Sorolla y la moda.
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Joaquín Sorolla pintando en su estudio Ricardo del Rivero, 1911 |
La indumentaria, la moda, está muy presente en la obra de
Sorolla, como pone de manifiesto esta magnífica exposición conjunta entre los
Museos Thyssen y Sorolla que se centra de modo especial en los retratos
femeninos, en los que se manifiesta tanto la apariencia como la personalidad y
aspiraciones de los retratados. En ellos aparecen no sólo vestidos, sino
también joyas y complementos, todo ello junto a los cuadros en los aparecen,
acentuando la tendencia a la ambientación de las exposiciones, que no son meros
cuadros colgados, con ser éstos muy importantes. Del mismo modo, esta elegancia
que destilan los cuadros de Sorolla también se percibe en los más íntimos, en
los retratos de su familia.
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Sorolla íntimo.
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Clotilde con traje gris |
Las numerosas representaciones del ámbito familiar y de
la vida cotidiana indican la importancia que Sorolla concedió a este aspecto de
su vida, dedicando especial atención -bellísimos retratos- a su mujer,
Clotilde, y a sus hijas, e incluyendo también imágenes de grupo. El tener estos
cuadros expuestos en su casa y taller le sirvió para atraer la atención de una
creciente y distinguida clientela, puesto que tanto Clotilde, como María y
Elena, tenían un don natural para la elegancia, llevando con gran estilo trajes
y sombreros. Sorolla siempre les traía alguno de sus viajes. Le gustaban más
los vestidos de verano –los blancos a la luz del sol fueron protagonistas en su
pintura-, aunque sin olvidar la mantilla sobre traje negro.
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Alfonso XIII con uniforme de húsares |
♣ El
retrato de sociedad
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Joaquín Sorolla pintando en la Granja José María Campúa, 1907 |
A lo largo de su vida, Sorolla retrató a numerosas
personalidades: de la sociedad americana en sus viajes a los Estados Unidos, de
la burguesía y la aristocracia, e incluso de la familia real española. Creó una
imagen de la sociedad de finales del siglo XIX a través de sus retratos
aristocráticos y, tras su ascenso social, burgueses. A todos estos encargos
respondió con la expresión adecuada a esta élite, exhibiendo su forma de ser y
su deseo de reconocimiento. La importancia de la indumentaria en la elegancia
hace que los retratados, especialmente mujeres, posen con sus mejores trajes,
aunque también se valora, junto con el lujo, el gesto natural en la actitud y
la mirada, y la sencilla distinción. El estilo cambia desde la reproducción
fiel de la nostalgia del pasado a través de la moda de fin de siglo, más
clásica, a las nuevas tendencias en el vestir, a la más absoluta modernidad.
Por todo ello, tuvo un gran éxito de crítica, siendo considerado heredero de
los maestros clásicos como Velázquez y, a la vez, un renovador del género.

Alfonso XIII y su madre, la reina Mª Cristina

La reina Victoria Eugenia

Mª Luisa Martínez de Tejada
♣El veraneo elegante.
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Sorolla y Clotilde, cala de San Vicente, Mallorca, 1919 |
Una vez descubiertos los efectos terapéuticos de los
baños de mar, en la segunda mitad del siglo XIX, las costas y playas españolas
–Santander, Zarautz, San Sebastían y las playas de levante- se convirtieron en
destinos recomendados por los médicos y comenzaron a ser populares entre las
clases altas, que los convertirían en escenarios elegantes en los que aparecieron
el vestido y sus sofisticados accesorios, como sombrillas y sombreros. Sorolla,
testigo de su tiempo, vio el papel fundamental que desempeñaron y lo reflejó en
sus retratos junto al mar, haciendo posar en muchas ocasiones a su familia más
cercana.

Elena en la playa

Figura en blanco, Biarritz
♣París y la vida moderna.
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Clotilde paseando en los jardines de La Granja |
A finales del siglo XIX surgió en las ciudades una “vida
moderna”, caracterizada por la aparición, en una sociedad cambiante, de nuevas
costumbres y formas de ocio como reuniones en los cafés, paseos al aire libre
por parques y avenidas, asistencia a espectáculos como teatro, ópera o cabaret,
que se convirtieron en las actividades preferidas por los habitantes de las
grandes urbes. Sorolla estudió estas novedades en sus viajes a París, prestando
atención a las que se producían en la alta costura femenina, que reprodujo o le
sirvieron de inspiración en algunos de sus retratos.
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La reina Victoria Eugenia en el palco del Teatro Real |
♣Una casa a la moda.
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Sorolla pintando a Clotilde con traje negro, Christian Franzen, 1906 |
La exposición continúa en el Museo Sorolla porque también
en la exposición permanente pueden verse detalles como vestidos y retratos
familiares, que dan vida al ambiente original de los espacios de la casa del
pintor, una casa a la moda, con los más avanzados lujos y comodidades como
calefacción, luz eléctrica, cuartos de baño, etc., y una decoración ecléctica,
con muebles de distintos estilos, desde más antiguos a más modernos. La
indumentaria siguió siendo un aspecto muy importante, como se pone de
manifiesto en fotografías, etc.
♣Un Fortuny desconocido.
En el comedor de la Casa Sorolla hay un destalle bastante
desconocido: Elena viste un “Delfos” amarillo, modelo diseñado por Fortuny
inspirándose en el bronce griego del Auriga de Delfos. En su momento –las
mujeres todavía llevaban corsé- fue considerado muy atrevido por la forma
sinuosa ceñida al cuerpo, pero fue apoyado y alabado por personajes famosos
como Marcel Proust, Isadora Duncan, Peggy Guggenheim, etc. Estas mujeres lo
vistieron, así como las mujeres de la familia Sorolla, y puede admirarse en
esta exposición.
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