Irati.
El Valle de Aezkoa
se sitúa al noreste de Navarra, es una extensa alfombra verde que comprende más
de 12.000 hectáreas de bosque que cobija
a nueve localidades, que incluyen cuatro de las diez poblaciones más altas de
Navarra, siendo Abaurregaina/Abaurrea Alta, a 1.035 m, la más elevada, el
Balcón de Aezkoa.
Su rico pasado aflora tanto en sus bellos paisajes como
en sus tranquilos pueblos con caseríos de tejados inclinados y puentes de
piedra. De su antiquísimo poblamiento dan idea los dólmenes, estaciones
megalíticas, ermitas o estelas medievales, como las que dan vida al Jardín de
las estelas de Abaurregaina /Abaurrea
Alta.
Una consideración especial merecen sus hórreos, Bien de Interés Cultural. Este
valle cuenta con 15 de los 22 hórreos que se conservan en Navarra. Algunos
ejemplos interesantes se encuentran en Orbaizeta, Aribe, etc. El listado de
atractivos incluye un lugar tan bello como enigmático: las ruinas de la fábrica
de armas de Orbaizeta, paraje cubierto por la vegetación que en su momento
albergó una de las mayores fábricas de munición de Europa del s. XVIII.
Este mundo cerrado celebra el segundo fin de semana de
septiembre el Día del Valle, Aezkoako eguna, multitudinaria fiesta, cada año en un pueblo diferente,
que incluye muestras de artesanía, productos gastronómicos, música local, etc.
Otra fiesta importante es la de La Facería,
el cuarto sábado de julio: es una fiesta pastorial de hermandad entre los
valles de Aezkoa y Garazi, que tiene lugar en los pastos de altura de Irati,
para renovar un pacto de más de 500 años de antigüedad.
La gastronomía
representa la economía de la zona con carnes (chuletas de ternera o potro,
costillas de cordero, chistorra, caza en invierno –jabalí, ciervo, paloma-),
migas al estilo salacenco, algo de pescado (trucha a la navarra), setas (hongo
beltza, perretxilos. Su recogida está regulada y se necesita permiso), postres
derivados de la leche (quesos de oveja latxa).
Lo que nos trae aquí es la Selva de Irati, un auténtico regalo para los sentidos en el otoño,
descrita por Ernest Hemingway como “el último bosque medieval de Europa”. Navarra
fue, entre 1923 y 1959, destino de las visitas del escritor Ernest Hemingway.
Los sanfermines y el bosque de Irati, dos mundos contrapuestos, inspiraron al
Premio Nobel algunas de sus obras. El río Irati, unido al paisaje que le acoge, es el lugar que
el escritor, Premio Nobel de Literatura en 1954, eligió para pasar largas horas
de soledad, sentado cerca de la orilla, con la esperanza de que alguna trucha
picaso el anzuelo de su caña. Acudía andando, desde Burguete, hasta Aribe. Su
lugar preferido estaba cerca de los Baños. Los testimonios dicen que hasta allí
llegaba siempre con una cesta llena de cervezas, y que conforme las bebía las
dejaba caprichosamente alrededor de un árbol.
Los valles de Aezkoa y Salazar puerta de entrada al
segundo hayedo-abetal más extenso y mejor conservado de Europa después de la
Selva Negra de Alemania. Un tesoro natural de 17.100 has que se mantienen en
estado casi virgen, distribuidas en cuatro valles a los dos lados de la
frontera. Con una rica y variada flora, sus espesos bosques y los pastizales de
las zonas altas sirven de refugio y hábitat a diversas poblaciones de animales
salvajes.
