lunes, 3 de noviembre de 2014

El Sotillo.

 En el pueblo nos recomiendan bajar hasta el fondo del barranco, donde se puede aparcar. Estamos a 1026 m de altitud, en un páramo cuyo relieve está formado por calizas del Mioceno a una altura media de 1000 m. El monte cuenta con bosques de encinas, mezcladas con sabinas y enebros, y sotobosque de romero, tomillo, etc., que acogen a jabalíes, corzos, ciervos, etc. El Sotillo formó parte de la Comunidad de Villa y Tierra de Atienza en la Edad Media y del Ducado del Infantado en el siglo XVI.

 Seguimos el camino en una mañana soleada de abril. Cruzamos el regato por unas piedras y nos adentramos en un paisaje con muchos riscos y lleno de vegetación, tanto arbolado como arbustos. Grandes roquedos vigilan nuestro paso desde lo alto. El camino tiene poco desnivel por lo que el regato casi no se oye, a pesar de que lleva mucha agua, clara y transparente. Como todo el fondo está encharcado tenemos que ir por la derecha, ganando un poco de altura. Grandes rocas, tormos de muchas formas y tamaños, con encinas al lado. La erosión ha esculpido caprichos en la caliza. Contrasta el fondo suave del valle con los agrestes y afilados roquedos de las alturas. Cada vez hay más agua en el fondo, lo que obliga a subir por la ladera. Los meandros del barranco dejan islas de árboles y rocas donde se ve bien el nivel que ha tenido el agua en algún momento. Es un paseo delicioso. Al fondo se ve una serie de tormos seguidos, unos torreones calizos como pináculos catedralicios, los Frailes, apoyados en grandes paredones rocosos que impiden el paso. Es la cola del embalse de la Tajera en el río Tajuña, cerca de Cifuentes.

No se puede pasar. Tenemos que volver. Desandamos el camino mirando para localizar el puente, escondido entre unos árboles. Lo cruzamos y seguimos una ascendente senda que nos saca del  valle al páramo, a una zona agrícola, desarbolada, de tierras rojas entre hierba verde, de sequedad de encinas y arbustos, a un camino ancho y cómodo. Paramos en este bucólico paraje y comemos un bocadillo. Después de un descanso, seguimos y frente a Las Inviernas, en contacto con los materiales del secundario, se observan gruesas capas de marga rojiza y capas delgadas de caliza y de conglomerado.

Laia e Israel, cerca de los Frailes

En Las Inviernas, 982 m., vemos la  Iglesia de la Concepción, románica del s. XIII (puerta de entrada de arco semicircular con sencillas arquivoltas lisas, apoyando en capitales de simple decoración geométrica y vegetal; en el muro meridional modillones finamente tallados; en el muro de poniente primitiva espadaña; amplio atrio sostenido por cuatro columnas clásicas; pila bautismal de tracería geométrica a base de arcos), reedificada en el s. XVI.

Hay poca gente. Unos jóvenes están jugando a las cartas en un lateral de la iglesia y dos hombres, a los que preguntamos por el camino, están sentados en un banco en la plaza. La senda asciende por el monte entre arbustos, encinas, tierra rojiza y rocas. El arbolado se va espesando, pero la senda se ve bien. Atravesamos tramos de bosque, como un selvático encinar y zonas con musgo. El arbolado se abre algo en unos paredones rocosos impresionantes, entre tormos aislados, muy altos, colonizados por plantas trepadoras, que cobijan un fondo impresionante, agreste, laberíntico, pero tranquilo, con una vegetación enmarañada. Es el Escalón, tajo violento entre acantilados tapizados de hiedra y peñascos fantasmales, donde el murmullo del agua entre los enormes paredones calizos compite con el profundo silencio. Aquí debe estar la cueva de la Mora, abovedada, con tragaluz, algo grande, según hemos leído, pero no la vemos. La senda asciende para salir de este fondo y volver al cercano El Sotillo, donde vemos una fuente de 1931, con seis caños que salen de cabezas de cordero y que servía de abrevadero. Aquí acabamos.


Datos técnicos:
            . Ruta circular, 12 km, 4 h.
            . Desnivel: 200 m.
            . Época recomendada: cualquiera.
            . Dificultad: baja.
           
Qué ver:
            Iglesia parroquial, s. XVII.
            Ermita de Ntra. Sra. De Aranz, s. XIII.
            Parajes naturales: ermita, meandros del arroyo Reato, los Frailes, cuevas del Moro y de la Mora.

Otras excursiones:
            Brihuega.
            Cifuentes

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