos -espacio armonioso de naturaleza tallada-, de formas geométricas caprichosas diseñadas para perderse, fueron y son pasatiempos para recreo y esparcimiento, desafiantes -parecen simular los entresijos de la mente- y lúdicos a la vez.

 

El laberinto de Villapresente (Cantabria), cerca de Santillana del Mar:  5.625 m2 de superficie y unos cinco kilómetros de estrechos pasillos, 45´de recorrido. Privado.

 

El Capricho, Ayuntamiento de Madrid: S. XVIII, creadora la duquesa de Osuna. Círculos concéntricos, setos de laureles, gusto romántico, en el centro hay un árbol de Júpiter, 6.030 m2 y tres kilómetros de altos setos.

 

El laberinto vegetal más antiguo de España, en los jardines del Real Alcázar de Sevilla.  Lo mandó levantar Carlos I, renacentista, aunque el actual es diferente. Se consideraba un lugar donde transitar de las tinieblas a la luz; por tanto, su función no era lúdica.

 

Laberinto del Botánico de Gijón. Es muy reciente, 2018, alegoría del océano Atlántico, setos de laurel, 2.500 m2 y 827 m lineales. Pasillos más anchos, adaptados a personas con movilidad reducida. En el centro hay un faro, elemento clave en la navegación para los marineros -balleneros, principalmente, que se adentraban en el océano.

 

Laberinto del Parc D'Horta (Barcelona). Situado en el parque público más antiguo de Barcerlona, entre pinos, robles y encinas, y presidido por la escultura del dios griego Eros (amor). Setos de ciprés, 750 m. Jardín neoclásico de corte italiano, se terminó en el s. XIX como jardín romántico. En la salida representación del desafortunado mito de Eco y Narciso, alegoría de la fragilidad del amor. En su interior se rodó una escena de la película El Perfume, 2006, basada en la novela homónima de Patrick Süskind.

 


Parque del Marquievssac (Vezac, Francia). Diseñado para pasear, romántico, bojes centenarios podados a mano conforman una fantasía repleta de movimiento, entre formas redondeadas y algodonosas.



Glendurgan Gardan (Cornwall, Reino Unido), más de un kilómetro, enrollándose en espiral en apretados círculos. S. XIX, con laureoceraso, conocido por su denso follaje. Unas palmeras marcan las cuatro esquinas y en el centro hay un cenador con techo de paja. 



Longleat House (Wiltshire, Reino Unido), tejos, casi 2,7 kilómetros. La misión en el laberinto es llegar a la torre del centro y conseguir salir. El recorrido puede durar entre 20 y 90 minutos. 



Palacio de Hampton Court (Surrey, Reino Unido), hacia 1700, trapezoidal con paredes de tejo, unos 10.000 metros cuadrados, es el más antiguo de Inglaterra. Se tardan unos 20 minutos en llegar al centro. En 2005 se añadieron espeluznantes efectos sonoros para aumentar la sensación de pérdida.

 


Green Man Maze (Brecon Powys, Reino Unido), tiene la forma del famoso icono sagrado del druida (la cara de un hombre selvático). Se diseñó sobre un esquema de geometría sagrada. Caminos flanqueados de tejo y haya, con estanques, jardincillos secretos, parterres, hasta llegar, respondiendo a su cualidad mística, a una roca de los deseos en un jardín de flores silvestres. 



Villa Barbarigo (Valsanzibio, Italia), cerca de Padua. Diseñado por Luigi Bernini, hermano del famoso escultor, segunda mitad del siglo XVII. Setos de boj, 1,5 kilómetros de longitud y un significado simbólico: el tortuoso camino hacia la perfección. Dentro hay seis caminos sin salida que representan la gula, la lujuria, la avaricia, la ira, la envidia y la pereza, y, además, un círculo vicioso que representa la soberbia.



Labirinto della Masona (Parma, Italia), se inspira en la forma clásica del laberinto romano, con pequeñas trampas, bifurcaciones y callejones sin salida. Tiene forma de estrella, ocho hectáreas y bambú de veinte especies diferentes. Su creación surgió de una apuesta entre el editor italiano Franco María Ricci y el escritor Jorge Luis Borges, amigos y colaboradores. Una tarde de 1977, Ricci le dijo a Borges que quería construir el laberinto más grande del mundo y Borges respondió que ya existía y era inmejorable: el desierto. Cuenta con dos suites de lujo en su centro. 



Villa Pisani (Venecia, Italia), famosa por acoger el primer encuentro oficial entre Mussolini y Hitler. Tiene más de once hectáreas y una torrecilla central. Tiene fama de ser el más difícil de resolver del mundo. Incluso Napoleón fracasó en el intento. 



Palacio Andrássy (Tiszadob, Hungría), cerca de la frontera con Eslovaquia, parece tener la forma de un calamar, siglo XIX, boj decorado con tejos. 

 


Laberinto de Altjessnitz (Sajonia-Anhalt, Alemania). Barroco, 2.600 metros cuadrados y planta cuadrada. Los muros son de carpe, de dos metros de altura. En la entrada hay una estatua de Ceres, la diosa romana de la agricultura, y en el centro hay un mirador. Como no hay caminos sin salida, se calcula que debe de haber unas 250 posibilidades de recorrer sus 1.230 metros de senderos. 



Ashcombe, Victoria (Australia). Planta circular, setos de tres metros de altura y dos de grosor, texturas suaves de ciprés. En el parque hay otro laberinto de lavanda.



Dole Plantation Pineapple (Hawái, EEUU). Declarado en 2008 como el más grande del mundo, más de 12.000 metros cuadrados, con casi cuatro kilómetros de senderos formados por hibisco, platanillos y piñas, así como el crotón que da forma a la gigantesca piña central. Pasear por su interior permite descubrir ocho paneles secretos, cada uno de los cuales conduce más cerca del misterioso centro. 


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