martes, 14 de mayo de 2019


Tenis.

Un regalo familiar nos invita a asistir a la final del Mutua Madrid Open 2019. El metro ya va lleno y, desde la estación Orcasur, una procesión de gente nos conduce hasta el monumental centro deportivo La Caja Mágica. La entrada es ágil a pesar de los registros de seguridad y buscamos nuestras localidades rodeando la pista central, “Manolo Santana”. Falta algo de tiempo para empezar y el sol pega de lleno en el graderío.

La megafonía anuncia el evento explayándose con los participantes, de los que hace un elogio hiperbólico, y las recogepelotas les hacen el paseíllo.



El sorteo.






El calentamiento







                                                                        Empieza el partido.

Descanso
Tras los descansos, Tsitsipas siempre se levanta el último, se le pega el banco.



Durante el transcurso del partido, un pintor va terminando los cuadros de los protagonistas.


El tenis me gusta y suelo verlo por televisión. Nunca lo había visto en directo, y las bolas van a una velocidad endiablada; se hace un ejercicio importante tanto visual como de cuello. El ambiente atrae casi tanto como el partido y, en ocasiones, los ojos se van a otros detalles, como, por ejemplo, el personal necesario para la realización del partido.

El árbitro o juez de silla, argentino, repantingado en su silla.


Los jueces de línea, de vista de lince.




Las rápidas recogepelotas.

Los cámaras
La prensa gráfica



Las autoridades




Personal de seguridad, acomodadores, etc.

Los famosillos
Otros detalles importantes: el reloj.



Los bancos
El marcador









La cámara cenital que es a la que todo el mundo vigila (para saludar) en los intermedios.

El velocímetro
La decoración


Las sufridas toallas.



Y las pelotas, claro.

Al terminar el primer set, el sol ya no da en el graderío y se está mejor.
El público se divide según su status. Los vip.




La plebe (donde estoy yo, por supuesto).


Algunos despistados han venido a animar a Rafa Nadal, que quedó eliminado ayer.


De vez en cuando se cambian los jueces de línea.
Y acaba el partido. Los contendientes saludan al juez de silla que tiene que agacharse desde su elevado trono.



Y hay un ganador, el serbio Novak Djokovic.
Cuyo retrato es el único que queda.



Y un perdedor, el griego Stefanos Tsitsipas.
La entrevista de Alex Corretja.



Los preparativos para la entrega de premios

Al joven griego, que tiene mucho futuro por delante, le entregan un plato ...




... y se dirige al público.

El ganador recibe un premio que no sé qué es.



La apoteosis del confetti

Habla el ganador.



La foto final.

Parece ser que el torneo no tiene asegurada su presencia en Madrid para los próximos años, por lo que, al margen de otras consideraciones, la alcaldesa se lleva una pitada. Pero el humor reina hasta el final: Djokovic le dice a Feliciano López, nuevo director del torneo, que le sienta muy bien el traje.
Pero este final no lo hemos visto. Hemos salido antes para llegar pronto al metro y que no fuera tan atestado, pero nos ha dado igual, muchos han tenido la misma idea.

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