lunes, 22 de abril de 2019


Río Bornova (I).

Al noroeste de la provincia de Guadalajara, lindando con las de Segovia y Soria, se extiende la Sierra de Pela, la más oriental y de menor altura del Sistema Central, que sirve de divisoria de aguas, al Duero al norte y al Tajo al sur, y está próxima a la Sierra Ministra, constituyendo nexos entre los sistemas Central e ibérico. El alto páramo, que sobrepasa los 1.500 m de altitud, se asienta sobre litologías básicas de dolomías y calizas dolomíticas (cretácicas) y dolomías, calizas y margas tableadas (jurásicas), separadas por la falla de Somolinos.

(Internet)

Esta zona, que sirvió de lugar de paso a las huestes del Cid, a los transportistas de sal procedente de las salinas de Imón, Olmeda de Jadraque y Santamera, a los íberos, romanos, musulmanes y cristianos, está modelada por la dinámica fluvial en un relieve kárstico basado en hoces y escarpes rocosos. En este paisaje de páramos sobre suelos pedregosos abunda el matorral espinoso (erizales, enebros) y, de forma dispersa, encinas, quejigos y pinos silvestres, en cotas altas. En cotas inferiores aparece el aliagar y rodales de encimas y quejigos, majuelos, etc.

(web de José Carlos Canalda)

Hacia los picos del Lobo y la Buitrera
El alma caliza del páramo deja escurrir el agua que da origen al río Bornova, el escultor de un paisaje tan singular, cuyo incierto origen tiene lugar, a partir de una surgencia kárstica –por lo que también se le llama río del Manadero-, al pie de estos parajes a una altitud de unos 1.300 m. Poco después hay una pequeña área recreativa, con unas mesas que parecen dólmenes, en el que se indica “Río Bornova”. El escaso caudal llega protegido por la espesura de la abundante vegetación de ribera.



Al lado hay un camino que se adentra en el mundo calcáreo con una doble señalización: Al Manadero (pasando por la Fuente de las Canalejas) 1 kilómetro, y al Alto del Portillo (punto más alto de la Sierra, con 1.542 m de altitud) 3,5 kilómetros. En el primer caso es un agradable y corto paseo; en el segundo, hay bastante desnivel. Entre el gris blanquecino de la caliza, que adopta formaciones curiosas a las que la imaginación concreta, se asciende hasta el Alto por sendero señalizado y puede completarse el recorrido descendiendo por un camino más al este y llegando al lado del pueblo de Somolinos.




Un poco más abajo está la excepcional laguna de Somolinos, que forma parte del Monumento Natural junto a la Sierra de Pela. La caliza de la parte alta ha ido disolviéndose y ha precipitado en barreras tobáceas y terrazas travertínicas, una de las cuales ha formado un dique (10 metros de ancho por 15 metros de alto) que ha detenido el agua, formando una laguna de dos-tres hectáreas de superficie y una profundidad media de unos doce metros, a 1.270 m de altitud.



Esta laguna de montaña de origen kárstico recibe sus aportes hídricos del río –que no acusa un fuerte estiaje- principalmente y, en menor medida, de surgencias y de la lluvia, por lo que los niveles del agua son bastante constantes a lo largo del ciclo anual. En el entorno de mayor aridez que presentan las laderas del valle, esta lámina de agua, este espejo, da gran variedad cromática y tiene un alto valor paisajístico.

Es una laguna de elevada transparencia y con aguas de buena calidad, lo que permite una amplia vegetación que va desde la flora subacuática hasta el bosque de ribera. En las orillas hay juncos, carrizales, cañaverales y espadañales, y, más lejos, saucedas y choperas. En ambientes inundables aparecen las turberas. La avifauna está compuesta por zampullín, polla de agua, ánade real, focha, garza real, etc., nidificando en los cantiles las rapaces como buitre leonado, varias clases de águila, etc. También hay anfibios, pequeños mamíferos y, entre la ictiofauna, la trucha autóctona.

La laguna, que mantiene un excelente estado de conservación, fue declarada Monumento Natural en 2002. Desagua por un lateral que pasa, por una abertura en el muro, hacia un gran caserón, una fábrica de papel que data de mediados del s. XVI. Tras mover los martinetes que trituraban los trapos para la elaboración del papel, hacía girar el rodete de un molino harinero. Posteriormente también hizo funcionar una pequeña central eléctrica. En la actualidad están todos estos usos abandonados, pero la casona se ha convertido en Casa Rural.

El río sigue su curso, desciende hasta los 1.240 metros y pasa por el pequeño pueblo de Somolinos, en la orilla izquierda, que tenía una población de 35 habitantes en 1918. El agrupamiento de casas, en el que destaca la iglesia parroquial, reformada en el siglo XVII, se alarga siguiendo la dirección que le marca el río, que en algunos mapas aparece como Manadero.

Siguiendo hacia el sur,  y alcanzando una estimulante aceleración de la velocidad, pasa por Albendiego, otro pequeño pueblo en parecido grado de despoblación, a 1.195 m de altitud en la orilla derecha del río Manadero, que en 2018 contaba con 46 habitantes y que esconde una verdadera joya en su ermita de Santa Coloma, románica s. XII, ampliada en el s. XV, que forma parte del conjunto del románico rural de Guadalajara. Es más grande que una simple ermita, de planta de cruz latina, espadaña gótica de tres vanos y una cabecera excepcional, en la que destaca el ábside central semicircular dividido en tres tramos, con ventanales abocinados en arco de medio punto y decoración de celosías de raíz mudéjar.



Poco después, le llega por la derecha el Arroyo de la Requijada, que viene de los Condemios. En la carretera hay un letrero que dice “Río Manadero” junto a una zona ambientada con túmulos circulares a manera de tumbas prehistóricas. Se supone que será a partir de aquí cuando el río pase a llamarse Bornova definitivamente.

Sierra del Alto Rey


1 comentario:

  1. Hola José Luis....estupendo reportaje.
    Te dejo esta información por si te pudiera interesar:
    https://www.uah.es/es/agenda/index.html?cevento=16320

    Saludos
    Teresa

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