Agés-Burgos.
Desayunamos en el bar del albergue. Salimos temprano, como
otros, por la carretera, con incomodidad porque pasan coches y camiones. Llano,
fresco como ayer noche; se avanza bien. En Atapuerca pasamos junto al museo
donde se exponen restos del Homo Antecesor extraídos en el yacimiento
arqueológico de la Gran Dolina.
Iniciamos el ascenso a la sierra de Atapuerca entre encinas
en las que se enreda la intensa niebla. El camino es muy malo, con muchas
piedras, mientras bordeamos un acotado militar a la izquierda. Vemos a tres
chicas ciclistas (Luisa, Diana y Elena), canarias, que avanzan penosamente. Dos
son profesoras de Secundaria, una de Educación Física, la más fuerte, y la otra
trabaja en Hacienda. Algunas se bajan de la bici y suben andando. Nos juntamos
en lo alto, en la cruz de madera, y hacemos una foto. Ellas siguen rápidamente
hacia abajo y ya no las veremos.
Es zona boscosa y de monte bajo. En el descenso la niebla va
quedando en lo alto, zona desarbolada, páramo, y empieza a asomar el sol. Abajo
ya hay más arbolado y, en los regatos, de hoja caduca. Pasamos por Villalval,
Cardeñuela-Riopico, cerca de Quintanilla-Riopico, donde está todo cerrado y,
por fin, encontramos un bar abierto en Orbaneja-Riopico. Comemos una empanada
de chorizo, muy energética y nos quitamos las chaquetas. Llegan los polacos y
los eslovacos con los que hacemos fotos de despedida.
Poco después llegamos al desvío. Dos opciones. A la derecha
se entra en Burgos por Villafría y la carretera de Briviesca. Nos han
recomendado ir por la izquierda, bordeando el aeropuerto, para salir a la
carretera de Belorado en Castañares. Cuando podemos vamos a nuestra izquierda
para coger el camino al lado del cauce del Arlanzón, más bonito, pero que se
hace muy largo, hasta la catedral.
Burgos, quinta etapa del Códex Calixtinus, no nació con el
Camino. En 884 era necesario defender el territorio conquistado a los
musulmanes y Alfonso III ordenó la repoblación. Con el apoyo de Alfonso VI se
convirtió en el centro más importante de la ruta, obispado e importante cruce
de comunicaciones: el Camino y la ruta que unía el mar con las tierras de
dentro. La gran referencia visual es la Catedral de Santa María, iniciada en
1221, gótica. Arquitectura, impulso ascensional de los pilares, ritmo de los
arcos. Arco, peso convertido en ligereza por el juego de fuerzas contrarias. La
luz y la sombra se modelan igual que la materia.
Detrás está el albergue, todavía cerrado, por lo que no
podemos ducharnos. Damos un paseo, compramos morcilla, pasamos por la Puerta de
Santa María y, en el Paseo del Espolón, nos gritan “Ultreia” desde una de las
casetas de la feria. Es un final adecuado para este viaje de 200 km en ocho
días. Después de comer cogemos el autobús
hasta Belorado donde tenemos el coche. Aquí vemos a dos conocidos que también
hacen el Camino y llevan los pies con varias heridas. Volvemos a Burgos, sin
entrar. La A-1 está casi toda en obras hasta cerca de Somosierra.
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