lunes, 7 de enero de 2019

Van Gogh Alive – The Experience.


Vincent Van Gogh, pintor neerlandés de la segunda mitad del s. XIX y uno de los mayores exponentes del postimpresionismo, pintó unos 900 cuadros y unos 1.600 dibujos a lo largo de su corta vida, pues falleció a los 37 años, pero no vio reconocida su obra, valorada sólo después de su muerte. Sus cuadros han sido expuestos en infinidad de museos y exposiciones, pero ésta, que llega al Círculo de Bellas Artes de Madrid después de recorrer cuarenta ciudades, es diferente. Al parecer es la exposición multimedia más vista del mundo.


El Salón de Baile –donde trabajó Picasso-, convertido por unos meses en un templo virtual de Van Gogh, acoge esta propuesta multimedia que ocupa un espacio de unos 800 m2 con una altura de 10 metros, lo que favorece la espectacularidad del montaje al permitir pantallas desde el suelo hasta casi el techo.


No es una exposición de arte al uso, tradicional, sino una nueva forma de exponerlo desde un punto de vista novedoso y sorprendente. También se aleja de la convencional visita a un museo y del recorrido de sus distintas salas. Aquí el arte nos rodea y nos sentimos inmersos en los cuadros, a los que casi podemos entrar debido a su gran tamaño, lo que permite profundizar en su conocimiento. Es una experiencia envolvente, multisensorial, inmersiva, que estimula los diferentes sentidos mediante la combinación de 3.000 imágenes en movimiento, iluminación y música.


La innovadora tecnología hace que la obra de Van Gogh parezca cobrar vida a gran tamaño en paredes, columnas e incluso suelos, creando un nuevo concepto de arte. Nos sumerge de lleno en el universo del artista neerlandés de un modo adecuado, en principio,  y pensado para todos los públicos. Nos permite meternos de lleno en los sueños y pensamientos de Van Gogh, en los paisajes, estancias y calles que plasmó en sus lienzos. Huyendo del concepto expositivo estático, nos sentimos libres y podemos movernos dejándonos llevar por el arte que nos rodea.

Terraza de café por la noche (también conocida como Terraza del café de la Place du Forum en Arlés por la noche)

El trabajo de Van Gogh se vuelve más impresionante de esta forma, sus vibrantes formas y colores pueden disfrutarse en cada uno de los detalles de las proyecciones, a mayor o menor tamaño, mientras en otra pantalla aparecen sus pensamientos deshilvanados. Las enérgicas pinceladas aparecen nítidas, por ejemplo, en las constelaciones de “La noche estrellada”, o en los pájaros que emprenden el vuelo en “Trigal con cuervos”, en “Los girasoles”, en sus expresivos autorretratos o en las sencillas habitaciones como “La habitación de Arlés”.
Autorretrato de Van Gogh con la oreja vendada

La década entre los años 1880 y 1890 de la vida del artista aparece en esta exposición a través de las fotografías a gran escala, algunas en movimiento. El ritmo del cambio es constante. Las fotografías se van combinando en las distintas pantallas, colocadas haciendo ángulos, por lo que la distorsión proporciona nuevas visiones. Las palabras del pintor sólo aparecen proyectadas, lo que escuchamos es una música muy adecuada que nos envuelve al mismo tiempo que la proyección.

Aunque hay algunos asientos, la mayoría de las personas estamos de pie o incluso sentados en el suelo. La anchura de la sala permite que haya tres espacios de proyección, por lo que se podría ver bien por un lado o por otro si no fuese por la gran cantidad de personas asistentes que, en cualquier caso, seguimos la orgía alocada de imágenes, la secuencia ininterrumpida de detalles, las explosiones de color en las que estamos inmersos, con ilusionante admiración.


En una de las pantallas van apareciendo frases sueltas, pensamientos breves acompañados de detalles de sus cuadros, que reflejan la personalidad de Van Gogh. “Sueño con pintar, y entonces pinto mis sueños”, es su vida. Como pintor, le interesa el color: “¡Qué bonito es el amarillo! Representa al sol”, “El pintor del futuro será colorista, como nunca antes lo ha sido”.

Al parecer, le interesaba mucho verbalizar sus pensamientos, encontrar las palabras adecuadas: 
Pasamos toda nuestra vida ejercitando inconscientemente el arte de expresar nuestros pensamientos con ayuda de las palabras”, “Hay tantas personas, especialmente entre nuestros amigos, que creen que las palabras no valen para nada. Al contrario, ¿no es verdad que decir bien una cosa, es tan interesante y difícil como pintarla?”. También la poesía, como forma de ordenar las palabras: “La poesía nos rodea por todas partes, pero desgraciadamente trasladarla al papel no es tan fácil como mirarla”.


La vida le oprime, habla de prisión: Uno no siempre puede decir qué es lo que nos mantiene encerrados, nos limita y parece enfermarnos pero, de todas maneras, uno siente barreras, rejas y murallas”, “A menudo, las personas son incapaces de hacer cosas; están encarceladas en no sé qué clase de jaula terrible, terrible, terrible… “. Una forma de alejarse de esos pensamientos negativos es la pintura: “Experimento un momento de claridad aterradora en los instantes en los que la naturaleza se vuelve tan hermosa. Ya no me encuentro seguro de mí mismo y las pinturas aparecen como en un sueño”, “Como la criatura sufriente que soy, no puedo prescindir de algo que es más grande que yo, algo que es mi vida: el poder de crear”.


También tiene otras formas de olvidar: Si la tormenta interior se vuelve demasiado ruidosa, bebo una copa de más para conseguir aturdirme”, aunque sea momentáneamente, porque “A pesar de todo, me levantaré otra vez, cogeré el lápiz que he abandonado en mi gran desmotivación y seguiré con mi pintura”.


Un tema que le interesa, que le ilusiona, el amor: “No viviré sin amor”, “Siento que no hay nada más lleno de arte que amar a las personas”, “El amor es algo eterno; el aspecto puede cambiar pero no la esencia”. Pero no debe encontrarlo, siente la soledad: “Continuamente, paso días enteros sin hablar con nadie”.


Oscila entre un cierto optimismo y el abatimiento: “Tienes que ser claramente consciente de que las estrellas y la infinidad están sobre ti, en lo más alto. Después de todo, la vida es encantadora”, “Siento una cierta calma. Hay seguridad en medio del peligro. ¿Qué sería la vida si no tuviésemos el valor de intentar algo?”,Es posible que todo mejore después de que parezca haber fallado. Es algo en lo que no confío porque puede que nunca suceda”.

El tema final es la muerte: “Prefiero morir de pasión a morir de aburrimiento”, “En la vida de un artista, la muerte no es quizá lo más difícil”, “Algún día la muerte nos llevará a otra estrella”.

Al terminar, se tiene la sensación de que sabe a poco. Como la proyección es muy rápida, se cambia de cuadros enteros a detalles, se alternan los colores, las citas, etc., queda la impresión de un recorrido muy concentrado por cuadros, bocetos, apuntes, escritos, de una mezcla quizá algo desordenada, lo que hará que revisemos nuestros conocimientos sobre el famoso pintor para ubicar su temática, con sus sueños como protagonistas. El impacto producido por la exposición hará que no termine aquí. Además, esta experiencia no puede sustituir a la visita tradicional al museo de Ámsterdam.

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