UANTOCKS
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Tribu tolai |
Pedro Saura –explorador, científico y artista- viajó a
las Tierras Altas de Papúa-Nueva Guinea para traernos unas preciosas imágenes
de las gentes que las habitan, que conforman esta exposición en el M.A.R.
(Museo Arqueológico Regional) de Alcalá de Henares –colaboración del Museo de
la Evolución Humana, Castilla y León- junto con objetos de la colección de Juan
Carlos Rey, diplomático que vivió unos años en ese país. Uantoks es corrupción
del inglés “one talk”, uno que habla. En esas tierras hay muchos idiomas, pero
para entenderse usan una lengua franca llamada “pidgin”. Estos montañeses
siguen practicando en sus bosques impenetrables y húmedos un modo de vida
basado en la horticultura y la caza, una sostenibilidad desaparecida hace
milenios en la mayor parte del mundo. Pero, a pesar de las duras condiciones de
vida, son amantes de la vida social, la celebración, el adorno y el color.
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Islas Trobriand |
Fascinado por lo que vio, Pedro Saura volvió en repetidas
ocasiones decidido a guardar la memoria de un estilo de vida inalterado durante
cientos de años, antes de que desaparezca. La estructura social, sus hábitos y
actividades –guerreras, festivas-, y su mundo religioso y simbólico bien
podrían ser similares a los de los grupos que vivieron en Europa durante el
Paleolítico Superior y el Neolítico.
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Río Sepik |
En las islas Bismarck, la gran isla de Nueva Guinea, sólo
unos grados al sur del Ecuador, está recorrida de Este a Oeste por una gran
dorsal montañosa con cumbres que superan los 5.000 m de altitud, donde las
nieves perpetuas y los glaciares coexisten con volcanes activos y con una densa
jungla tropical. En la costa, los estuarios de los grandes ríos forman lagunas
litorales cubiertas de manglares y, bajo las aguas, arrecifes de coral.
Políticamente está dividida en dos: Irian Jaya, la mitad occidental, pertenece
a Indonesia mientras que la mitad oriental está ocupada por Papúa-Nueva Guinea.
Antes de llegar a las Tierras Altas la exposición
presenta materiales de las islas Trobiand (cabañas con el techo de hojas,
algunas entrelazadas), de la tribu Tolai (vestidos de hojas, cabañas sobre
troncos, lanzas con punta de obsidiana) y de la zona del río Sepik y las gentes
que allí viven (
casa de los espíritus o de los hombres –no entran las mujeres
ni los niños-, máscaras de iniciación, hachas ceremoniales, representaciones
femeninas, retablos de historia –escenas cotidianas y de la captura de un
cocodrilo-, elementos decorativos, escalera de una casa elevada, lanzas, palas
de remo, dagas, vasija de barro para guardar el sago –principal alimento-,
etc.).


En las Tierras Altas hay extensas llanuras rodeadas de
altas montañas y valles surcados por caudalosos ríos a una altitud media de
2.000 m y con un clima de eterna primavera. Allí se guarda un gran tesoro
antropológico, un complejo mosaico de etnias con más de 700 lenguas distintas,
numerosas tribus (hulis, mendis, melpas, minj, asaro, foi, fore) que comparten
una cultura de elaborada y rica decoración corporal, de carácter ritual durante
las fiestas organizadas para celebrar alianzas intertribales, el cese de
contiendas, acuerdos territoriales, etc. La densa vegetación de la jungla
alterna con pequeños claros cercanos a los poblados, donde se practica la
agricultura de roza y quema. Plantan el taro, el ñame o los boniatos en
pequeños montículos de tierra como hacían sus antepasados.
De la
tribu Ming se exponen utensilios (azadas, hachas,
collares, figuras), personas (familias, guerreros) y recintos (sing-sing,
designa a la celebración festiva y al lugar, recinto rodeado de cabañas y
protegido por empalizada).
Más curiosos y diferentes resultan los
Asaros, hombres de
barro, cubiertos de un color blanquecino (blanco, color de la muerte y de los
espíritus), como estrategia para defenderse de tribus hostiles, al ser ellos
más pacíficos.
La
tribu Mendi se decora con arcilla blanca y carbón
vegetal, consiguiendo colores desde el blanco al negro pasando por una amplia
gama de grises. Tienen unos tocados muy vistosos siendo, al igual que el
maquillaje, diferente en hombres y mujeres. Su fiesta es el moga en el que
exhiben tambores, arcos, flechas, lanzas –recordatorio de que, aunque estén en
paz, están preparados para la guerra-, etc., y danzan imitando el movimiento
del ave del paraíso.
Los caminos para llegar a los poblados de la tribu Huli son
trincheras excavadas que forman un laberinto. Su maquillaje es amarillo y rojo
y utilizan tocados elaborados con fibras vegetales y cabello humano. Utilizan
arcos de madera de palmera y una tira de caña de bambú y son muy diestros en la
caza.
Una de las tribus más importantes es
Melpa, cuyos poblados
se sitúan junto al Moante Hagen que es un volcán. En las fiestas las mujeres
bailan en otra fila que los hombres, usan faldas hechas con fibras vegetales y
tocados de plumas de aves y se maquillan con los colores rojo y negro. Los
guerreros llevan arcos, flechas y lanzas.
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Huli |
Durante el tiempo en que Pedro Saura terminaba su trabajo en Guinea Papúa yo era alumno suyo en la Universidad Complutense. Creo recordar que nunca nos enseñó su trabajo en clase, ni explico nada, y es una lástima, porque es muy probable que hubiese logrado que muchos más se interesasen por el reportaje fotográfico documental en lugar de limitarse a aprobar una asignatura que, en aquellos tiempos, ni siquiera era importante en la Facultad de Bellas Artes.
ResponderEliminarLamento haber visto tan tarde estas fotografías, aunque más vale tarde.
Un saludo y un buen año 2018.