viernes, 12 de diciembre de 2014

La Hoya de Huesca (I)

Amanece otro día invernal de frío y lluvia que hace imposible salir al campo. Optamos por un recorrido por la comarca de la Hoya de Huesca, cercana a la capital, en coche pero caminando los pueblos cuando no llueve. La parte Este de esta comarca, lindante con el Somontano, está situada en
Santa Eulalia la Mayor
la zona central de la provincia de Huesca, entre las sierras exteriores del Pirineo y las llanuras monegrinas. Se ubica en el piedemonte de las sierras prepirenaicas y tiene detrás, como telón, la Sierra de Guara.

Salimos de Huesca en dirección a Barbastro, la capital del Somontano, pero en lo alto del Estrecho Quinto nos desviamos a la izquierda y pasamos cerca de Loporzano, municipio que ha englobado a varias localidades cercanas como Santa Eulalia la Mayor, Sipán, Coscullano, etc. A la izquierda, más alta, a 867 m., dejamos a Santa Eulalia la Mayor (Santolaria en aragonés), pueblo de familiares, agazapada en la ladera de una loma con una torre cilíndrica en su cima, restos quizá de una fortaleza de los siglos XI-XII, cuando fue conquistada por Sancho Ramírez en el año
Conchita, en el embalse de Calcón
1091. El cielo oscuro, amenazador, contrasta con el blanco de la nieve que perfila el extremo de la sierra  Gabardiella.

Vamos en una dirección NE y pasamos por Sipán, a 604 m de altitud, un caserío pequeño en el llano, entre olivos que se estremecen con el frío viento. Seguimos en la misma dirección hasta Coscullano, a 661 m, entre campos sin labrar y otros verdes de cereal nacido, rodeados de árboles. Desde lejos destaca la alta torre de su iglesia parroquial de Santa María Magdalena.

Nos desviamos a la izquierda para ir al pantano de Guara, en el río Calcón y término municipal de Aguas. Es un embalse pequeño, con su presa estratégicamente situada en un pequeño estrecho. Antes de llegar han
desaparecido los árboles y en su lugar hay un estrato arbustivo de un intenso color verde oscuro. En el mirador sobre la presa, al lado de unas poleas que se utilizaron en los trabajos de la primera etapa y que ya están integradas en el paisaje, bajo unos grandes bloques de conglomerado con muchas oquedades, se tiene una magnífica vista del paisaje otoñal-invernal entre jirones de niebla que atraviesan la garganta. El agua refleja el  grisáceo azulado de la caliza, el verde de los pinos y el dorado de las hojas de los cajigos que se resisten a caer. Hoja perenne frente a hoja caduca. Como ha dejado de llover aprovechamos para estirar un poco las piernas.

Seguimos en la misma dirección NE hasta Aguas, en una pequeña loma a 706 m., entre campos verdes, carrascas y boj, en la que sobresalen desde la distancia la torre de la iglesia de Santiago y el
depósito de agua. Aquí cambiamos de dirección y, hacia el SE, llegamos a Sieso de Huesca, a 582 m. situado en un valle cuyo centro espiritual y de poder fue el monasterio cisterciense femenino de Casbas de Huesca –a cuyo municipio pertenece- que está a sólo un kilómetro. Su iglesia parroquial de San Martín es un edificio compuesto de diferentes añadidos. Es difícil reconocer lo románico del siglo XII, una nave orientada al Este rematada por cilindro absidal y poderosa torre adosada al Oeste, ahora rematada con cuerpo de ladrillo al modo mudéjar, con vanos dobles geminados para campanas. En el lado Sur quizá hubo una galería porticada, cegada y reconvertida en nave lateral, con una bonita portada plateresca, de 1550.

Como no llueve, aunque el viento es muy desagradable, paseamos el pueblo en el que abundan las edificaciones en piedra sillar de los siglos XVI al XVIII, algunas con falsas de arquillos, muy abundantes en casonas nobles aragonesas. Vemos portadas con arcos rebajados, renacentistas, con símbolos solares, y un caserón palaciego con zócalo en arenisca y fachada en ladrillo.

La lluvia nos ha respetado un pequeño paseo pero vuelve, insistente, así que seguimos viaje hasta la cercana Casbas de Huesca, a 560 m., donde intentamos ver el Monasterio de Casbas dedicado a
José Luis, el de Huesca, en Casbas
Nuestra Señora de la Gloria, cisterciense, fundado en 1173, que tuvo su mayor esplendor en los siglos XVI-XVII y que ahora es fundación privada. Se entra bajo una fuerte torre, por puerta en arco apuntado adovelado con una hornacina encima, y se llega al patio, con una fuente. A la izquierda hay un pasadizo que comunica con una zona aledaña que tiene una puerta con arco de medio punto y grandes dovelas y una galería soportalada con grandes columnas y puerta ojival. Siguiendo por el patio se llega a la portada románica, del 1200, con tímpano decorado con crismón y once arcos de medio punto en gradación. La iglesia tiene planta de cruz latina, con tres ábsides semicirculares, crucero centrado por cúpula octogonal, nace central cubierta con bóveda de cañón sobre imposta, pero sólo podemos asomarnos un momento porque está en obras. Tampoco podemos ver el claustro ojival, de los siglos XIV-XV, ni la sala capitular, del siglo XIV. El aspecto actual es consecuencia de las obras del siglo XVIII.

Al salir la lluvia nos respeta de nuevo y podemos dar un pequeño paseo por el pueblo. En la calle de la Fuente vemos una casa con portada en arco de medio punto adovelado y, al fondo, se ve destacando la torre de la iglesia, en piedra rematada en ladrillo. Hay poca luz, todo se ve muy oscuro, vuelve a llover, tenemos que seguir (ver artículo La Hoya de Huesca (II) ).

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