La Hoya de Huesca (II)
(Ver el artículo La Hoya de Huesca (I) ) Cambiamos de dirección. Ahora vamos al Sur, hasta la
siguiente parada, Angüés, a 543 m. Al alejarnos de la sierra la altitud
disminuye. La lluvia arrecia en el trayecto en coche, pero amaina al llegar a
los pueblos, así que podemos ver la iglesia de la Purificación de Nuestra
Señora, de origen románico, siglo XII, época de la que se conservan la nave
central cubierta con bóveda de cañón apuntado, con tres arcos fajones, y la
cabecera, un ábside semicircular de grandes proporciones. Se amplió en el siglo
XVII añadiendo dos naves laterales. La torre, con dos pisos de planta cuadrada
y dos más octogonales, tiene elementos desde el románico hasta el siglo XVI.
Todo el edificio es de arenisca y mal rematado en ladrillo, incluso el ábside.
Al alejarnos de la sierra, disminuye la nubosidad y aumenta
la luz. Parece que deja de llover. Así,
siguiendo hacia el Sur, llegamos a Bespén, a 457 m. Su iglesia, dedicada a San Juan Evangelista, está elevada sobre un montículo que domina la población. Es de finales del siglo XI, pero en el XVI se reformaron los accesos y se recreció la torre. Por fuera es sencilla, en sillar, con una pequeña ventana en el ábside, decorado con ménsulas lisas que sostienen la techumbre y que recorren todo el perímetro del muro. En el muro Sur está la portada románica, con su piedra arenisca bastante desgastada, que tiene tres arquivoltas decoradas con motivos geométricos enmarcados por dos guardapolvos decorados con ajedrezado jaqués. El interior es simple, una nave cubierta con bóveda de cañón apuntado, reforzada con arcos fajones, coro en alto a los pies y puerta de acceso a la escalera de caracol para subir a la torre, en cuyos pies presenta unas marcas de cantero. En el pueblo vemos una casona con escudos, portada en arco renacentista con
unos símbolos esculpidos en la piedra arenisca. Desde un alto
se ven los campos verdes, entre carrascas, con la sierra nevada como sempiterno
fondo.
Siguiendo la misma dirección llegamos a Antillón, a 513 m. Su iglesia parroquial de la Natividad de la Virgen, está también en lo alto del casco urbano. Tiene algún resto de la primitiva románica del siglo XII, siendo la mayor parte del siglo XVI. Tiene una forma irregular y una sencilla portada. Como originalidad presenta un sepulcro al aire, en el exterior. El Papa Inocencio III había convocado una cruzada contra los herejes cátaros o albiguenses, que fueron defendidos por el rey aragonés Pedro II el Católico. El 12 de septiembre de 1213, jueves, en la batalla de Muret, las tropas de Simón de Monfort vencieron a las aragonesas, muriendo el rey y muchos de sus nobles a los que el Papa negó suelo católico para su entierro. Por eso, aquí quedó Sancho de Antillón, de igual modo que Rodrigo de Lizana en Sijena.
siguiendo hacia el Sur, llegamos a Bespén, a 457 m. Su iglesia, dedicada a San Juan Evangelista, está elevada sobre un montículo que domina la población. Es de finales del siglo XI, pero en el XVI se reformaron los accesos y se recreció la torre. Por fuera es sencilla, en sillar, con una pequeña ventana en el ábside, decorado con ménsulas lisas que sostienen la techumbre y que recorren todo el perímetro del muro. En el muro Sur está la portada románica, con su piedra arenisca bastante desgastada, que tiene tres arquivoltas decoradas con motivos geométricos enmarcados por dos guardapolvos decorados con ajedrezado jaqués. El interior es simple, una nave cubierta con bóveda de cañón apuntado, reforzada con arcos fajones, coro en alto a los pies y puerta de acceso a la escalera de caracol para subir a la torre, en cuyos pies presenta unas marcas de cantero. En el pueblo vemos una casona con escudos, portada en arco renacentista con
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Horno medieval, Antillón |
Siguiendo la misma dirección llegamos a Antillón, a 513 m. Su iglesia parroquial de la Natividad de la Virgen, está también en lo alto del casco urbano. Tiene algún resto de la primitiva románica del siglo XII, siendo la mayor parte del siglo XVI. Tiene una forma irregular y una sencilla portada. Como originalidad presenta un sepulcro al aire, en el exterior. El Papa Inocencio III había convocado una cruzada contra los herejes cátaros o albiguenses, que fueron defendidos por el rey aragonés Pedro II el Católico. El 12 de septiembre de 1213, jueves, en la batalla de Muret, las tropas de Simón de Monfort vencieron a las aragonesas, muriendo el rey y muchos de sus nobles a los que el Papa negó suelo católico para su entierro. Por eso, aquí quedó Sancho de Antillón, de igual modo que Rodrigo de Lizana en Sijena.
