jueves, 4 de diciembre de 2014

Ibón de Espelunciecha.

Llegamos a la estación invernal de Formigal, a 1550 m de altitud, y vamos viendo a nuestra izquierda el Valle Tres Hombres, el Valle Izas-Sarrios, el Valle Anayet y el Valle Portalet, a 1750 m. Hace años que nuestro guía, José Luis el de Huesca, no había estado aquí y al llegar nos damos cuenta de que todo ha cambiado. La estación de esquí de Formigal se ha ido extendiendo valle arriba hasta
Pico Midi d´Ossau
prácticamente la frontera, así que han desaparecido los senderos y los letreros. Nuestro objetivo es el Ibón de Espelunciecha, que ha quedado engullido por Formigal.

Vamos hasta El Portalet, a 1794 m., y vemos las tiendas que frecuentan los franceses. Hay poca gente y nadie nos sabe indicar el punto de inicio. Volviendo, tomamos un camino a la derecha y subimos un poco por una zona rocosa, pero nos damos cuenta de que ése no es. Era el acceso a la Mina Elisita (fluorita, cuarzo cristal de roca, calcita, talco, mica), que también ha quedado engullida por Formigal. Al volver encontramos a unos franceses que sí lo conocen y nos dicen cómo ir. Volvemos a El Portalet viendo a lo lejos la mole del pico Midi d´Ossau, de 2884 m, en el departamento francés de Pirineos Atlánticos, con la cima partida en dos picos gemelos, resto del magma de un antiguo volcán.

Cogemos el coche y lo dejamos, a unos 500 m, en el aparcamiento para esquiadores Zona Portalet. El paisaje es herbáceo, verde suave, con tramos grises de roca. No hay arbolado. Entrando en la zona de
esquí vamos por un camino al lado del remonte Faballones y el telesilla Batallero. Todo está cerrado.  Sube un coche de mantenimiento. Es un día veraniego, espléndido, el cielo totalmente limpio por una ligera brisa que, a esta altura, impide el calor. Seguimos ascendiendo y baja el coche que ha subido antes. El conductor, un empleado de la estación, nos indica la ruta, que pasa entre los telesillas Batallero a la izquierda y Espelunciecha a la derecha.

Seguimos una senda a la derecha del barranco custodiados de cerca por los cañones de nieve. Más arriba se adivina una vaguada en el terreno que es donde debe estar el ibón, término, en idioma aragonés, para designar a los pequeños lagos de montaña de origen glaciar, situados en los Pirineos generalmente por encima de los 2000 m, que en muchos casos son origen de un río. Se llega en menos de una hora, tranquilamente. Sólo es más duro el último repecho, en un desnivel de 230 m.

El ibón es pequeño pero muy bonito. Está rodeado por unos taludes de alta hierba que lo protegen y aíslan y tiene un desagüe natural. Comemos el bocadillo mientras descansamos y pensamos en lo
diferente que es el paisaje ahora, en comparación al invierno. Detrás tenemos unos cortados rocosos, más arriba cruza una pista de Ski Ratrak, y en lo alto el pico Anayet, 2574 m.

Bajamos por el desagüe del ibón durante un tiempo, hasta llegar al lugar donde hay instalada, durante la temporada de esquí, una yurta mongola. Los alrededores están ocupados por ovejas de raza tensina. Desde aquí, en medio de pistas señalizadas con colores azules, rojos y negros, tomamos el camino que nos deja en el Telesilla Batallero. El descenso es fácil y dura menos que la ascensión.

Volvemos sin entrar en Sallent de Gállego (ver el artículo sobre Lasarra) y vamos a comer al Pueyo
de Jaca donde conocemos un restaurante en la plaza que está muy bien. Este pueblo, perteneciente al municipio de Panticosa, está situado al borde del embalse de Búbal (río Gállego), donde confluyen las aguas del río Caldarés, que ha nacido en el Balneario de Panticosa. Después de comer damos una vuelta. Todo está cerrado. Habrá más vida en invierno.

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