Las leyendas nos cuentan que este inmenso bosque era el
reino de “Basajaun”, personaje mítico
y señor del bosque en el cual vivían las “Laminak”,
seres mágicos de los ríos que no salían del bosque más que para ir a sus
labores nocturnas. Esta mítica selva es un vasto territorio de unas 20.000 has
en donde no se distinguen las fronteras, se compone de 17.140 hectáreas de
bosque, de las que cerca de 15.000
corresponden a los valles de Aezkoa y Salazar. El resto son praderas dedicadas
a la ganadería extensiva. Se extiende 12 km desde el pico del Ori al este hasta
el monte Ortzanzurieta al oeste, y 12 km desde el paso de Burdinjurutzeta en la
entrada de Cize hasta la sierra de Abodi, que lo cierra por el sur.
Este amplio espacio es propiedad de cuatro comunidades
históricas, que lo gestionan a través de entidades tradicionales. Dos en la
parte norte, Cize y Zuberoa, con sus comissions
syndicales nacidas a principios del s. XIX, y otras dos en la zona
meridional, las de los valles de Aezkoa y Salazar, cuyas “Juntas” han mantenido continuidad desde hace más de 500 años. Entre
todas han tejido una red de relaciones para el manejo del ganado, con Irati
como punto de encuentro.
En esta zona con muy buenos ejemplares de hayas y abetos,
que destacan por el colorido del paisaje cambiante con el transcurso de las
estaciones, sorprende que también haya un rico pasado industrial. Fue el lugar
de trabajo de carboneros, de fabricantes artesanales de piezas de madera
(remos, duelas), hubo serrerías, se empezó a instalar una fábrica de vidrio,
etc. Unas instalaciones importantes eran las ferrerías, la mayor de las cuales
acabó convirtiéndose a fines del s. XVIII en la importante fábrica de armas de
Orbaizeta. También transitaban por aquí los contrabandistas, comerciantes y
leñadores, entre ellos los almadieros y “barranqueadores”, que llevaban la
madera hacia el sur por un complejo sistema de presas o esclusas o –los
cablistas- suspendida de unos cables.
Estas praderas y bosques fueron en la edad media lugar de
caza de los reyes de Navarra, campo de batalla en no pocas guerras, paso para
la fuga de aviadores y perseguidos en la II G.M. Hoy es un santuario de la
naturaleza cargado de patrimonio histórico que puede recorrerse por multitud de
senderos. En Aezkoa, el Sendero del roble milenario (Garaioa/Aribe, 2 h.
fácil), Ermita de San Miguel (abaurregaina/Abaurrea Alta, laberinto de bojes
hasta la ermita gótica, 1 h, fácil), El camino del pasado (Garralda, magníficas
vistas, 2 h, dificultad media), Errekaidorra (paseo transfronterizo
interpretado, usos de los recursos forestales, 2 h 30´, dificultad media-baja).
Otros senderos: la Torre romana del Monte Urkulu (restos
romanos de un torreón circular –trophaeum-, GR-11 que viene de Orreaga, dolmen
de Soroluze y más restos megalíticos, 6,4 km desnivel 350 m), Cueva de Arpea
(muy sencillo, Collado de Organbide, concentración megalítica con muchos
crómlech, 1,8 km, desnivel 120 m), SL-NA51C (Azalegui y Ermita de San Esteban,
inicio en Arrazola, 6,4 km, desnivel 350 m, senda difusa en algún tramo). Éstos
permiten ver a la vuelta la Fábrica de Armas de Orbaizeta.
Estos pueblos y paisajes han sido centro de atención del
cine que los ha utilizado como exteriores para películas como “Furtivos” (José
Luis Borau, 1976), o “The Way” (2009, Orreaga), pero principalmente, el navarro
Montxo Armendáriz inmortalizó las calles e iglesia de Ochagavía en “Secretos
del corazón” y más tarde en “Silencio roto” (dura historia tras la Guerra
Civil, fábrica de armas de Orbaizeta, Selva de Irati, Valle de Arce).
Precioso y completo todo el comentario ,es como si todo lo que nos describes ,lo estuviésemos viviendo ,muchas gracias. Soy Maribel, (Tórtola)
ResponderEliminarGracias por mencionar nuestro Museo de Estelas, la foto quedó preciosa ¡un abrazo!
ResponderEliminar