Bilbao (I/3).
El tren llega a Bilbao a la Estación de Abando-Indalecio
Prieto, antigua estación del Norte. Al nombre del distrito que ocupa el centro
de la ciudad, rodeado al norte y este por la ría del Nervión, se le ha añadido
el del político socialista que había llegado a Bilbao de joven a trabajar en
muchos sectores hasta ser periodista, que ocupó muchos cargos y que, exiliado,
murió en México.
Una bonita fachada de la estación da directamente a la
ría, al paseo del Arenal, uno de los símbolos de la villa y fachada principal
del Casco Viejo. Se cruza la ría por el Puente del Arenal, construido cuando la
ciudad creció y había que facilitar el paso entre las primitivas Siete Calles y
la zona de Obando, que se hacía en barca o por el puente de San Antón. Fue el
primer puente español de fundición, era de peaje y funcionó desde 1847 hasta
1876, año en que tras desperfectos, bombardeos, riadas, etc., se construyó otro
de piedra, inaugurado en 1878, que fue volado en 1937 durante la Guerra Civil. En
1940 se construyó el actual, de hormigón armado.
En la margen derecha, una plaza permite ver la espléndida
fachada del famoso Teatro Arriaga, edificio neobarroco de finales del siglo
XIX, reconstruido tras el incendio de 1914 y las inundaciones de 1983.
Enfrente, la calle Bidebarrieta nos adentra en el Barrio Viejo y nos lleva
hasta la Catedral de Santiago. Esta zona es el origen de la villa, que tiene su
inicio en el año 1300, mediante Carta-Puebla otorgada por el Señor de Vizcaya
D. Diego López de Haro. Era un pequeño asentamiento sobre un meandro de la ría,
un puerto de mar protegido de tormentas y ataques, que se basaba en las Siete
Calles (Somera, Artecalle, Tendería, Belosticalle, Carnicería Vieja,
Barrencalle y Barrencalle Barrena). Fuera de la muralla estaban los arrabales:
Bilbao La Vieja-Allendalapuente, Ibeni-Atxuri y San Nicolás-Ascao. En El Arenal
se situaban los astilleros, pero en el siglo XVIII se transformó en un jardín
público.
El centro podría considerarse la Catedral de Santiago, la
iglesia más antigua, incluso anterior a la fundación de Bilbao puesto que en
1300 ya se menciona. Es de tres naves y bóvedas de crucería, con añadidos en el
siglo XVI. Se relaciona con el Camino costero a Santiago y entre su decoración
tiene una vieira alusiva al paso de peregrinos. Muy cerca está la Fuente del
Perro, neoclásica, año 1800, llamada antes los chorros de San Miguel. Está
inspirada en el arte clásico, imita a un templete y la pila a un sarcófago.
Como las viviendas medievales eran de madera en gran
parte, hubo muchos incendios, lo que junto al crecimiento de la ciudad propició
la reordenación en el siglo XIX, con la construcción de la neoclásica Plaza
Nueva, 1821-1851. Al lado está la Plaza Unamuno, cerca de la casa donde nació, con
una escultura de la cabeza del escritor, obra de Victorio Macho, sobre columna
corintia. Durante el franquismo, el busto estuvo tirado en los sótanos del
Ayuntamiento hasta que en 1984 fue colocado en la plaza. En el año 2000, en un
acto político, fue arrancado y restituido meses después. Desde la plaza salen
las calzadas de Mallona, escaleras construidas en 1745 que unen el Casco Viejo
con la Basílica de Begoña.
“Nací en lo más
lúgubre y sombrío del sombrío Bilbao: en la calle de la Ronda (…), en aquella
calle amasada en humedad y sombras, donde la luz no entra, sino derritiéndose.”
El escritor se refiere a la calle cuyo trazado sigue el de uno de los paños de
la muralla medieval. Algo más optimista es el poema que dedica al Nervión: “Oh, mi Nervión, tú de mi pueblo el alma, /
tú que guardas sus dichas y sus penas, / los siglos por tu cauce resbalaron /
llevándose la historia / hacia el olvido; / hacia el olvido, mar de nuestras
vidas, / mas, dejando la Villa, monumento / que durará por siglos de los
siglos, / colmena de las almas / que en ti libaron”.
Nervión arriba se llega al Puente de San Antón. Se cree que es incluso anterior a la fundación
de Bilbao en 1300 y fue el único durante siglos. Es el emblema de la villa, “la puente vieja”, y está reflejado en el
escudo. En el s. XV, bajo el puente se “empozaba”, se ahogaba, a los
delincuentes con una piedra al cuello. Tras unas riadas fue reconstruido a
finales del s. XIX y, de nuevo, después de la Guerra Civil.
Al lado está la iglesia
de San Antón Abad, gótica de finales del s. XV, junto al viejo Ayuntamiento. Es
la más popular y también aparece en el escudo. El pórtico principal es del s.
XVI, el campanario del XVIII y de inicios del XX el pórtico auxiliar, etc.
Tiene tres naves escalonadas con bóveda de crucería.
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