sábado, 12 de enero de 2019

“Poéticas de la democracia. Imágenes y contraimágenes de la Transición”.

El objetivo de esta exposición en el Museo Reina Sofía es reivindicar las experiencias artísticas excluidas del discurso institucional de la historia del arte español de la década de 1970, rememorar un periodo en el cual, junto a las demandas civiles en favor de las libertades democráticas, la justicia social y el autogobierno, surge una nueva estética vinculada a prácticas culturales innovadoras. Pone el acento en lo participativo, reivindicativo y colectivo y presenta como un caso de estudio la bienal de Venecia de 1976, un acontecimiento artístico representativo del arte antifranquista del momento, metáfora de una época convulsa para la historia española.
Equipo Crónica, Paredón, 1975
Juan Genovés, El abrazo, 1976
Contextos para una Bienal roja.
Tras años de crisis de identidad, los organizadores la convirtieron en un instrumento de lucha antifascista, encargando a la "comisión de los diez" (Tomás Llorens, Valeriano Bozal, Oriol Bohigas, Alberto Corazón, Agustín Ibarrola, Antonio Saura, Antoni Tàpies) el comisariado, con el apoyo de eduardo Arroyo, residente en Italia.



Eduardo Arroyo, Ronda de noche con porras, 1976
La muestra, militante de izquierdas, se ideó bajo el lema "España. Vanguardia artística y realidad social (1936.-1976)", uno de cuyos puntos fuertes era la redención de la memoria de los vencidos o ausentes y tuvo como símbolo el grupo de artistas vinculados al Pabellón español de la Exposición Internacional de París de 1937 (Picasso, Calder, Renau, etc.).




Joan Miró, Ayudad a España, 1937

Arte y compromiso político: límites del sentido
Eduardo Arroyo, Sí, Sí, entraremos en el Mercado Común, 1971
Otro objetivo era actualizar la noción de vanguardia en España y darle un sesgo ideológico y marxista vinculado a la lucha de clases. El final del franquismo impulsó la configuración de una relación diferente entre arte y política a pesar de los recelos de los representantes de los nacionalismos, que provocaron protestas y retiraron sus obras (Chillida, Oteiza).

Equipo Crónica, Guernica cortado, 1974
Antoni Tàpies, Suite Catalana, 1972
La crisis de la masculinidad
Alberto Schommer, Serie la Transición, Alianza Popular, Centro Democrático y Social,
Partido Socialista Obrero Español, Partido Comunista de España, 1977

Estos trabajos hicieron aflorar las contradicciones que acompañaron a la cultura transicional: la noción de “reconciliación nacional” defendida por parte de la izquierda y uno de los lemas de la Transición; la dificultad para conciliar la idea de España como nación única frente a los nacionalismos.

Eduardo Mercero, La cabina, 1972

La ciudad es nuestra
Estéticas de la protesta


Juventud en transición.
Ocaña, Plañidera, 1977
El proyecto alternativo de Cerni-Galván-Alberti, que no llegó a materializarse, aportó la necesidad de integrar otras manifestaciones artísticas más allá del arte objetual, con un programa paralelo que incluía música (Cristóbal Halffter), cine, poesía, representaciones teatrales (Els Joglars, Tábano), y la presencia de artistas vascos, la compañía de Nuria Espert o de la cantautora Rosa León.


Entre tinieblas
Vindicaciones feministas
Contraimágenes
Era el momento en el que, en línea con el underground norteamericano y el largo ciclo sesentayochista europeo, estaba emergiendo una contracultura juvenil y ciudadana que cuestionaba el lugar y las funciones de las instituciones existentes. Las nuevas formas de organización de la sociedad civil (asociaciones vecinales, de barrio, feministas, ecologistas, pacifistas, etc.) dieron lugar a nuevas prácticas estéticas contraculturales, que funcionaban como
red de información alternativa basada en medios de comunicación paralelos (Ajoblanco), el cine militante o grupos y colectivos. La poesía, la música, el teatro independiente, el cómic, los collages, pero también la ficción, el cine y las artes plásticas, fueron un vehículo para explorar las ansiedades y esperanzas de este periodo.



El marginado constitucional
Manolo Quejido, Cartel contra la Ley de Peligrosidad Social, 1977



Como complemento a esta exposición puede verse, en CaixaForum, otra que igualmente conmemora los cuarenta años de la Constitución, titulada “Democracia 1978-2018”. En un espacio singular se presenta una muestra innovadora, una exposición que hace partícipe de la historia reciente al visitante, que puede vivir una experiencia directa y emocional.

La instalación combina diferentes formatos audiovisuales de manera innovadora superando las barreras habituales en una experiencia expositiva. Los ejes de aproximación son la libertad, la unión, la igualdad y la tierra, y en su conjunto nos permite recordar los principales sucesos relacionados con el desarrollo político, pero también científico, cultural, artístico, deportivo y medioambiental de estos cuarenta años.

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