Esta surrealista americana, que ocupó un lugar en la
vanguardia internacional, rompió la distancia entre la obra de arte y el
espectador sin pretender que sus creaciones fuesen un reflejo del mundo, sino una
invitación para ir más allá. Retrató a la mujer como una fuerza activa,
creadora, y los
seres femeninos dominan este universo de puertas abiertas. Desarrolló una
extensa producción, meticulosa y expresiva, de pinturas, dibujos, diseños de
vestuario y decorados para ballets, esculturas “blandas”, novelas y poemas.
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Birthday (Cumpleaños), 1942 |
La
exposición en el Reina Sofía se articula en ocho secciones temáticas que
discurren por las diferentes etapas artísticas y vitales de su trayectoria,
desde escenas de infancia y familiares, niñas vestidas al estilo victoriano,
bucólicos desnudos barrocos y desiertos de rocas rojas, hasta llegar a las
representaciones de flores, tan relevantes en su última etapa. Las fuentes
literarias (novelas de Ann Radcliffe o poemas de Charles Baudelaire y
Arthur Rimbaud) le influyeron mucho. Destaca el simbolismo del motivo de la puerta y su poder
para dividir el espacio público y el privado. Se abre con un Autorretrato,
Self-Portrait1936, y concluye con otro autorretrato final, Woman Artist, Nude,
Standing, 1985-87.
El autorretrato.
En los años 30 comenzó a explorar el sentido del espacio
y la imaginación ilimitados, marchando a París para conocer a los artistas
surrealistas. Durante la II Guerra Mundial trabajó como ilustradora para
grandes almacenes. De esa época es el autorretrato Birthday, 1942, claramente surrealista: sucesión de puertas
entreabiertas, la mirada desafiante, pechos desnudos, extraña criatura a los
pies. El título se lo dio Max Ernst.
Partidas de
ajedrez.
La segunda sección aborda su relación con Marx Ernst, con
quien se casó en 1946, y con su círculo vanguardista. La complejidad de las
múltiples relaciones se explora mediante el motivo del ajedrez, que entrelaza
sus obras. Endgame, 1944. La reina
(simbolizada por un zapato recubierto de satén blanco) está en el centro del
tablero derribando a la iglesia (la mitra de un obispo).
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I |
La femme-enfant
La tercera parte se centra en el motivo de la mujer-niña.
Eine Kleine Nachtmusik, 1943, unas
niñas con el pelo electrizado, ataviadas con vestidos victorianos rasgados, son
dirigidas en estado de hipnosis, junto a un gigantesco girasol, hacia una
puerta entreabierta, más allá de la cual se atisba una intrigante luz ardiendo.
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The guest room, 1950-52 |
La novela
familiar.
La subversión de la institución familiar se trata en la
cuarta sección. En Maternity,
1946-47, una madre, una niña y un cachorro desolados se yerguen ante un paisaje
apocalíptico, en el que un fantasma descabezado aparece en el horizonte tras
una puerta abierta. En Maternity V,
1980, una figura materna lanza a un recién nacido al aire, bien defendiéndolo
de alguna fuerza oculta o arrojándolo con gran violencia a la muerte. El padre
se representa también de modo monstruoso en Portrait
de famille, 1954, mientras que la mesa familiar cubierta con un mantel de
lino se convierte en el escenario de una metamorfosis surrealista en Some Roses and Their Phantoms, 1952.
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Some roses and their phantoms, 1952 |
Los
diseños de los vestidos y decorados para Night
Shadow, 1946, The Witch, 1950, Bayou, 1952 y Willo´- the – Wisp, 1953, obras de ballet, se exponen en la quinta
sección. Su gusto por el teatro, los tejidos y el movimiento se manifiesta
tanto en los tocados fantásticos para un baile de máscaras, como en los
vestidos simbolistas para la Judith.
A
mediados de la década de 1960, recurrió a su máquina de coser Singer para
realizar esculturas blandas. En Pelote d´épingles pouvant servir de fétiche, Alfiletero
que puede servir de fetiche, 1965, elaboró un macabro acerico, que parece una
muñeca de vudú, utilizando terciopelo negro, un embudo de plástico y agujas de
coser. En Xmas, Navidades, 1969, Étreinte, Abrazo, 1969, y De quel amour, De aquel amor, 1970, las
formas eróticas se contorsionan y entrelazan, mientras que Emma 1970, se refiere a la protagonista de la célebre novela de
Gustave Flaubert Madame Bovary, 1856, que escapa del aburrimiento de la vida de
casada y de la maternidad gracias a la literatura y las aventuras clandestinas.
Chambre
202. Hôtel du Pavot, 1970-73, sumerge en una desolada habitación de hotel con “materiales vivos que se convierten en
esculturas vivientes, siendo su lapso de vida como el nuestro”, según
explicó ella misma. Piernas femeninas de color rosa emergen del papel pintado
de las paredes, muebles de forma antropomórfica contrastan con una bombilla
desprovista de cualquier adorno que pende del techo, mientras tan solo una
puerta, la 202, aparece como una posible vía de escape. Tiene un significado
macabro: se refiere a una canción popular que cuenta la historia de la esposa
de un gánster, Kitty Kane, que se suicidó envenenándose en la habitación 202 de
un hotel de Chicago.
En
Door 84, 1984, también utilizó una
puerta encontrada que colocó de manera que sobresaliera del marco pictórico
para dividir el lienzo en los dos paneles que forman la pintura combinada. En
cada uno de ellos, el ágil cuerpo de una niña asoma entre manchas desaforadas
de color rojo, amarillo y naranja que lo cargan de energía. Recuerda a Porte:
11, rue Larrey de Marcel Duchamp.
En la sección final se reúnen los temas del autorretrato,
del deseo y del espacio íntimo. No quiso que se le calificara de “mujer
artista” y en Woman, Artist, Nude,
Standing, reivindica el poder de lo femenino como fuerza que debe tenerse
en cuenta. No es un estilizado desnudo tradicional, sino una mujer voluptuosa,
con mantilla negra y una flamante amapola roja.
También pintó doce grandes cuadros entre 1997 y 1998 que
subvertían el género del bodegón, sustituyendo la moralizante tradición del
memento mori por flores carnales que desafían a la muerte, como Crepuscula glacialis, 1997.
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