lunes, 11 de junio de 2018


Rubens. Pintor de bocetos.


Prometeo
El Museo del Prado dedica esta exposición de carácter temático a la herramienta creativa que se convirtió en género por la mano de Rubens, el artista que pensaba pintando, que convirtió en arte lo que parece inacabado. Es el pintor de bocetos más importante de la historia del arte europeo, con cerca de 500, una tercera parte del total de su obra. Para la preparación de un cuadro se utilizaba sobre todo el dibujo, aunque ya en Italia, s. XVI, artistas famosos como Tintoretto o Veronés usaron el boceto al óleo. La aportación de Rubens, que también usó preferentemente lápiz y papel, fue ampliar ese proceso preparatorio incluyendo pinturas que le servían para elaborar sus ideas sobre la nueva composición, para enseñárselas a sus clientes o como guía para sus colaboradores, según fuesen más o menos acabadas y de diferentes tamaños.


El descendimiento
Según el Comisario de la exposición ““hay un lenguaje formal que es específico de sus bocetos”, un lenguaje que le permitía “definir las formas y encajar las composiciones, describir las expresiones de las figuras y establecer un esquema de luz y color, todo ello ahorrando tiempo al no llevar los bocetos al mismo nivel de acabado que vemos en sus otras obras”. Lo cual no significa que sean obras por terminar: son así. Las necesidades organizativas derivadas de su éxito transformaron esas imágenes en un elemento organizado del proceso de preparación de los cuadros.






Diana y sus ninfas cazando
Los bocetos se denominaban de la misma forma que los dibujos, lo que indica el lugar indeterminado que todavía ocupaban. La mayoría están realizados al óleo y en color y utilizan, además del papel, soportes más fijos como el lienzo y la madera. Como no necesitan una terminación tan cuidadosa como otros cuadros, dejan marcas del pincel, huellas de creación. Son cuadros terminados, pero, al estar menos elaborados, dan la impresión de no serlo, de que el artista aún trabaja en ellos.

Apolo y la serpiente Pitón
Su aprecio por los bocetos lo demuestra el hecho de que cuando los responsables de la Iglesia de los Jesuitas de Amberes le preguntaron si podían quedarse con las tablas preparatorias de los 39 cuadros que le habían encargado para el techo del templo, Rubens prefirió, en su lugar, pintar un lienzo para un altar. Rubens guardó en su colección particular, además de obras de Tiziano, Tintoretto o Veronés, pinturas preparatorias de altares, cuadros de caza, ciclos decorativos para palacios e iglesias, portadas de libros, esculturas, tapices o construcciones efímeras. En cambio, Miguel Ángel había quemado todos sus bocetos apenas un siglo                                                             antes.

Psique siendo conducida al Olimpo
La raíz clásica de toda su pintura se fundamenta en su conocimiento de la cultura antigua y su inclinación por lo épico. Todo se manifiesta en la búsqueda de la belleza, de una realidad que trascienda lo que percibimos por los sentidos. La idea del esfuerzo por alcanzarla se manifiesta en las solemnes coreografías y sus dramáticos escorzos, herederos del arte de la antigüedad y de Miguel Ángel, que se traducen en intensas emociones derivadas de su gran sensibilidad.






La victoria de la Verdad sobre la Herejía
La gobernadora de los Países Bajos meridionales, la infanta Isabel Clara Eugenia, le encargó en la década de 1620 veinte tapices dedicados al triunfo de la Eucaristía, dogma que defendía, para el monasterio madrileño de las Descalzas Reales. En ellos intervinieron el pintor, sus ayudantes, los tejedores, etc.




La glorificación de la Eucaristía

La expulsión de Adán y Eva del Paraíso
También en la década de 1620 realizó 30 obras para el techo de la iglesia de los Jesuitas de Amberes. Al tener que verse desde abajo, los complicados escorzos exigieron un riguroso trabajo previo de bocetos pequeños dedicados al estudio de las luces y las sombras, y de otros grandes para el color.





La pesca milagrosa

Aquiles descubierto entre las hijas de Licomedes
Serie de Aquiles. Son ocho escenas de la vida del héroe griego, preparadas en dos juegos de bocetos, unos pequeños –que se exponen- y otros de mayor formato que fueron modelos para pintar los cartones que usarían los tejedores. En el mayor y más acabado, Aquiles descubierto por Ulises y Diomedes, pintó, tirado en el suelo del palacio, un ardiente corazón rojo, símbolo del amor entre el héroe y la princesa Deidamia, que también figura en la escena.

Tetis introduciendo al pequeño Aquiles en el río Estigia

 
Inglaterra, Escocia, Minerva, Cupido y dos Victorias
Pinturas para el techo de la Banqueting House, palacio londinense de Whitehall, en la que se celebra el reinado de Jacobo I. Los bocetos eran preparación para estas pinturas. En el que representa la unión de las coronas de Inglaterra y Escocia se personifican ambas naciones unidas por Cupido, el amor; encima está Minerva que ata las dos coronas.







La caza del león
Bocetos al óleo para la Torre de la Parada. En 1636, un Rubens ya mayor pintó para este pabellón de caza en las afueras de Madrid, por encargo de Felipe IV, más de sesenta escenas mitológicas en las que se ve la riqueza de su imaginación y parte del proceso de creación: delgada imprimación, líneas verticales para encajar las figuras, etc.




Para cerrar la muestra se presenta un cuadro abocetado aparentemente inacabado, un guiño a la estética, el retrato a su hija mayor, que no es realista sino que está mejorado: no es el retrato de su hija, es el retrato del amor con que él la mira.


 
Hércules y el Cerbero
En el s. XVIII Diderot se preguntaba “¿Por qué un boceto hermoso procura más placer que una pintura hermosa?” Quizá porque siendo indeterminado, deja más espacio a nuestra imaginación. Byron, en su Don Juan, lo dijo poéticamente: “Un mero trazo es lo mejor, lo demás lo pone la imaginación del lector”. Por ese hueco para el espíritu, para la imaginación, asumimos el papel de creadores e intentamos, instintivamente, terminar los bocetos.

El carro triunfal de Kallo
Personificación de la vigilancia con la ocasión: un héroe militar aprovecha la oportunidad para hacer la paz




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