MURO DE RODA.
Salimos de Huesca en coche, pasamos por Barbastro –capital del
Somontano- y seguimos hacia el N. En El Grado vemos la enorme presa del embalse
de su nombre y, de fondo, Torreciudad, santuario del Opus Dei, y el pico
Cotiella, de 2.912 m de altitud, muy nevado. Continuamos, a contracorriente del
Cinca, en dirección a Ainsa, hasta Abizanda, cuya torre es un hito visual de
primer orden.
Fue construida por maestros lombardos en el siglo XI, sobre
un basamento anterior posiblemente árabe. Tiene cinco plantes terminadas en un
voladizo de madera con pasillo perimetral, y su acceso se sitúa en el primer
piso (escalera de madera). También servía de residencia. El recinto
fortificado, alargado en dirección N-S, cuenta con un cubo de muralla en cada
lado, siendo el barranco una defensa natural.
Poco después de Abizanda,
tomamos un desvío a la derecha, hacia Ligüerre de Cinca, cruzando el Cinca por
la cola del embalse de El Grado y entrando en la comarca de La Fueva. Llegamos
a su capital Tierrantona, aparcamos y empezamos a andar hacia Muro de Roda, que
se ve en lo alto –con la torre de la iglesia como principal hito visual-, por
un camino, el GR1, que también aprovecha una ruta señalizada para BTT.
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Conchita |
Durante el ascenso, que no es
demasiado pesado, pueden apreciarse el terreno de margas y estratos de
arenisca, ondulados y fracturados por la intensa deformación sufrida en la
Orogenia Alpina. La belleza de los almendros en flor pone un punto de contraste
con la dureza visual de las erosionadas areniscas grises del secundario. Conforme
se asciende aumenta la vegetación y la vista sobre la comarca de La Fueva,
verde claro de campos, verde oscuro de bosque, gris de rocas y mucho blanco de
nieve, con la Peña Montañesa al fondo. Desde arriba también se tiene vistas
sobre el otro lado, el embalse de Mediano. La Fueva se extiende a nuestros
pies.
Muro de Roda fue un municipio
disperso que incluía varias poblaciones, la mayoría deshabitadas
actualmente. El topónimo “muro” es frecuente en Sobrarbe asociado a poblaciones enclavadas en un altozano y rodeadas de murallas. El conjunto lo forman las murallas, del siglo XI, la iglesia de la Asunción en el extremo N, del siglo XII, y la ermita de Santa Bárbara en el extremo contrario, del siglo XVI. La construcción de la iglesia se relaciona con el dominio señorial que ejerció la catedral de Roda de Isábena, tenía tres naves y tres ábsides, con cripta bajo los tres. Se hicieron reformas en los siglos XVI y XVIII. No es un castillo sino un amurallamiento sin torres. Su función pudo ser la de ofrecer refugio para las gentes y los ganados de las poblaciones cercanas y es que La Fueva era considerada el granero de Sobrarbe. Parece construido por los propios lugareños con técnicas tradicionales, pero si al interior parece un pretil recorrido por un camino de ronda, el exterior supera los cuatro metros de altura en el lado oriental que tiene además cuatro cubos de defensa. Al lado contrario no es necesario por ser un acantilado rocoso.
Estas fotificaciones estaban comunicadas visualmente, protegían los caminos y campos de labor, permitían el control de las principales vías de comunicación del condado y tenían a su espalda las serranías, con buenos pastos para el ganado y refugios naturales en caso de huida. Después proliferaron numerosas casas torreadas, debido a la inestabilidad social generada por las poderosas familias que se disputaban estas tierras.
actualmente. El topónimo “muro” es frecuente en Sobrarbe asociado a poblaciones enclavadas en un altozano y rodeadas de murallas. El conjunto lo forman las murallas, del siglo XI, la iglesia de la Asunción en el extremo N, del siglo XII, y la ermita de Santa Bárbara en el extremo contrario, del siglo XVI. La construcción de la iglesia se relaciona con el dominio señorial que ejerció la catedral de Roda de Isábena, tenía tres naves y tres ábsides, con cripta bajo los tres. Se hicieron reformas en los siglos XVI y XVIII. No es un castillo sino un amurallamiento sin torres. Su función pudo ser la de ofrecer refugio para las gentes y los ganados de las poblaciones cercanas y es que La Fueva era considerada el granero de Sobrarbe. Parece construido por los propios lugareños con técnicas tradicionales, pero si al interior parece un pretil recorrido por un camino de ronda, el exterior supera los cuatro metros de altura en el lado oriental que tiene además cuatro cubos de defensa. Al lado contrario no es necesario por ser un acantilado rocoso.
Estas fotificaciones estaban comunicadas visualmente, protegían los caminos y campos de labor, permitían el control de las principales vías de comunicación del condado y tenían a su espalda las serranías, con buenos pastos para el ganado y refugios naturales en caso de huida. Después proliferaron numerosas casas torreadas, debido a la inestabilidad social generada por las poderosas familias que se disputaban estas tierras.
Saliendo del recinto amurallado
se ve, extramuros, la ermita de San Bartolomé, coetánea de la fortaleza, aunque
en el siglo XVI quedó integrada en un conjunto de instalaciones concejiles. Tiene
un curioso claustro con aljibe que precede al templo.
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