sábado, 30 de diciembre de 2017


Picasso, Cabeza de mujer, 1909-1910
Juan Gris pensaba que el cubismo no era un procedimiento sino un estado del espíritu, en relación con todas las manifestaciones del pensamiento de la época. Es la piedra angular del arte moderno. Pero las visiones cubistas son divergentes, desde la restrictiva con los tiempos y escenarios hasta como proceso dilatado y variado. Esta exposición, unión de Telefónica y el Reina Sofía, es una propuesta a favor de la concepción plural y plantea el dominio expositivo de la obra de Juan Gris.






Braque, Botella y frutas, 1911
Cubismo fundacional, 1907-1914.
Picasso y Braque plantearon soluciones que provenían del intercambio entre ambos, aunque los conceptos de “cubismo analítico” y “cubismo sintético” no fueron expresados por ellos. Surgió del posfauvismo y precisó el estudio del cuadro y sus componentes formales y estructurales, desafiando la bidimensionalidad al introducir signos gráficos –collage- para llegar a un arte verbal-visual. Algunas de estas invenciones iconográficas fueron definidas como surrealistas por Guillaume Apollinaire. Su impronta se mantendría en otros ismos. El punto de confluencia fue Juan Gris.



Lipchitz, Marinero con guitarra, 1917

Cubismos transicionales y nueva visualidad, 1915-1917.
Hacia 1913 cesó el trabajo conjunto de Picasso y Braque y en 1914 con la Primera Guerra Mundial se disolvió el medio cubista. Fue un momento de transición. Gris y María Blanchard plantearon un retorno a la pintura después del uso del collage. La coincidencia de planteamientos entre Gris y Lipchitz fundamentó un nuevo cubismo en Europa. En Estados Unidos Paul Strand abría la creación a una nueva visualidad en relación con el correspondiente fotográfico.




Huidobro, 6 horas-octubre, 1921
Nuevo cubismo, “arte puro” nuevo, 1915-1919.
Surgió de Gris, Lipchitz y Blanchard y otros y atendió a los criterios de plasmación plástica de la relación espacio-tiempo. Desde el primer momento se buscó los valores plásticos en sí mismos, con la presión de determinados valores formales y estructurales de lo clásico. Un rol decisivo lo jugó el uso vivo del color, valorado por su intensidad cromática y plástica. Se dio un replanteamiento entre poesía y pintura, como en Vicente Huidobro, el desarrollo de la poesía visual y el caligrama.




Rivera, Chimenea, 1913
Del cubismo constructivo a las “rimas plásticas”, 1918-1923.
El poder de atracción del nuevo clasicismo fomentó un cambio de posición en algunos artistas, como Diego Rivera o María Blanchard, pero el cubismo continuó con facetación en planos y con el encuentro entre cubismo y abstracción, promoviendo la sensación de dinamismo. Es el momento en el que la noción estructura se hace aún más poderosa en la obra de Gris. Las formas interrelacionadas solucionan el problema de respetar la superficie plana y mantener, sin deformarlos, la identidad visual de los objetos. Gris sustituyó el dibujo ortogonal por el curvilíneo, anticipando soluciones surrealistas. Vicente Huidobro presentó sus “poemas pintados”.


Dalí, Naturaleza muerta, 1926
Diseminaciones y derivas de la experiencia cubista, 1919-1931.

Cuando Juan Gris presentó sus “rimas plásticas”, el dadaísmo daba sus últimas manifestaciones y se preparaba la aparición del surrealismo. El cubismo prosiguió en una nueva generación de artistas y se disolvió en el art dèco. Fue el momento del madrileño Rafael Barradas y del joven Salvador Dalí, que introdujo a Gris en la Residencia de Estudiantes y en el contexto de la Generación del 27. El uruguayo Joaquín Torres-García también reconoció su deuda con Gris. 


Gris, La cantante, 1927

                                                    Gris, La ventana abierta, 1921




Gris, La botella de anís, 1914


                                                          Gris, Retrato de Madame Josette Gris, 1916

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