El peligro de la lluvia se ha alejado y podemos pasear con
tranquilidad. Al lado de la iglesia hay un horno medieval, aspecto de la
población, con calles estrechas y empinadas. La parte alta, la de la iglesia,
estaba amurallada, conservándose los lados Sur y Oeste, mientras que en el
Norte y Este esa función la harían las partes traseras de las casas. La parte
mejor conservada, en estilo gótico aragonés, está junto a la Torre de la Cárcel
y, en el extremo meridional, está la Torre Casa Arazo, el torreón más grande y
mejor conservado. También vemos, en lo alto de un gran bloque de roca arenisca
con
cuevas labradas en su parte inferior, una fuerte torre en restauración.
La mañana se ha ido pasando y hay que pensar en volver. Nuestra última parada, al Sur, va a ser Pertusa, a 375 m., en la margen izquierda del río Alcanadre, a cuyo abismo se asoman las últimas casas. Esta población, antigua ciudad ilergete, fue mansión romana, citada en el Itinerario de Antonino, entre Ilerda y Osca. Su iglesia parroquial de Santa María es una mezcla entre su origen románico del siglo XII y las reformas del siglo XVIII. La zona más antigua parece la bella cripta románica bajo la cabecera. La iglesia, orientada, tiene planta de cruz latina con el añadido de capillas laterales y bóvedas de lunetos. La cabecera se demolió parcialmente al edificar la sacristía y anexos del lado
Norte y, a juzgar por lo que queda, fue poligonal, de cinco lienzos delimitados por contrafuertes que alcanzan la cornisa. La portada es renacentista, igual que el claustro situado al Norte.
cuevas labradas en su parte inferior, una fuerte torre en restauración.
La mañana se ha ido pasando y hay que pensar en volver. Nuestra última parada, al Sur, va a ser Pertusa, a 375 m., en la margen izquierda del río Alcanadre, a cuyo abismo se asoman las últimas casas. Esta población, antigua ciudad ilergete, fue mansión romana, citada en el Itinerario de Antonino, entre Ilerda y Osca. Su iglesia parroquial de Santa María es una mezcla entre su origen románico del siglo XII y las reformas del siglo XVIII. La zona más antigua parece la bella cripta románica bajo la cabecera. La iglesia, orientada, tiene planta de cruz latina con el añadido de capillas laterales y bóvedas de lunetos. La cabecera se demolió parcialmente al edificar la sacristía y anexos del lado
Norte y, a juzgar por lo que queda, fue poligonal, de cinco lienzos delimitados por contrafuertes que alcanzan la cornisa. La portada es renacentista, igual que el claustro situado al Norte.
Pero la verdadera joya de la iglesia es su torre, exenta, en
el ángulo NE. Es renacentista, de estilo plateresco, edificada en 1575 y
atribuida nada menos que a Juan de Herrera. Tiene sección hexagonal y está
compuesta por basamento y tres cuerpos, separados por frisos, con imágenes y
adornos platerescos en los lados. En sus ángulos presenta columnas adosadas,
con superposición de órdenes, y disminuyendo de tamaño progresivamente.
La excursión llega a su fin, con mejor tiempo que como la
hemos empezado. Volvemos directamente a Huesca, en una dirección NO, tratando
de almacenar tantas visiones como hemos tenido a lo largo de la mañana. Cada
pequeño pueblo atesora algo de la mucha historia y arte que tiene la zona y es
un placer descubrirlo.
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