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Álvarez y Marina: la Península Ibérica convertida en un cuadro didáctico |
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Carta náutica con el Atlántico como protagonista. El vacío continental se cubre con motivos decorativos |
Esta exposición pretende que nos fijemos más en el mapa y
menos en territorio y mostrarnos un recorrido por algunos de los recursos con
que han manejado la información, incluso la improbable, a través de varios
apartados: ideales de simetría y las formas del mundo, la incorporación de la
terra incognita, la relación entre geografía y etnografía, la información sobre
los habitantes del globo, lo que enfatizan y lo que callan, etc.
El éxito del lenguaje cartográfico se ha debido por la
posibilidad que ofrecen de visualizar distribución de la vida, estratos
geológicos, temperaturas, etc., y de capturar mediante un golpe de vista
distintos conceptos (dimensión, densidad, etc.) y la distancia a la que se
encuentran. El mapa muestra lo que escapa al ojo humano.
(Mapa con los viajes de exploración impulsados por la African Association. Extensos espacios vacíos. Regoce la anexión británica de las colonias holandesas en Sudáfrica)
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Utopía, la isla de Tomás Moro |
En la época de los descubrimientos, las tecnologías
antiguas como las cartas náuticas y las nuevas como la imprenta se utilizaron
para desvelar las zonas de sombra, los territorios situados en la ambigua
frontera entre lo conocido y lo desconocido. Se especulaba sobre la terra
incognita con espacios dudosos, ríos inciertos, estrechos improbables.
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Mapa de la isla de Hainan, s. XIX |
Los mapas sugieren más de lo que dicen. Los mapas dicen
cosas pero callan otras, ocultan información por desconocimiento o por secreto:
los mapas coloniales tienden a eliminar la presencia indígena –el mapa de
África con el interior vacío estaba lanzando un mensaje colonizador-, los de
los imperios a difuminar la existencia de poderes rivales. A veces, las cifras
pesan más que lo humano. Los silencios de los mapas son diversos porque no son
inocentes, sino que también cartografían intereses políticos: la geografía ha
sido siempre un saber estratégico, quien conoce el territorio tiene el poder de
controlarlo.
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Juan Benet, mapa de Región |
En los mapas también están representados lugares
imaginarios como la Atlántida, Utopía, Jauja, etc. La fantasía siempre trató de
representar los atributos geográficos (aislamiento, lejanía, fertilidad) de
regiones desconocidas por mitos y utopías alimentados por el oro, la navegación
interoceánica, la construcción de una sociedad ideal o una Arcadia recuperada,
etc. Incluso hay territorios surgidos de la ficción literaria, como requisito
para hacer verosímil un relato, sea real o ficticio. Como ejemplos, el diseñado
por Tomás López de Vargas en el siglo XVIII, con dibujos de Gustave Doré, sobre
las andanzas de Don Quijote, o el realizado por Juan Benet para su obra Región,
con pueblos, montañas, caminos, minas, centrales nucleares, etc., todo un mundo
de ficción.
También las figuras humanas aparecen en los mapas
personalizando el espacio, en el interior de continentes vacíos o en los
márgenes, como parte del paisaje, objetos de una geografía etnográfica,
idealizados o demonizados según el propósito de los autores. Por eso resulta
revelador acercarse a mapas elaborados por pueblos no occidentales, ver sus
puntos de vista y sus convenciones cartográficas.
La exposición incluye unas maquetas pertenecientes al
proyecto Terra Forming: Engineering the Sublime, realizada por Dactum Arte para
la bienal de Venecia de 2015, que muestran las distintas proyecciones que
resumen la historia de la cartografía, porque la pregunta siempre ha sido cómo
representar el mundo sin distorsionarlo. Aunque se conocía la redondez de la
Tierra desde la Antigüedad, no se sabía sobre su posición, movimientos, etc. El
camino fue marcado por la geografía ptolemaica, la teoría heliocéntrica y la
proyección de Mercator.
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Mapa de fuga, hecho en seda, que llevaban los aviadores de la II Guerra Mundial, por si eran capturados. |
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