miércoles, 17 de octubre de 2018


Aguilar de Campoo.

Es lugar de población antigua, Villa Realenga en 1255 con Alfonso X El Sabio y hasta 1332, primer Fuero Real de Castilla, cabeza de Meryundat, señorío de los hijos de Alfonso XI, marquesado con los Reyes Católicos en 1480. Carlos I estuvo en la población en 1517 y 1522, cuando visitó el sepulcro de Bernardo del Carpio, personaje legendario vencedor en la segunda batalla de Roncesvalles, 808, junto al Monasterio de Santa María la Real, llevándose su espada. Uno de los que regresaron de la expedición de Magallanes en la primera vuelta al mundo era de aquí. Su economía siempre fue agraria, con industria harinera, molinos y batanes. En 1963 se inauguró el Embalse de Aguilar.

Miguel de Unamuno (“Andanzas y visiones españolas”, Alianza Editorial) decía: “En la antigua villa de Aguilar de Campoo, entre ruinas, en esta Castilla en escombros que dijo Senador Gómez, como peregrinos de la historia y de la patria … Por dondequiera escudos heráldicos, muchos en ruinas, de casas y ruinas de nobleza… (p. 254)… En los soportales de la plaza de Aguilar de Campoo se lee: “Café siglo XX.” Es lo único del siglo XX… Todo un mundo aquellos soportales por donde resbala mansamente, como el Pisuerga allí cerca, la historia.” (p.255).

Esta villa, vigilada desde lo alto por el castillo y declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1966,  cuenta con un rico patrimonio artístico: varios puentes sobre el río Pisuerga (Mayor, Portazgo –ambos de origen medieval-, Molino Turruntero, Tenerías y de la Teja), Murallas medievales (seis de las siete puertas: Reinosa, Tobalina, Barbacana o Paseo Real, Portazgo, Cascajera y San Roque), Plaza Mayor (Colegiata, palacios –Marqueses de Aguilar, barroco, de los Fontaneda, casa de los Siete Linajes, casonas con galerías al sur), iglesias (Colegiata, Santa Cecilia, Santa Clara).

Puente del Portazgo

Es muy interesante el antiguo Monasterio de Santa María la Real. La leyenda de su fundación cuenta que un caballero, Alpidio, persiguiendo a un jabalí, descubre en la espesura una iglesia abandonada. Lo comunica a su hermano Opila, abad de un monasterio, quien decide iniciar aquí una nueva andadura monástica. En 1169, Alfonso VIII entrega el antiguo cenobio a la orden de los premostratenses que forjan un gran monasterio al que la desamortización dejará en la ruina. En la actualidad, reconstruido, es sede de un Instituto de Enseñanza Secundaria, de la Uned y del centro expositivo ROM.

El ROM pretende, no sólo dar a conocer el románico de la zona, sino también la época, el estilo de vida en un medio rural, pueblos, tradiciones, etc. La visita incluye maquetas, espectáculo audiovisual, montaje expositivo sobre las comarcas de este País Románico, que pretenden invitar a recorrerlo para encontrarse con un paisaje monumental representativo de tiempos remotos.


La Colegiata de San Miguel está situada en el solar de un templo de la época visigoda, reconstruido en el s. XI, reedificado a principios del s. XIII (fachada del pie, primer tramo de la torre, portada principal, capilla bautismal, -románico de transición al gótico-) y completado, ya en época plenamente gótica, en el s. XIV. En 1541 el papa Pablo III le concedió el rango de colegiata y todavía en el s. XVIII se añadieron la Sala Capitular y la Sacristía, lo que completa la confluencia de estilos: tardorrománico, gótico, renacentista y barroco herreriano.

El sobrio románico de transición se manifiesta en la portada occidental, sin escultura historiada, con abocinamiento de nueve arquivoltas hacia la puerta, capiteles con decoración vegetal simple. Ábside macizo con cinco paños y cinco dobles juegos de ventanales ojivales. Presenta un gran rosetón en el brazo meridional del crucero y uno triangular en la fachada occidental. La torre muestra una mitad inferior más antigua –relieve semicircular románico- y la superior de principios del s. XVII, herreriana. El interior es de tres naves con bóvedas de crucería. Tiene el retablo mayor y la sillería del coro renacentistas y una colección de sepulcros de los ss. XIV-XVI dispuestos en las paredes de las naves laterales; entre ellos, el de los Marqueses de Aguilar.


La iglesia de Santa Cecilia fue reconstruida en los ss. XII-XIII –portada-, reformada en los ss. XVI-XVIII –sustitución del árbide original- y restaurada en la década de 1960. De planta rectangular, tres naves con techumbre de madera y ábside moderno, con forma cuadrangular, cubierto con bóveda de crucería.

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